Ecumenismo, «diálogo de sordos», dice José de Segovia

El Vaticano no se mueve. Por ejemplo, el Papa ha reafirmado la doctrina católica según la que sólo a su Iglesia le corresponde interpretar la Escritura. Una creencia que «imposibilita la introducción de cualquier visión objetiva» o «discrepancia» a lo que la iglesia católica afirme sobre la Biblia. José de Segovia asegura que la identidad evangélica se afirma en la lectura comprensiva de la Biblia, «capaz de confrontar nuestros planteamientos humanos erróneos».

No habla de oídas, sino por experiencia propia, ya que este pasado verano se celebró un encuentro oficial entre la Alianza Evangélica Mundial y el Vaticano en Sao Paulo, en el que estuvo presente el teólogo evangélico José de Segovia. Esta consulta sirvió para confrontar muchos temas, entre ellos las cuestiones éticas y la posibilidad de afrontarlas de forma conjunta ante la sociedad. De ello habló en una entrevista concedida a eMision.

CUESTIÓN DE ÉTICA
El tema estrella del encuentro fue la ética, en la que «parece que a veces nos es mucho más fácil estar de acuerdo que en doctrina», según explica José de Segovia. De hecho «hay evangélicos que dicen que en temas como el aborto sí podemos unirnos», pero para el teólogo se constató que «no tenemos un punto de vista común sobre estos temas».

Entre ellos, asuntos como el aborto, la anticoncepción o la eutanasia, donde los católicos «basan sus argumentos en la autoridad de la teología natural» algo que para los evangélicos simplemente «no existe. La naturaleza no es una revelación que con autoridad sirva para afirmar que porque algo sea natural significa que es sagrado». De Segovia explicó que, por tanto, «las diferencias son radicales en cuanto a la base en la que se sostienen estas campañas, que serían para muchos evangélicos territorios de alianza».

EL DILEMA DE LA INTERPRETACIÓN
En el encuentro se partía de algunos puntos en común, «como la Trinidad o la fe en la persona de Cristo», básicos para la Alianza Evangélica Mundial. A partir de ahí, las divergencias aumentan, y entre ellas destaca de manera especial el conflicto sobre la interpretación bíblica.

El Papa Benedicto XVI afirmó recientemente la necesidad de «leer la Escritura como una unidad»; entendiendo por esta unidad de lectura «leerla a partir de la Iglesia (católica) como su lugar vital y considerar la fe de la Iglesia (católica) como la verdadera clave de interpretación». Algo que no es más «que la reiteración de un dogma», explica José De Segovia. «Desde el punto de vista romano, la visión protestante es arbitraria y caprichosa y, según ellos, la suya se apoya en la tradición y la coherencia con toda la enseñanza vaticana de tantos siglos», añade. Así se construye «un circulo cerrado en el que todo está determinado y nunca se podrá contraponer ningún versículo de la Escritura a la enseñanza de Roma, porque por definición la Iglesia católica enseña lo que enseña la Escritura».

A pesar de este principio diferencial, algunas comunidades están estableciendo diálogos ecuménicos con la iglesia católica. Para José de Segovia, se trata de «un diálogo de sordos» ya que «cualquier apelación a la verdad que llena la Escritura tiene que ser sometida a lo que enseña la doctrina Romana». Y llega a ser frustrante comprobar que es imposible «introducir el elemento objetivo de crítica, valoración, discernimiento fuera de esta enseñanza, esta traducción, o aquella interpretación».

El problema de que no acepten «ninguna perspectiva» fuera de su pensamiento propio es algo que los protestantes siempre han desechado. Para José de Segovia, el examinar los planteamientos propios a la luz de la Escritura «es clave: leemos la Biblia para ser corregidos por ella». Por medio del estudio de la Biblia «cambia nuestra mente, podemos ir pensando como el Señor indica en la Escritura», pero si en cambio «empiezas desde una perspectiva en la que lo que crees es la única verdad, la Biblia se convierte en un libro cerrado para ti».

La parte negativa de esta amplitud de miras puede estar la gran diversidad de opiniones que se encuentran en la iglesia evangélica. «Hay una gran diferencia de opiniones entre los que íbamos en la misma comisión evangélica», explica De Segovia, en contraposición a «la coherencia y consistencia» de las opiniones de los católicos. «Ellos no salen de su sorpresa en cuanto a las dificultades que tenemos para poder hablar con una sola voz», explica De Segovia, asumiendo que «forma parte de nuestra propia idiosincrasia». Quizá «sea lamentable», pero «la realidad evangélica es una jaula de grillos», donde «cada uno piensa y razona a su manera, pero también es cierto que es consecuencia de que creemos que la verdad no está en nosotros, sino en la Biblia y en Dios». El trabajo está para los protestantes en «guiarnos por la Biblia, intentar aprender algo más y encontrar un punto en común en ella».

LOS ´MODELOS´ DE DIÁLOGO ECUMÉNICO
El Vaticano lleva varios años potenciando el contacto con otras confesiones, lo que se ha denominado movimiento ecuménico. José de Segovia explica en la entrevista que «hay tres niveles de diálogo» impulsado por la iglesia católica. Primero, unas conversaciones proratorias «que son informales y sin validez», mantenidas, por ejemplo, con los evangélicos en multitud de ocasiones. El paso siguiente es la consulta, un siguiente paso donde «quieren saber qué queremos nosotros y decirnos qué quieren ellos». El diálogo ecuménico oficial, finalmente, sólo lo han tenido «con la iglesia ortodoxa y luterana, y la anglicana que ha tenido un acuerdo especial» y porque estas confesiones han establecido el contacto con la iglesia Católica partiendo de la continuidad de la ordenación por imposición de manos «que vendría de la autoridad de la iglesia de Roma». En estos momentos, la iglesia católica ha reconocido a la Iglesia de Inglaterra y a la Iglesia Ortodoxa Oriental. Una categoría que no han alcanzado «luteranos ni metodistas», ya que se basan en este elemento «casi de un mundo mágico», explica el teólogo.

CRISTO, LA ÚNICA RESPUESTA
Otro aspecto que sorprendió al teólogo de la consulta con los católicos es «la lucidez, claridad y profundidad con la que tratan los temas. Uno no está de acuerdo, pero estamos a años luz de seriedad y profundidad en la forma de tratar los temas y eso es lo más admirable que se puede decir de ellos». Además, reconoce que mantener relaciones personales con los católicos es muy positivo.

«Lo que más valoré en el encuentro es la calidez humana que encontré», reconoce José de Segovia. Pero este «no es un punto de vista válido» para el diálogo ecuménico. «Hay personas encantadoras en cualquier forma de pensar», agrega. «Si fuera por el impacto de personas agradables, no dudaría en hacerme católico», expresa irónico José de Segovia, «pero la cuestión no es esa, sino en quién creemos». La clave está «en Cristo, no en lo majos que somos ni en lo que podemos hacer juntos».

Para el teólogo no hay otro camino «en la religión y su papel en el mundo», lo que considera un error de fondo. «Finalmente se trata de hacer de la fe evangélica una religión más», y en lo que no se puede caer es en «una traición al evangelio y a lo que significa la verdad de Cristo». No hay religión que pueda salvar, concluye De Segovia, ni unidad que pueda funcionar sin la verdad.

MÁS INFORMACIÓN
Pueden escuchar íntegramente aquí la entrevista de Daniel Oval a José de Segovia sobre “Ecumenismo católico-evangélico, diálogo de sordos”.