El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Una paloma que se paseaba tan tranquilamente por los alrededores me dio la idea de la foto. Si el Guernica era símbolo de la losa del pasado, ella era la viva encarnación de la esperanza del mañana. La larga noche de piedra de la dictadura se abría a un mañana en democracia en paz y libertad.
Hay salida, sobre el papel y en teoría, pero las circunstancias son las que hay: seis de cada diez jóvenes españoles están dispuestos a marcharse a trabajar al extranjero ante la dramática falta de salidas en el país propio.
Me propuse hacer un reportaje del trabajo del personal sanitario en el departamento clave: las Urgencias. Fui autorizado a hacerlo, por lo que dediqué, con bata blanca y cámara en ristre, tres noches de un viernes, un sábado y un domingo, a acompañar a los equipos de médicos de Urgencias del 1º de Octubre.
Según las palabras del autor, esta fotografía "forma parte una parte de un proyecto personal, en busca de la belleza y la alegría en lugares urbanos comunes, llenos de color, y la interacción con las personas que viven allí".
Carlos Pérez Naval, de 9 años de edad, ganó el pasado 21 de octubre la 50 edición del premio.
La foto clama al cielo contra la brutal diferencia entre dos niveles de vida, mejor dicho, entre un nivel de vida desahogado y un nivel de dramática supervivencia.
La lectura de la fotografía nos lleva derechitos a un darle un significado ‘infractor’: ten cuidado, ciudadano o ciudadana, ojo con lo que pueden hacer con tu voto, que puede haber pucherazo.
La foto plantea más preguntas que respuestas. ¿Quién pintó esa cruz blanca desnuda? ¿Por qué lo hizo sin acompañar texto alguno? ¿Qué relación tiene quien la haya pintado con los narcos?
“Este humano con una máquina encarada, ¿qué estará haciendo aquí?”, parece estar pensando el pequeño y gracioso felino, al que seguro que no le molestaría intimar con el visitante.
La foto está tomada un sábado de la primavera de 1976 por la mañana en un mini zóo en Brunete, Madrid, a donde acudimos con los niños. Son los meses convulsos que siguen a la muerte del dictador Franco.
Estos niños son capaces de romper barreras geográficas, sociales, económicas y de género para poder aprender convencidos de que la educación les abrirá las puertas a una vida mejor.
Hairul Azizi, Malasia. “Fracción de segundo”. Sony World Photography Awards 2014.
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