“No hay nada en este sistema de definición que restrinja el género a las mujeres”. Esta es una de las ideas principales que se encuentran en el informe más reciente de las Naciones Unidas sobre orientación sexual e identidad de género (comúnmente conocido en inglés como SOGI).

El documento ha sido elaborado por el “experto independiente en protección contra la violencia y la discriminación por orientación sexual e identidad de género” de Naciones Unidas, Víctor Madrigal Borloz.

El experto de la ONU presentó el informe sobre teoría de género titulado La Ley de Inclusión, el 24 de junio, en un diálogo sobre el tema con el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra. Como en años anteriores, el organismo internacional ha aprovechado la ocasión del mes de concientización LGTBI (junio) para presentar un nuevo documento SOGI.

El informe de Naciones Unidas identifica “ideologías dominantes” anti-LGTBI

Para Madrigal Borloz, es “evidente que la teoría de género, los enfoques basados en el género y la interseccionalidad proporcionan un marco para abordar múltiples asimetrías de poder (derivadas de cómo se construye y opera el sexo en las sociedades)”.

El experto independiente opina que quienes utilizan el término “ideología de género” están “retrocediendo los derechos humanos de las personas LGTBI”.

Al mismo tiempo, el informe elogia a las personas disconformes de género que “resisten” contra las “ideologías dominantes” (refiriéndose a las “construcciones binarias de género”) y que, considera, son “afectadas por la violencia y la discriminación”.

El informe de la ONU llega incluso a decir que “no hay nada en este sistema de definición que restrinja el género a las mujeres”, y añade que “la evidencia lleva a la conclusión de que todos los seres humanos viven en sociedades de género atravesadas por jerarquías de poder y preconcepciones”. En el documento también puede leerse que la “teoría de género” ayudará a combatir los “sistemas de masculinidad violenta”.

Además, el experto opina que en todo el mundo ha habido muchas “tradiciones culturales” que reconocen “géneros que no se corresponden con el binario masculino / femenino”.

En el informe se alude al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que “incorporó la identidad de género en su jurisprudencia desde 1992, primero en relación con la privacidad y la vida familiar, y notablemente en 2003, mediante el reconocimiento de la identidad de género como uno de los aspectos más íntimos de la vida privada de la persona”, y añade que “una plétora de documentos de la Unión Europea se relacionan con la identidad de género ” también apuntan a los derechos de las personas transgénero.

Las políticas LGTBI “no se oponen a los derechos de la mujer”

Respondiendo a las reivindicaciones de los grupos feministas y otras entidades, incluidas las organizaciones cristianas, el autor del informe sostiene que “el trabajo para abordar y, en última instancia, erradicar la violencia y la discriminación basadas en la orientación sexual y la identidad de género no se opone a los derechos humanos de las mujeres” sino que, opina, “legalmente se refuerzan unos a otros”.

En las recomendaciones finales del informe, Madrigal Borloz pide a los Estados que “proporcionen acceso al reconocimiento legal de la identidad de género” en áreas que incluyan la “autodeterminación del solicitante”, en procesos administrativos que “no estén conectados con requisitos abusivos, como la certificación médica”, y en “asegurar que los menores tengan acceso al reconocimiento de su identidad de género”.

El experto independiente también aconseja a los países de todo el mundo que “desmantelen cualquier remanente de patologización en relación con la orientación sexual y/o la identidad de género”. El informe, que ha sido presentado en la 47ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, complementa otro titulado Prácticas de exclusión, presentado en la 76ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

[photo_footer]El salón de los Derechos Humanos en el palacio de las Naciones, en Ginebra. / Ludovic Cortes, Wikimedia Commons[/photo_footer]

Finalmente, las religiones no se incluyen como amenaza a las personas LGTBI

En la “solicitud de aportaciones” anterior a la redacción del informe final, el experto independiente había planteado una serie de “preguntas clave” que en algunos casos señalaban a los grupos religiosos como una amenaza.

Por ejemplo, una de ellas planteaba lo siguiente: “¿Hay ejemplos en los que el concepto de género se haya utilizado en narrativas religiosas o narrativas de tradición, valores tradicionales o protección de la familia para obstaculizar la adopción de medidas legislativas o políticas destinadas a abordar o erradicar la violencia y la discriminación basada en sexo, género, orientación sexual e identidad de género?”.

Otra pregunta anterior para enfocar el informe fue la siguiente: “¿Existen iniciativas tomadas por los Estados en relación con el derecho a la libertad de religión, creencias o conciencia (incluida la figura de la objeción de conciencia) que hayan tenido el impacto práctico de limitar la efectividad de los derechos humanos (incluidos los derechos sexuales y reproductivos) de las personas LGTBI?”. Sin embargo, en su estado final, el informe no alude a grupos ni enseñanzas religiosas.

Reacciones críticas

Más de 500 contribuciones por parte de Estados, partes interesadas no estatales, organizaciones y de individuos se han enviado a la ONU en el tiempo de presentación de propuestas abierto antes de la redacción definitiva del informe. Nueve de las diez organizaciones a las que se concedió el derecho a intervenir en la sesión del Consejo de Derechos Humanos del 24 de junio se mostraron claramente a favor, siendo el grupo católico español HazteOir el único que se mostró crítico.

Otra organización que ha respondido con un enfoque crítico es el Consejo Cristiano Transatlántico (en conjunto con otras organizaciones cristianas de Países Bajos, Suiza, Albania y Kenia), que ha manifestado: “Desde la primera oración sobre género, este se introduce como una teoría, cuya redacción contiene la reivindicación de verificación científica. Retrata al género como una construcción social o creada socialmente. Creemos que la teoría de género es una ideología. Sobre una base científica creemos que los sexos se basan en la biología. También creemos que Dios creó al hombre y a la mujer”, ha señalado.

El tema de los derechos LGTBI y su promoción ha sido un tema muy controvertido a escala global, especialmente en el caso de la aplicación de políticas trans, que según muchas organizaciones feministas han afectado seriamente la protección de niñas y mujeres.

La WEA en Ginebra: “Los seres humanos son creados hombre y mujer”

La Alianza Evangélica Mundial (WEA, por sus siglas en inglés) está representada en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, donde participa en el diálogo que se desarrolla en todo tipo de temas relacionados con los derechos humanos.

En una declaración enviada a Evangelical Focus, el representante de la WEA Wissam al-Saliby, aseguraba que “todas las personas son creadas a la imagen de Dios y, por lo tanto, tienen un valor inestimable”. “La WEA defiende la enseñanza de la Biblia que dice que los seres humanos son creados hombres y mujeres, y que las relaciones sexuales deben disfrutarse en un matrimonio heterosexual”, añadía.

Por eso, dice, “los cristianos evangélicos comunican esta verdad y defienden su fe con humildad, gracia, amor, mansedumbre y respeto”. “Reconocemos que no siempre hemos estado a la altura de este desafío. Nuestro compromiso público y nuestra defensa se basan en la esperanza que tenemos en Dios y en sus promesas, no en los sistemas terrenales de gobierno, en la legislación o en los gobernantes”, remarca.

El representante de la WEA agrega: “También creemos en nuestra libertad para expresar esta creencia en el ámbito público. Tal expresión no debe verse en modo alguno como un llamado a la discriminación o un llamado al odio”. “Creemos en el diálogo y el compromiso constructivo. La WEA y nuestras alianzas nacionales están dispuestas a colaborar con los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y los expertos de la ONU en estos asuntos, en lugar de poner barreras”, subraya al-Saliby.

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