En el mundo se suicidan 2700 personas al día y 54.000 lo intentan, “cifras que superan a la suma de las víctimas mortales de todas las guerras y homicidios que se producen en el planeta” informaba el programa Documentos TV.
A pesar de que hay tantos casos,
el suicidio es un tema tabú que los medios silencian por el llamado “efecto imitación”. Los familiares y personas que rodean a este problema no hablan de ello, pero muchos profesionales están trabajando para que esto cambie y poder dar la vuelta a las estadísticas.
Carmen Tejedor, psiquiatra, lleva más de 30 años investigando el suicidio. En 2006 implantó un programa que redujo en un 23% el reintento de suicidio en sus pacientes. Tejedor
definía al suicida como aquel que “quiere poner fin a una situación que considera intolerable. Su sufrimiento puede estar causado por varios motivos: sentirse maltratado por la sociedad, anticipar desgracias, o el grupo más numeroso, el que quiere poner fin a su sufrimiento”.
LAS CAUSAS
El 90% de los suicidios están vinculados a una enfermedad mental, aunque los profesionales advierten que también hay otros factores de riesgo como las adicciones al alcohol y las drogas o las alteraciones afectivas.
El psicólogo Esteban Figueirido afirmaba para este periódico acerca de ese 10% que no está vinculado con las enfermedades mentales: “Lo que más llama la atención es que una persona sin patología psiquiátrica se suicide. Aunque la realidad es que la persona, en el momento en que se suicida suele encontrarse en un estancamiento o deterioro psicológico importante”.
“Por la causa que sea, el afectado se encuentra en desequilibrio y el trasfondo es la desesperanza y la desesperación, entendiendo que quitarse la vida, para él o para ella, es el único camino que puede aliviar su dolor o resolver la situación en la que se encuentra. Así que esa decisión no es por enajenamiento mental, ni por un mero impulso, sino por ser la conclusión ‘racional’ a la que llega la persona”, explica Figueirido, presidente del Grupo de Psicólogos Evangélicos en España.
La doctora Tejedor afirmaba también que hay diferencias evidentes entre hombres y mujeres: “Las mujeres intentan suicidarse tres veces más que los hombres, sin embargo los hombres son los que finalmente consumen el suicidio más que las mujeres”, sigue explicando la doctora.
SE PUEDE PREVENIR
La buena noticia es que si este problema se reconoce como tal y deja de silenciarse, puede detectarse y trabajar con ello de forma más efectiva, provocando así que el número de personas que deciden quitarse la vida en nuestro país disminuya considerablemente.
El suicidio se puede prevenir. En España no existe un plan global de prevención de suicidio y cada hospital desarrolla cada plan de actuación.
Pese a que algunos familiares afectados por este problema creen que las ayudas son insuficientes o erróneas, profesionales del sector afirman que “el 70% de los reintentos de suicidio constituyen a todos aquellos que no hemos conseguido vincular a estos servicios de ayuda, por tanto tenemos un programa bastante eficaz”.
LOS MÁS AFECTADOS
Los adolescentes y los mayores de 65 años presentan la mayor tasa de suicidio consumado. En el caso de los mayores de 65 años, suele verse conectado con la soledad o enfermedad.
“Cuando una persona mayor dice ‘yo ya he hecho lo que tenía que hacer en la vida, soy una carga, por eso voy a suicidarme’, esta lucidez está tan desprovista de vida que es realmente muy poco libre”, dice Tejedor.
En el caso de los adolescentes esto sucede porque suelen tener más dificultades en la toma de decisiones. “Si les dotamos para aprender a dar múltiples soluciones posibles a un problema, seguramente no se planteen el suicidio como una opción”, explicaba Joaquim Puntí, psicólogo clínico juvenil.
El tener unas expectativas altas sobre algo concreto puede generarles un malestar emocional. Si a esto añadimos que el adolescente es alguien de carácter impulsivo y le sumamos una baja tolerancia a la frustración, empezará a realizar conductas negativas. Sin embargo, si a esta persona se le enseña que tiene más alternativas y opciones se puede reducir el riesgo de suicidio. “La idea es que los adolescentes se sientan más competentes a la hora de tomar decisiones.”
LA SITUACIÓN EN ESPAÑA
Se considera que España tiene una tasa baja de suicidios. Sin embargo se cree que nuestro sistema de registros no es totalmente fiable: “Los suicidios en España se contabilizan a través del INE. Lo que ocurre es que muchas muertes que se cuentan como por accidentes de tráfico u ahogamiento son encubiertas cuando realmente ha habido un suicidio detrás. Si no hay una nota de despedida o alguien que haya visto el suicidio, se dictamina que es un accidente”, explica Javier Jiménez, psicólogo clínico.
Un dato alarmante, que explica el periodista y escritor Álvaro Colomer, es que tendemos a pensar que en los países escandinavos, el número de suicidios es mucho mayor que en un país como España. Sin embargo, “lo que se sabe es que en estos países las estadísticas son mejores y desde el principio se registran las muertes por suicidio como tal”.
LOS DESAHUCIOS
La oleada de desahucios en nuestro país está provocando una desesperación tal, que muchos son ya los afectados que han decidido quitarse la vida ante esta situación. Según informa la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), los suicidios por causa de los desahucios no se contabilizan de forma correcta y los medios de comunicación no quieren informar de ello.
Aún así, se estima que actualmente, el 34% de los suicidios que se dan en España provienen por casos de personas que han sido desahuciadas.Uno de los últimos casos fue el de una pareja de jubilados de Mallorca el pasado mes de febrero, que se suicidaba tras haber recibido el aviso de desalojar su casa.
MANTENER LA ESPERANZA
Esteban Figueirido, psicólogo, afirmaba acerca del suicidio para Protestante Digital: “A mucha gente se le pasa por la cabeza, otros tienen intentos y algunos lo consiguen. Aunque no es una problemática nueva, es cierto que la situación económica que vivimos con todas sus consecuencias, hace que se vea el suicidio como una manera de salir de una situación insostenible”.
Sin embargo, el suicidio no sólo acontece por nuestra situación de crisis actual: “No creo que sea la solución de raíz, decir que si restauramos nuestra situación económica haremos desaparecer o disminuir esa problemática. El problema tiene más fondo. Principalmente lo que las personas necesitan para no desear y menos ejecutar un suicidio, es tener esperanza”.
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