Despilfarro, gastos no justificados, viajes, supuestos gastos protocolarios… Todo esto engloba la utilización del dinero público para asuntos privados, ante lo cual la opinión pública exige ahora mayores explicaciones. La crisis lleva al ciudadano común a prestar atención a cuestiones que antes pasaba por alto.
El hundimiento de
Carlos Dívar –quien se vio obligado a dimitir como presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo- ha provocado la visibilidad de la utilización del dinero público por nuestra casta política para asuntos privados, disfrazándolo todo bajo la partida de gastos protocolarios.
Veintiocho mil euros no justificados en viajes y gastos de representación durante cuatro años –utilizados básicamente en week ends de lujo en Puerto Banús- es la cantidad que ha desatado el ‘escándalo Dívar’.
El presidente del CGPJ es la cuarta autoridad dentro de la estructura del Estado. Por delante de él aparecen el rey, el presidente del Gobierno y el del Congreso de los Diputados. Como él, todos cuentan con especie de gratis total sin explicaciones: los gastos de representación.
LOS MONTOS
El rey tiene como sueldo 140.519 euros anuales, pero cuenta con más de 150.000 para gastos de representación. Lo mismo le sucede al
príncipe de Asturias, que percibe sueldo más gastos de representación. Mientras que
la reina, la princesa de Asturias y las infantas Elena y Cristina cuentan con una cantidad presupuestada para gastos de protocolo, común para todas ellas, de 375.000 euros. Nadie pide explicaciones de sus facturas. Ninguna persona ha preguntado por su utilización ni quiénes eran sus acompañantes.
El presidente del Gobierno tiene un sueldo menor que la máxima autoridad judicial: 130.152 euros gana el presidente del CGPJ, casi el doble que Rajoy. Los veinte
vocales del Consejo perciben 112.249 euros al año, por lo que también duplican el salario de los ministros. Pero los
gastos de protocolo del Palacio de la Moncloa son insuperables: más de 500.000 euros al año para gastos de representación y 355.360 más para “gastos de palacio” y “atención al Consejo de Ministros”.
TRANSPORTE DE LOS DIPUTADOS
Los que más han engrosado los
gastos de representación personal son los diputados del Congreso. El Congreso pagó, en 2011, 7.294.030 euros en billetes de Iberia y de Renfe en gastos de kilometraje. El Congreso cubre los gastos de transporte en medio público de los diputados. Además la Cámara facilita a cada diputado que no dispone de vehículo oficial una tarjeta personalizada que permite abonar el servicio de taxi de la ciudad de Madrid, con un límite mensual de 250 euros.
Pero, aparte de
portátiles y teléfonos móviles, los diputados que ostentan cargo (presidente, vicepresidentes, portavoces y presidentes de Comisión)
cobran mensualmente como gastos de representación cantidades que van de 775 a 3.915 euros. Además, perciben también gastos de libre disposición que llegan a los 3.200 euros mensuales por diputado con cargo.
“UNA MISERIA”
Si sumamos y dividimos cantidades, los 28.000 euros en cuatro años no explicados por Dívar –“una miseria”, según él- no tienen peso comparándolos con lo que se gastan otras autoridades públicas -algunas menos representativas que la máxima autoridad judicial-. Pero los que deberían pasar primero la prueba en cuanto a explicación y transparencia de “en qué y con quién” se han gastado los dineros del protocolo son, precisamente, los que se pusieron tan exigentes y provocaron la caída de su presidente.
Los vocales del CGPJ tienen que explicar cómo es posible que 21 señores se hayan gastado 470.000 euros en desplazamientos nacionales en solo once meses del año 2011. Una media de 22.411 euros gastados por cada uno de los 20 vocales más el presidente del CGPJ. En estos números
no están incluidos los gastos realizados por el CGPJ en desplazamientos internacionales (otros 360.000 euros) ni lo que cuesta el traslado de los escoltas que viajan con ellos (otros 295.000).
ANTE UN ATASCO, VUELA
El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, durante la Semana Santa de 1988, utilizó un avión Mystère de la Fuerza Aérea Española para sortear un atasco kilométrico en la frontera de Portugal y llegar a tiempo a una corrida de toros en La Maestranza de Sevilla. No se quería perder la faena de Curro Romero.
Otro episodio a tener en cuenta es el ocurrido en junio de 2010. La delegada del Gobierno de Extremadura, Carmen Pereira, utilizó a una pareja de la Benemérita para localizar a su asistenta, ya que había perdido las llaves de su casa. A pesar del escándalo, la delegada no dimitió ni tampoco pidió perdón a la Guardia Civil.
Si seguimos con este ejercicio de memoria, más de una, y más de dos, fueron las ocasiones en que el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, utilizó los aviones de la Fuerza Aérea Española para fines puramente particulares suyos o de su partido. Mítines de su partido en Sevilla y Gijón. Viajes privados para ir de compras con Sonsoles y sus hijas a Londres. Estos hechos fueron denunciados intentando que los gastos fueran resarcidos por él o por su partido. Como en otras ocasiones, la justicia hizo oídos sordos a la denuncia.
Si quieres comentar o