La Iglesia de Skauen, en Skien (Noruega), forma parte de la Sociedad Iglesia Evangélica Luterana (DELK, por sus siglas en noruego), una denominación minoritaria con solo 3.300 miembros de todas las edades en diferentes partes del país.

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El edificio recién construido por la congregación en Skien fue consagrado en agosto del año pasado y los miembros estaban felices por el evento. Poco sabían que en los meses siguientes los problemas, por así decirlo, vendrían sobre ellos.

Un grupo de vecinos se quejó de que la luz de la cruz iluminada en lo alto de la torre del edificio de la iglesia era demasiado brillante. La congregación acordó reducir el brillo a satisfacción de la mayoría de sus vecinos.

Las autoridades locales también estaban satisfechas. Se pidió a la congregación que solicitara un sistema de control específico para encender la cruz, y a finales de marzo se lo concedieron.

“Un peligro para la salud”

Para un vecino, sin embargo, esto no ha sido suficiente. Vive a unos 400 metros de la iglesia y ahora afirma que la cruz iluminada podría representar un problema de salud. Recientemente ha apelado la decisión de las autoridades locales de construcción.

El denunciante se refiere, sobre todo, a la historia de la denominación como propietaria de una escuela. La comunidad de la iglesia dirige varias escuelas de primaria e institutos de secundaria, y sus estrictos métodos de enseñanza hace más de 30 años fueron controvertidos y causaron trauma a algunos alumnos.

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Al darse cuenta de esto y reconocer el dolor de algunos de los alumnos, el liderazgo de la iglesia se disculpó con todos los que habían asistido a sus escuelas entre 1955 y 1990. Lo hicieron por primera vez en una declaración en la década de 1990 y luego nuevamente en una carta personal a todos los ex-alumnos en 2018. Desde entonces, los estrictos métodos del pasado han sido cambiados drásticamente y reemplazados por un enfoque educativo moderno y más indulgente.

“Abriendo viejas heridas”

El vecino que ha presentado quejas asegura que al leer los relatos de algunos de los alumnos se hace evidente que no se puede descartar que la cruz de la iglesia “pueda constituir un problema de salud para quienes han estado expuestos” a lo que él llama “estas atrocidades”.

De hecho, vincula la cruz iluminada con los errores pasados ​​en las escuelas de la denominación y sugiere encarecidamente que las autoridades investiguen los supuestos riesgos para la salud de la cruz en la iglesia de Skauen.

El vecino teme que la cruz “abrirá viejas heridas” para aquellos que tuvieron experiencias negativas en las escuelas de la DELK.

Simbolismo

Previamente, el vecino en cuestión había afirmado en el diario local Telemarksavisa que la cruz iluminada le “molestaba porque vivimos en una zona residencial con diversidad de puntos de vista”. “Y parece provocador porque es dominante y se enciende las 24 horas”, había asegurado.

Al mismo tiempo, remarcó que no era la luz en sí misma el problema, sino lo que simboliza la cruz.

“No hay relación”

Rolf Ekenes (de 72 años) fue el supervisor de la DELK entre 2011 y 2019 y él mismo fue alumno anterior de las escuelas de la denominación. En lo personal, no tuvo malas experiencias durante su etapa escolar, pero reconoce que allí muchos alumnos lo pasaron mal. Por lo tanto, la carta de disculpa fue sincera.

Pero estas cosas sucedieron hace varias décadas, señala, y no puede ver un vínculo entre ellas y la discusión actual sobre la cruz en la iglesia de Skauen. “Si la cruz es lo que hace que el el vecino se queje, seguramente tendrá el mismo tipo de reacción en todo lugar donde se vean cruces”, ha dicho Ekenes a la agencia noruega de noticias Kristelig Pressekontor.

La apelación del vecino ha sido recibida por el municipio de Skien y, según el departamento de construcción, pueden pasar meses antes de que la apelación pueda ser procesada debido a problemas de capacidad. Mientras tanto, el destino de la cruz de la iglesia está en el aire.