Una carta abierta firmada en los últimos días por al menos evangélicos en Rusia condena la guerra llamando “a las cosas por su nombre”.

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Según Christianity Today, los firmantes son principalmente pastores bautistas y pentecostales, así como otros líderes cristianos de Moscú, San Petersburgo y otras ciudades de Rusia. El texto se ha hecho público en la página web de una editorial protestante el 2 de marzo, y lleva la firma inicial de 9 pastores evangélicos.

“Nuestro ejército está involucrado en hostilidades a gran escala en otro país, arrojando bombas y misiles sobre las ciudades de nuestra vecina Ucrania”, dice la carta disponible en Internet para ser firmada por otros evangélicos rusos. “Ningún interés o causa política puede justificar la muerte de personas inocentes. Mueren ancianos, mujeres y niños”.

Se cita Jeremías 18:7-8 y se mencionan otras referencias a la Biblia para oponerse a la guerra. “La Sagrada Escritura nos insta a ‘quitar nuestras manos del mal y buscar los caminos de la paz’ y advierte que ‘el que siembra el mal, lo cosechará’”.

La carta termina con estas palabras: “Necesitamos arrepentirnos por lo que hemos hecho, primero ante Dios y luego ante el pueblo de Ucrania. Necesitamos rechazar las mentiras y el odio. ¡Hacemos un llamado a las autoridades de nuestro país para que detengan este derramamiento de sangre sin sentido!”.

Unos días antes, las iglesias pentecostales y bautistas en Rusia habían escrito al presidente Vladimir Putin pidiéndole participar en procesos de pacificación que podrían detener el conflicto armado.

Más restricciones en Rusia

El parlamento ruso se reunió en una sesión extraordinaria este 4 de marzo para discutir nuevas medidas que restringen aún más la libertad de expresión y pretende silenciar la oposición interna a la guerra.

Las protestas contra la invasión de Ucrania se han visto en las calles de las principales ciudades rusas desde que comenzó la invasión de Ucrania el 24 de febrero. Más de 6.500 personas han sido detenidas hasta el momento.

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Carta abierta publicada el 2 de marzo de 2022

“Si en algún momento anuncio que una nación o un reino ha de ser desarraigado, derribado y destruido, y si esa nación a la que advertí se arrepiente de su maldad, entonces me arrepentiré y no le infligiré el desastre que había planeado”. (Jeremías 18:7-8).

¡Queridos compatriotas!

Nuestro ejército está involucrado en hostilidades a gran escala en otro país, arrojando bombas y misiles sobre las ciudades de nuestra vecina Ucrania. Como creyentes, evaluamos lo que está sucediendo como el grave pecado del fratricidio, el pecado de Caín, que levantó la mano contra su hermano Abel.

Ningún interés o causa política puede justificar la muerte de personas inocentes. Mueren ancianos, mujeres y niños. El personal militar de ambos lados muere, las ciudades y la infraestructura son destruidas. Además de los objetivos militares, los proyectiles y las bombas destruyen hospitales, edificios civiles y viviendas. Numerosas personas se han convertido en refugiados y las zonas de guerra están al borde de una catástrofe humanitaria.

Además del derramamiento de sangre, la invasión de la Ucrania soberana atenta contra la libertad de autodeterminación de sus ciudadanos. El odio se está sembrando entre nuestros pueblos, lo que creará un abismo de alienación y enemistad para las generaciones venideras. La guerra está destruyendo no solo a Ucrania, sino también a Rusia: su gente, su economía, su moralidad, su futuro.

La Sagrada Escritura nos exhorta a "quitar nuestras manos del mal y buscar los caminos de la paz" y advierte que "el que siembra el mal, lo cosechará". Si realmente queremos confiar en los valores espirituales, es crucial que prestemos atención a las palabras de Jesucristo: "Mete tu espada en su vaina, porque el que toma la espada por la espada también perecerá". También se dice: "El juicio no se aplica rápidamente a las acciones corruptas; por eso el corazón de los hijos de los hombres no teme hacer el mal”. Pero el juicio de Dios es imparcial e inevitable.

Hoy es el momento en que cada uno de nosotros debe llamar a las cosas por su nombre. Mientras todavía tenemos la oportunidad de escapar del castigo de arriba y evitar el colapso de nuestro país. Necesitamos arrepentirnos por lo que hemos hecho, primero ante Dios y luego ante el pueblo de Ucrania. Necesitamos rechazar las mentiras y el odio. ¡Hacemos un llamado a las autoridades de nuestro país para que detengan este derramamiento de sangre sin sentido!

(Esta traducción al español puede contener pequeñas diferencias con los términos utilizados en la carta original en ruso)