El hundimiento electoral del islamista Partido Justicia y Desarrollo en Marruecos ha sido una sorpresa para muchos. La formación llegó a ocupar el ejecutivo en 2011, como uno de los cambios impulsados por el movimiento de la Primavera Árabe. Diez años después, el último legado del histórico movimiento de protestas que se extendió por diferentes países del norte de África y de Oriente Medio, ha perdido la mayoría de su influencia política y social en el reino marroquí.

El cambio en el ejecutivo ha generado expectativas en diferentes sectores de la sociedad, incluidas las minorías religiosas. Sin embargo, la prudencia sigue siendo la norma a la hora de leer los hechos. Y no es para menos.

Marruecos ocupa el puesto 27 en la Lista Mundial de Persecución 2021 de Puertas Abiertas. En 2018, ni siquiera estaba incluido en ella. La máxima autoridad del país, el rey Mohamed VI, ostenta el título de ‘comendador de los creyentes’ en una sociedad donde el 99,6% de la población se delcara musulmana, según Joshua Project.

Años de hostilidad sistematizada

A pesar de que en 2019 el papa Francisco visitó Rabat para felicitar a la monarquía por su gestión de la diversidad religiosa y de las migraciones, la última década ha sido especialmente represiva para las minorías religiosas. “Con el partido islamista se ha vivido un declive significativo en la esfera de los derechos humanos, que ha sido la causa del sufrimiento de las minorías religiosas”, ha explicado a Protestante Digital el presidente de la Unión Cristiana Marroquí, Adam Rabati, en una entrevista.

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Esta afectación sobre los derechos y libertades fundamentales también repercute en un cada vez más grande sector de la población que se declara ateo (un 15% según la BBC y Arab Barometer). Por otro lado, en cuanto a la gestión de las migraciones, el episodio de Ceuta vivido el pasado mes de mayo le ha costado a Marruecos la acusación de utilizar a una parte de su población para generar presión sobre la Unión Europea.

[photo_footer]Marruecos ocupa el puesto 27 en la Lista Mundial de Persecución de Puertas Abiertas. / Annie Spratt, Unsplash.[/photo_footer]

Entrevista con Adam Rabati, presidente de la Unión Cristiana Marroquí

Pregunta: ¿Cuál es la situación tras las elecciones?

Respuesta: Tras la caída del Partido Justicia y Desarrollo, la situación ahora es buena. Todos los cristianos marroquíes han participado en estas elecciones para un cambio. Los cristianos han tenido un papel fundamental en el desplome de los islamistas apoyando abiertamente a los partidos de tendencia liberal. Marruecos está viviendo una gran transformación, al mismo tiempo que las asociaciones y los activistas en defensa de los derechos humanos piden un programa democrático moderno. Esta es la razón del cambio en la formación de un gobierno democrático liberal. 

P: ¿Qué efecto tiene para las minorías religiosas en el país que los islamistas ya no estén al frente del gobierno?

R: Con el partido islamista se ha vivido un declive significativo en la esfera de los derechos humanos, que ha sido la causa del sufrimiento de las minorías religiosas y de la supresión de la libertad individual. Bajo el nuevo gobierno seguiremos teniendo que luchar para conseguir nuestras demandas como cristianos en nuestro país. 

P: Imagino que la pandemia también ha sido dura para la iglesia en Marruecos

R: En general, las iglesias evangélicas han interactuado con los programas de prevención que ha emitido el Ministerio de Salud. Todas las reuniones se suspendieron para evitar la creación de nuevos focos epidémicos. Las actividades se han realizado sobre todo a través de redes sociales.

P: ¿Qué motivos de oración te gustaría compartir?

R: Oramos para que el Señor Jesús toque los corazones de nuestras familias, y también pedimos a las iglesias de otros lugares que oren por la disposición de la iglesia marroquí que se reúne en casas, para que podamos ser la causa de la salvación de las almas.

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