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Päivi Räsänen, la política finlandesa ex ministra del Gobierno y líder del partido Cristiano Demócrata investigada por un supuesto delito de incitación al odio contra los homosexuales, ha explicado en una entrevista su perspectiva del caso, que será juzgado el próximo 24 de enero.

Durante dos años, el fiscal general de Finlandia investigó sus comentarios en las redes sociales, un folleto publicado hace 17 años y sus opiniones expresadas en un programa de entrevistas. Está acusada de infringir el artículo 10 del Código Penal.

Juzgada por su perspectiva bíblica

En una entrevista publicada recientemente con Alliance Defending Freedom (ADF), Räsänen comenta sobre su experiencia como médico, su familia (ella y su esposo tienen 5 hijos y 7 nietos) y su interés en las realidades sociales. relacionados con temas pro-vida y salud mental, entre otros.

Cuando se le preguntó sobre el proceso iniciado en su contra en el verano de 2019, Räsänen recuerda con una sonrisa las alrededor de 13 horas de interrogatorios policiales en los últimos dos años. Estos interrogatorios fueron a veces “muy absurdos”, dice. “Me senté allí con la Biblia sobre la mesa”, mientras el policía preguntaba “sobre mis creencias y (haciendo preguntas como) ‘¿qué piensas sobre lo que el apóstol Pablo está enseñando aquí?’ o ‘¿qué piensas sobre estos versículos?’ donde habla de actos homosexuales”.

Por otro lado, esos momentos fueron “un privilegio”, dice, porque “tuve la oportunidad de decirle a la policía lo que dice la Biblia sobre el valor del ser humano, que todas las personas son creadas a imagen de Dios, y que por eso todos son valiosos”.

En algún momento, la policía también le preguntó si estaba “lista para renunciar a mis escritos y quitarlos de las redes sociales y los sitios web. Pero respondí que me mantendré en lo que creo y hablaré y escribiré sobre estas cosas también, porque son una cuestión de convicción, no solo una opinión”.

Räsänen fue ministra del Interior de Finlandia entre 2011 y 2015. “Cuando estaba a cargo de la policía nunca me hubiera imaginado que me interrogarían y me harían ese tipo de preguntas en una comisaría”, dice ahora. Eso sería habitual “en la época soviética”, pero no en las sociedades democráticas.

“Siempre he sido muy abierta sobre mi fe, y cuando discutía y escribía sobre estas cosas, nunca tuve la intención de insultar o difamar a nadie”, insiste, “porque creo que todas las personas son iguales y todas las personas son preciosas (… ) Estas convicciones las he suscitado por amor y no por odio”.

Emociones antes del juicio

Räsänen se siente apoyada por mucha gente en Finlandia (“Recibo mensajes de apoyo todos los días”), pero también admite que el caso “ha suscitado muchas discusiones en la sociedad”, así como “en el Parlamento y dentro de la iglesia”.

Antes del juicio, Räsänen dice que tiene la “mente tranquila. Por supuesto, estoy un poco nerviosa porque no he estado en ese tipo de situación antes (…) Orar para tener sabiduría para responder”.

“Confío en que todavía vivamos en democracia, y respetemos la constitución y los acuerdos internacionales”, y agrega: “Yo también confío en Dios”. El apoyo de su esposo e hijos también ha sido clave: “Me han animado: ‘mantente firme y no te rindas’, me dicen”.

Vencer la autocensura

A la política finlandesa le preocupa que los cristianos del país ya no estén seguros de lo que se puede decir y lo que no. “Algunos pastores me han enviado sus sermones o escritos preguntando si podrían ser acusados ​​de algún delito”. Ella cree que especialmente los cristianos más jóvenes “tienen miedo de confesar que son cristianos, temen las consecuencias”. Un estudio reciente en la vecina Noruega parece confirmar estas percepciones.

Räsänen había hablado anteriormente sobre el peligro de la autocensura de quienes creen ser una minoría y por eso temen hablar de sus convicciones. “Quiero alentarlos que ahora es el momento de hablar. Ha llegado el momento de que los cristianos hablen sobre las verdades de la Biblia. Porque cuanto más callamos, más estrecho se hace el espacio para la libertad de expresión y la libertad de religión”.

Ganar el caso sería “un paso muy importante”, piensa, “no solo en Finlandia sino también en Europa y otros países, porque mucha gente en el extranjero está siguiendo este caso”. Por el contrario, si es condenada, “la peor consecuencia no es una multa ni siquiera prisión, sino la censura”. Otros libros, escritos, sermones que expresan convicciones cristianas similares sobre el ser humano y la sexualidad “podrían estar prohibidos”, teme la política. “Las consecuencias serían para toda la sociedad finlandesa, no solo para mí o para los cristianos, sino para todo el pueblo”.

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Apoyo en oración

La parlamentaria habla sobre el apoyo internacional que ha recibido de muchos. “Estoy muy feliz por las oraciones de Finlandia y de otros países. Algunos días he recibido cientos de mensajes de personas que oran. Yo creo que cuando Dios levanta a la gente a orar, va a hacer algo bueno”.

¿Cuáles son sus propias peticiones de oración personales? “Oro por mi país para que tengamos una buena democracia en el futuro. Y oro para que mi caso y toda la publicidad en torno a mi caso, iluminen a los cristianos para que se animen a hablar sobre su fe”.

“La gente no tiene que estar de acuerdo conmigo cuando me apoya”, dice. Algunos no cristianos le han dicho que sí “defienden mi derecho a decir lo que creo”, incluido un compañero parlamentario que es homosexual. Concluye: “Yo quiero hacer lo mismo, también quiero defender a aquellas personas con las que no estoy de acuerdo”.

Comunicado de la Alianza Evangélica Española

En mayo de 2021, la Alianza Evangélica Española emitió un comunicado en el que expresaba su apoyo a Päivi Räsänen y denunciaba la persecución a la que está siendo sometida por la Fiscalía de su país.

“Por mucho que la fiscalía pretenda vestir de progresismo su iniciativa de encausamiento, esta supone ciertamente un preocupante retroceso en el avance del sistema de libertades y va en la dirección opuesta a la Europa que entre todos queremos construir”, expresaba la AEE.

La misiva finaliza con una muestra de apoyo a Räsänen “conscientes de que con ella estamos siendo encausados todos los que defendemos derechos fundamentales sea cual sea nuestro pensamiento, y se está iniciando un retroceso hacia derivas de control autoritario del intercambio de ideas, incompatibles con el espacio de libertades que debe ser Europa”.