El Dr. Rolf Hille ha respondido con un artículo de la Comisión de Teología de la WEA (Alianza Evangélica Mundial, AEM) al documento oficial de preparación para la próxima asamblea del Consejo Mundial de Iglesias que se celebrará del 31 de octubre al 9 de noviembre (2013) en Busan (Corea del Sur).
En el mismo hace un análisis histórico del ecumenismo en el seno del protestantismo-evangelicalismo, y sobre la actualidad de la teología presente del CMI.
Su análisis y opinión es contundente y crítico con la evolución histórica del CMI, ya que considera que esta institución “se desvió de las bases comunes teológicas sobre la misión para seguir una posición liberal y una ideología política” de forma que “el reconocimiento público del CMI y su influencia sobre el cristianismo disminuyó”.
Pero en especial es negativo con el presente del CMI, ya que
considera que el documento oficial de preparación para la próxima asamblea del Consejo Mundial de Iglesias “es como una ducha fría para los aún delicados brotes del terreno en común de ‘ecuménicos’ y evangélicos” ya que “en la teología de la evangelización presentada por el CMI no se necesita a ningún Salvador”.
ANÁLISIS HISTÓRICO
El ecumenismo en tiempos modernos fue el que llevó a la fundación, en 1948, del Consejo Mundial de Iglesias (CMI).
Pero “desde los años 60 hasta los 80, el CMI se desvió de las bases comunes teológicas sobre la misión para seguir una posición liberal y una ideología política”. Así, dice Hille “se decidió establecer una moratoria, para no enviar más misioneros blancos. Movimientos violentos de liberación en el sur de África fueron financiados con fondos de las iglesias. Lo popular era el diálogo interreligioso, en lugar de la proclamación misionera. Por lo tanto, los evangélicos conservadores y confesionales se distanciaron del CMI”.
Esto llevó a que en 1974 Billy Graham, en el Primer Congreso de Evangelización Mundial no escondiese sus críticas al CMI. “A partir de este momento, los evangélicos aparecieron por primera vez como un importante movimiento internacional en el cristianismo protestante, junto al Consejo Mundial de Ginebra”.
Estas circunstancias llevaron a que “alrededor del cambio de siglo, el reconocimiento público del CMI y su influencia sobre el cristianismo disminuyó”.
Ante esta situación, se buscaron medidas para generar confianza entre el CMI (“los ecuménicos”) y la Alianza Evangélica Mundial (“los evangélicos”). Medidas que llevan entender cuál es el presente del CMI.
EL PRESENTE DEL CMI
El Comité Central del CMI ha publicado, como único trabajo preparativo para la reunión en Corea del Sur, un documento con el título significativo: “Juntos hacia la vida: misión y evangelización en paisajes cambiantes. Una nueva afirmación del CMI sobre misión y evangelización”. Este documento será tratado en la Asamblea General.
Tras estudiarlo con más detalle,
“el trabajo es como una ducha fría para los aún delicados brotes del terreno en común de ‘ecuménicos’ y evangélicos”.
Lo primero que llama la atención a Hille al leer el trabajo es que
“basa la evangelización únicamente en el primer artículo de la fe, es decir, en la Creación”.
Aunque “los evangélicos hoy también critican el capitalismo depredador que padecemos desde la crisis bancaria internacional de 2008 y denuncian la destrucción del medio ambiente y el desperdicio de los recursos naturales ”sin embargo –dice Hille- ¿forma todo esto parte de la misión y la evangelización?”
“La creación ya no es ese mundo paradisiaco e intacto, tal y como surgió de las manos de su Creador. La rebelión del pecador separa al hombre de Dios. El Dios de la vida, al que se menciona continuamente en el documento del CMI, ha traído la muerte sobre el pecador. (…) En realidad, el documento del CMI no ha analizado en ningún momento cuán grande es el peso del pecado” responde Hille en su artículo.
“En la teología de la evangelización presentada por el CMI no se necesita a ningún Salvador” concluye de forma rotunda. “Según el punto de vista del CMI, el mal se encuentra casi exclusivamente en estructuras opresivas y sistemas explotadoressaunque –añade- llama la atención en esta lista es que falta el comunismo“.
La conclusión no puede ser más negativa: “El trabajo preparado por el CMI sobre misiones no solo es deficiente, sino desastroso, porque la esencia de la evangelización, el mensaje de juicio y gracia, se ha difuminado”.
Puede leer aquí el artículo de Rolf Hille: “¿Eutanasia al ecumenismo del CMI?”
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