Desde hace meses, el gobierno de Nicaragua aplica una política represiva hacia las entidades, oenegés e iglesias evangélicas y católicas, que ha culminado con la inhabilitación de más de 1.500 de ellas este verano.

Recientemente, incluso la Alianza Evangélica Nicaragüense ha sufrido los embates del Gobierno, al cancelarse su personería jurídica, junto a otras 169 entidades más afectadas por las nuevas medidas aprobadas por el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Ante esta situación, la Alianza Evangélica Española ha querido transmitir su queja formal ante el gobierno de Nicaragua. En una carta enviada al consulado en España, la AEE expone su “enorme preocupación” por la situación actual.

AEE: “Dé marcha atrás en su acoso y derribo de las libertades en Nicaragua”

La AEE denuncia “la persistente actuación del gobierno de su país en su progresiva escalada de cierre de entidades, iglesias, asociaciones y misiones evangélicas, junto con católicas y de otro carácter”, que desde la entidad evangélica española consideran infundada y sin razón.

“La actuación y actividad de los evangélicos en Nicaragua han supuesto una aportación de riqueza de todo tipo al país (material, cultural, espiritual, de valores)”, manifiesta la AEE, enfatizando que “como cristianos evangélicos valoramos como un principio y derecho fundamental para la persona sus libertades, en todas sus manifestaciones: de expresión, de conciencia, de pensamiento y religiosa”.

“No podemos dejar de manifestar nuestro absoluto rechazo a su actuación, que ha culminado recientemente con el cierre de la Alianza Evangélica de Nicaragua, que representa a los evangélicos de su país en la Alianza Evangélica Latina, y a su vez ésta en la Alianza Evangélica Mundial (WEA, por sus siglas en inglés)”, expone la carta.

“Le pedimos de la manera más respetuosa y firme que no sólo detenga, sino que dé marcha atrás en su acoso y derribo de las libertades en Nicaragua. Aunque no se dé cuenta, el primer perjudicado es el propio Gobierno y el conjunto del país”, añade la junta directiva de la AEE.

“Trasladamos este rechazo nuestro a las mencionadas Alianza Evangélica Europea y Alianza Evangélica Mundial, y a los políticos de nuestro país esperando que todos unidos podamos reconducir hacia la sensatez todo este desastre terrible”, concluye la misiva, pidiendo al Gobierno que “recapacite y se aleje del mal que mancha sus manos y acciones”.

Preocupación a nivel internacional

Según el recuento de organizaciones independientes, el régimen de Ortega-Murillo ha cancelado más del 70% de las 7.227 oenegés que existían en Nicaragua en 2017.

Tras el cierre masivo ocurrido en agosto, el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU ha denunciado que esta acción contra la sociedad civil es “profundamente alarmante” y, más aún, en un país que ha visto su espacio cívico “severamente erosionado” en los últimos años.

“El grave impacto de estas medidas sobre los derechos a la libertad de asociación y expresión, así como sobre la libertad religiosa, hace cada vez más difícil la defensa de los derechos humanos en Nicaragua”, indicó entonces la portavoz del organismo de la ONU, Liz Throssell.

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