Jimmy Morales gana en Guatemala

Con casi un 70% de los votos a favor, Jimmy Morales se ha proclamado vencedor de las elecciones presidenciales en Guatemala, celebradas este domingo 25 de octubre.

La escasa experiencia política y el discurso renovador de Morales ha convencido a la mayoría en un país que le ha aupado a la presidencia en sólo tres meses.

Nadie esperaba que un elemento ajeno al sistema pudiera irrumpir de tal forma en la campaña, donde supo ganarse la confianza de la gente apelando a lo que otros consideraban sus debilidades.

A su escasa experiencia política, Morales respondió con la limpieza del recién llegado, en un país castigado por la corrupción que derrocó al anterior presidente, Otto Pérez Molina, cuyo proceso judicial todavía tendrá que seguir su curso en los próximos meses.

Morales apeló también a los valores que emergen de su fe. Criado en la iglesia evangélica bautista, ha prometido liderar “un cambio profundo y justo para nuestra hermosa nación”, que considera castigada por la corrupción. Su lema de campaña, “ni corrupto ni ladrón”, ha calado en una sociedad con altos índices de pobreza y delincuencia.

ESPERANZAS DE CAMBIO

Las protestas ciudadanas han cristalizado en un cambio político, aunque habrá que esperar para ver sus efectos. “No se puede dejar de apreciar ese despertar de conciencia de la población; y advertir que el cambio de liderazgos políticos o un frente común contra la corrupción, no aseguran necesariamente el cambio del sistema político del país. Se necesitan transformaciones más profundas”, advertía Israel Ortiz, director del Centro Esdras en Guatemala, en una entrevista tras la primera vuelta, en la que Jimmy Morales consiguió apoyo mayoritario.

Morales es un desconocido en la política, pero una figura muy popular en su país gracias a sus programas humorísticos en televisión. El salto político empezó a dibujarlo hace cuatro años, aunque no ha sido hasta este 2015 cuando ha despuntado.

Esa inexperiencia política se transmite en sus discursos donde “surgen con fuerza rasgos de una propuesta política de corte populista y una arenga política que con frecuencia respalda con citas bíblicas para apoyar sus ideas”, explica Israel Ortiz.

“Según Morales, tiene conocimientos y experiencias del campo empresarial, capacidad de formar equipos, una fe cristiana que impulsa su compromiso de servir, gente con experiencia en el manejo de la cosa pública y administración del estado y un compromiso contra la corrupción, que considera claves para lograr cambios en el país cuando asuma la primera magistratura de la nación”, añade el analista.

GRANDES RETOS POR DELANTE

Los retos para Morales son inmensos. Por una parte, tendrá que lidiar políticamente en un Congreso dominado por “los lobos”, una mayoría política que pertenece a los partidos de la oposición. “No sólo se requiere de la existencia de políticos honrados y competentes, sino de acciones y voluntad política para hacer cambios sustanciales en la sociedad guatemalteca donde los pobres, los marginados las comunidades indígenas llevan la peor parte”, explica Israel Ortiz.

Por otra parte Morales defiende unos valores conservadores – oposición al aborto o al matrimonio homosexual – y aunque se define como evangélico “no se le puede vincular a los evangélicos como movimiento, es decir, no representa ni ideológica ni políticamente a los evangélicos dado que no ha tenido una relación cercana con el movimiento evangélico”, advierte Israel Ortiz.

EL PAPEL DE LA IGLESIA EVANGÉLICA

En todo caso, el apoyo evangélico al candidato ha sido importante en su victoria, teniendo en cuenta el creciente porcentaje que se identifica con la fe evangélica en Guatemala, que alcanza casi un 40% de la población y cuenta con más de 40.000 lugares de culto en todo el país.

En este aspecto, Ortiz considera que el crecimiento evangélico todavía no se ha transmitido a la sociedad. “Los evangélicos tienen una deuda con la transformación integral del país (...) A los creyentes les resulta difícil integrar su fe con la vida socio política del país”, por ello “replantear la teología de la misión de la iglesia se torna en un imperativo, sobre todo porque la pobreza, la desigualdad y la injusticia, afligen la vida de la mayoría”.

Es por ello que muchos evangélicos, explica el director del Centro Esdras, están trabajando para “replantear la teología de la misión, a fin de lograr un impacto más holístico, y que contribuya con la transformación integral de la nación”.