“La pornografía nos enseña que está bien tratar a los demás como objetos de nuestra lujuria”

La pornografía es un problema creciente en nuestra sociedad. Las investigaciones realizadas en la última década han demostrado las consecuencias nocivas que tiene su consumo en mujeres, hombres y niños.

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Países europeos como Francia y el Reino Unido han expresado públicamente su compromiso de luchar contra la pornografía, y obligan a las webs de pornografía a utilizar sistemas de verificación de la edad, mientras que el Consejo de Europa presentó una resolución con varias recomendaciones para regular la distribución de este tipo de contenidos.

Desde hace algún tiempo, ministerios cristianos e iglesias de toda Europa están sensibilizando sobre este problema, y ofreciendo ayuda.

Evangelical Focus habló con Pete Lupton, director de NePornu, un ministerio cristiano de la República Checa, en la conferencia European Leadership Forum 2023.

[photo_footer] NePornu  ofrece educación a personas tanto en contextos eclesiales como seculares. [/photo_footer] 

Pregunta. Pete, ¿qué hacéis en NePornu?

Respuesta. Nuestro principal objetivo es concienciar sobre los peligros de la pornografía y también ofrecer ayuda práctica a aquellos que están en esa situación: no sólo a los adictos, sino también a sus parejas, padres, líderes religiosos y otros grupos que se ven afectados por el porno.



P. ¿Cuánto tiempo lleváis desarrollando este ministerio?

R. Existe desde el año 2018. Es un ministerio en crecimiento, de tal forma que al principio teníamos más de 2.000 clientes, y más de 600 solo en 2022.

P. ¿Estáis más centrados en los adictos o en los líderes cristianos que podrían hacer una labor de prevención en sus contextos eclesiales?

R. En ambos. Cuando concienciamos, intentamos educar, no sólo a líderes dentro de la iglesia, sino que también trabajamos mucho en entornos seculares. Hacemos seminarios y programas de prevención en colegios y entrevistas en los medios de comunicación, para que la gente que pueda empezar a pensar que quizá tiene un problema con la pornografía pueda hacer algo al respecto.

También trabajamos dentro de las iglesias, ayudándolas a iniciar la conversación, porque ha sido un tema tabú en la iglesia durante mucho tiempo.

Al mismo tiempo, educamos a los líderes sobre cómo hablar del tema, cómo sacarlo a la luz y, sobre todo, cómo abordarlo con gracia, porque a menudo es algo que falta en la iglesia.

P. ¿Crees que la pornografía se considera un problema real en la sociedad?

R. Creo que muchos expertos empiezan a darse cuenta de que es un problema. La Organización Mundial de la Salud ya ha dicho que es un problema y que se puede diagnosticar. No lo llaman adicción, utilizan básicamente el término trastorno de conducta.

Esa opinión va en aumento, pero aun así, cuando los científicos o los expertos hablan de ello, suelen decir que puede ser un problema para ciertas personas, pero que en general la pornografía no es mala.

Eso es probablemente comprensible desde un punto de vista secular, pero cuando vemos que aumenta el número de personas que ven porno y se enganchan a él, consideramos que se está convirtiendo en un gran problema para una gran parte de la población.

P. Quizá el problema es que hoy la educación sexual de muchas personas proviene de la pornografía, lo que repercute en sus relaciones...

R. Exacto, cuando el porno se convierte en una adicción, no sólo afecta a tus relaciones, sino también a tu salud, a cómo vemos y enfocamos las cosas.

Vivimos en una civilización muy sexualizada. El porno nos está enseñando que está bien tratar a los demás como objetos de nuestra lujuria con tal de satisfacer nuestros deseos. Dejas de percibirlos como seres humanos con dignidad propia.

P. ¿Tiene el Evangelio una buena respuesta al problema de la pornografía?

R. Sin duda, sobre todo porque ofrece redención y gracia. Las personas enganchadas a la pornografía luchan muy a menudo con sentimientos de miedo, de ser descubiertos por lo que hacen en secreto.

Sienten mucha vergüenza y creen que son malas personas.

El mensaje de la gracia no sólo es necesario para la gente de fuera de la iglesia, sino también dentro de ella.

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P. ¿Trabajáis con ministerios similares en Europa?

R. Conocemos algunos países occidentales que están concienciando sobre este tema, pero nuestro enfoque es que combinamos la concienciación con la ayuda práctica, por lo que nuestro objetivo ahora es expandirnos especialmente por Europa del Este, donde la concienciación es lenta y la gente no está acostumbrada o no puede pagar por recibir ayuda. Por eso queremos ofrecer ayuda gratuita también allí.

Estamos buscando socios potenciales en estos países a los que podamos ayudar, formar y orientar, y ofrecerles recursos para que inicien también un ministerio en sus países.

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