El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El quebrantamiento en el país es abrumador. Aun así, el trabajo de las iglesias y las ONG cristianas es profundamente alentador.
Hay países mucho mejores que Líbano para vivir, pero la pregunta no es: “¿Dónde estoy viviendo?”. Más bien; “¿A quién adoro y a quién me someto en el lugar en el que vivo?”.
Hasta que los gobernantes cambien y el sistema corrupto de leyes laxas deje de hacer sufrir a la gente, ¿qué puede hacer la Iglesia en el Líbano y en otros lugares?
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