El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Un poema a la mujer que sufre. "Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré" (Isaías 54:10-11)
Hay una sed que fragua la arquitectura honda de tu vida.
No sabía que Tú conocías mis silencios./ No sabía que Tú también llorabas.
A lo bueno llaman malo y a lo malo dicen bueno ideólogos de rebaño, intelectuales gregarios que no saben mirar al cielo.
En oro la paja han trocado, y el pesebre en catedrales...
En el principio creó Dios...
Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo (Romanos 15:13)
Poema inspirado en Lucas 13:34.
¡Sí, me beberé las estrellas y me hundiré en los estanques...!
Lámpara a mis pies, agua viva en el estío. Dulce como la miel y lumbrera a mi camino.
Un poema inspirado en Apocalipsis 3:20
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Lucas 21:33)
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:6)
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. (Juan 11:25)
Gracias, oh buen Dios, Dios de universos, Rey de galaxias, Príncipe de eternidades.
Quisiera pedir perdón. Llorar, oh Dios, en tu hombro de hombre.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de El?
Tener hijos no es ser madre (ni padre). Pero todas las madres son la luna llena de Dios para sus familias. A ellas va dirigido este poema.
Dulce semilla que hiere gota a gota la roca del alma, hasta sacar sonidos de luz, sentimientos nobles que dicen tu nombre: Jesús.
La tristeza según Dios produce arrepentimiento para salvación; mas la tristeza del mundo produce muerte (2 Co 7:10)
Yo soy la burla que se derrama despiadada con crueldad que daña y ahonda la herida.
El fotógrafo René Robert muere congelado en una céntrica calle de París tras caerse y permanecer nueve horas en la acera sin que nadie le ayudase.
Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira (Apocalipsis 6:1)
Un poema al hermano/a que no dejaron nacer.
En recuerdo de Fray Luis de León y su frase al volver a la Universidad de Salamanca, tras cuatro años en prisión a causa de la Inquisición.
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