El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
No son los ricos o poderosos los que agradan a Dios, sino quienes hacen justicia, misericordia y viven en humildad.
Abdías habla sobre las injusticias de que Dios tiene la última palabra.
No es tan importante lo que decimos o aparentamos, sino lo que hacemos.
La gracia de Dios puede alcanzar a cualquier persona.
Jesús no es el profeta de aquellos que, con sus tumbas para sepultar en ellas talentos hacen que aumenten los desequilibrios, los sufrimientos y los desiguales repartos.
La clave del libro es saber que Dios va a hacer justicia. Pero si volvemos a Él, seremos perdonados.
El profeta habla de las bendiciones de la obediencia y las consecuencias de la desobediencia.
Podemos atravesar por situaciones injustas por amar al Señor. Pero Dios controla la historia.
El profeta tenía que dar el mensaje, sin importar si la gente quería escucharlo o no.
La fidelidad de Dios es real y se muestra aún en los momentos de desolación.
Muchas veces este profeta se desanimó por la falta de respuesta, pero siguió adelante con valentía.
No se puede vivir una vida religiosa y otra secular. Este libro nos desafía a vivir en integridad.
Este libro nos ayuda a entender el propósito divino del amor y el sexo en una relación de fidelidad.
Este libro nos hace reflexionar sobre el vacío de una vida sin Dios.
En este libro encontramos píldoras de sabiduría de Dios con un gran valor práctico.
El deseo que tenemos de ser queridos, aceptados, amados y escuchados se hace realidad en este libro.
Dios nunca se desilusiona con las preguntas que hay en nuestro corazón. Él está a nuestro lado.
La historia no la escriben los grandes ejércitos sino las personas dispuestas a honrar a Dios en los momentos difíciles.
Merece más la pena construir que destruir: ora, pide sabiduría, busca a gente dispuesta, y trabaja en equipo.
El pueblo que regresó del cautiverio se dedicaba a estudiar, practicar y enseñar la Palabra, en ese orden.
Cuando solo seguimos a personas, corremos el riesgo de caer en mecanismos sectarios e idolatría. Este libro nos enseña a buscar a Dios.
¿Qué aprendemos de las genealogías de la Biblia? Entre otras cosas, que Dios cuida los detalles.
Muchos líderes tomaron malas decisiones por dar la espalda a Dios. Él envió a profetas para que abriesen los ojos.
A veces la sabiduría puede ser usada para cosas que no son buenas.
La historia de David nos recuerda la importancia de vivir en la presencia del Señor y compartir esa vivencia con los que nos rodean.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.