Millones de personas han perdido la vida en las últimas décadas por los disparos de una AK-47, el arma conocida popularmente como ‘Kalashnikov’. El ruso Mijáil Kalashnikov siempre dijo que sentía orgulloso del invento. Sin embargo, tras su muerte una carta revela que vivió una profunda crisis personal en sus últimos años que le llevó a importantes preguntas espirituales.
“¿Qué le aprovecha al hombre ganar el mundo entero su pierde su alma?”, dice la conocida cita de Jesucristo en los evangelios. Es una frase que parece haber perseguido a Mijáil Kalashnikov, el aclamado inventor del
arma de asalto más usada en el mundo, cuando se planteaba el destino de su propia alma al final de su vida. Aunque en público, hasta
su muerte, el pasado 23 de diciembre, siempre defendió que no se arrepentía de nada.
UN ARMA SENCILLA Y MUY EFECTIVA
La
“Avtomat Kalashnikova 47”, que recibe el número del año en el que el ejército ruso empezó a usar la versión perfeccionada del rifle, no le generó a su creador muchos ingresos. Era considerada una muy buena pieza de ingeniería, de
producción barata y fácil de usar sin un entrenamiento especial y que no fallaba en condiciones meteorológicas adversas. Por todos estos motivos, fue copiada enseguida en muchas partes del mundo. Versiones distintas de la AK-47 se usan comúnmente en la actualidad por parte de milicias de los cárteles de la droga, brigadas terroristas islámicas,
movimientos paramilitares, piratas y, claro está, las fuerzas armadas de muchos países.
Aunque no le sacó un gran rendimiento económico, Kalashnikov sí consiguió mucha fama en la actual Rusia, donde se le convirtió en
héroe nacional al recibir premios de las autoridades soviéticas como la “Orden de Lenin” o la distinción de “Héroe del Trabajo Socialista”.
MILLONES DE MUERTOS DURANTE 60 AÑOS
Es difícil cuantificar cuántas personas han perdido la vida por las balas de una AK-47: desde las guerras de la droga en México hasta las matanzas en Siria, pasando por las guerras civiles en algunos países de África o los enfrentamientos en Medio Oriente. Pero sí se puede estimar que
se han vendido unos 100 millones de ejemplares del arma, hasta el momento, así que no sería exagerado afrimar que millones de vidas han sido cortadas con este arma en sus más de 60 años de existencia.
La noticia de que Kalashnikov sufría un profundo “dolor espiritual” al pensar en las matanzas que su invención trajo en la segunda parte del siglo XX han causado sorpresa. No es lo que uno se imaginaría al ver las imágenes que ilustraban los reportajes periodísticos que relataban su muerte a los 94 años, el pasado diciembre. El inventor siempre había posado con satisfacción –incluso de forma desafiante- con el arma que mantendrá viva la memoria de su nombre.
“Mi objetivo era crear armamento para proteger las fronteras de mi patria”, decía el inventor ruso. “No es mi culpa que la Kalashnikov se haya usado en muchos lugares turbulentos. Creo que las políticas de esos países tiene la culpa, no el diseñador del arma”.
Quien fuera mecánico de tanques de guerra, sin embargo, si había reconocido que
“me entristece que [el arma] sea usada por terroristas” (personajes como Osama Bin Laden o Sadam Hussein se fotografiaban a menudo con ella). “Preferiría haber inventado una máquina que pudiera haber usado gente como los granjeros”.
“SOY YO EL CULPABLE DE ESAS MUERTES?”
Se sabe ahora que, pese a sus explicaciones, el propio Mijáil sentía fuertes remordimientos. En una
carta escrita en mayo de 2012 y dirigida al cabeza de la de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el
Patriarca Kirill, Kalashnikov reconocía su dolor por el número de muertes por las que su invención había sido responsable. Explicaba, además, que a los 91 años de edad asistió por primera vez a una iglesia, donde además pidió ser bautizado.
Publicada por el diario cercano al Kremlin “Izvestia”, se puede leer:
“Mi sufrimiento espiritual es insoportable. Sigo teniendo la misma pregunta sin contestarse: si mi rifle acabó con la vida de personas, entonces ¿podría ser que yo, un creyente cristiano y ortodoxo… sea el culpable de estas muertes? Cuantos más años vivo, más penetra esta pregunta en mi cerebro y más me pregunto por qué Dios permitió al hombre tener deseos demoníacos de envidia, codicia y agresión”.
En la carta, escrita con letra temblorosa, Kalashnikov de describe a si mismo como “un esclavo de Dios”. Y añadía:
“El Señor me mostró el camino ya en el atardecer de mi vida”.
IGLESIA ORTODOXA ‘ABSUELVE’ A KALASHNIKOV
Tras hacerse público el contenido de la carta, el
portavoz del patriarca ortodoxo ruso, Alexandre Volkov, confirmaba su autenticidad: “Mijáil Kalashnikov escribió una carta al patriarca Kirill donde expresaba su preocupación sobre las consecuencias de la utilización de su arma (…) El patriarca le respondió en una carta privada”, ha añadido.
Volkov añadía: “La Iglesia tiene una posición muy clara: cuando las armas sirven para proteger a la patria, la Iglesia apoya tanto a sus creadores como a los soldados que las utilizan”. Y concluyó que Kalashnikov “diseñó ese rifle para defender a su país, no para que los terroristas pudieran utilizarlo en Arabia Saudita”.
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