Mientras continúan los enfrentamientos en las calles de algunas ciudades egipcias y crece la inestabilidad,
el sufrimiento de los más débiles se incrementa en Egipto. Uno de los casos más llamativos de la situación de la justicia en el país es el próximo juicio a dos niños que supuestamente habrían mostrado su desprecio al islam.
El tribunal de Beni Suef, que ya condenó hace un mes a una madre y a su familia por convertirse al cristianismo,
juzgará a dos niños de diez y nueve años por mostrar “desprecio a la religión islámica e insultar al Corán”.
La acusación contra Nabil Naji Rizq y Mina Atallah en el momento de su detención a finales de septiembre por insultar al Corán fue noticia en todo el país, después de que un hombre los viese jugando en basura con unas páginas identificadas como del Corán.
Los niños fueron acusados de rasgar páginas del libro sagrado del islam, y una versión posterior dice que también orinaron sobre el libro. Los niños fueron detenidos y puestos en libertad a principios de octubre, a la espera de juicio.
Su abogado, Karam Gabriel, excusó a los niños explicando que “ni siquiera entienden demasiado bien la diferencia entre el Corán, la Biblia u otro libro cualquiera”. Por el momento, no hay información sobre la fecha exacta del juicio a los dos chicos, ya que las autoridades temen que pueda exacerbar las hostilidades en la ciudad.
ANTI-CONVERSIONES
Desde el ascenso al poder de Mohamed Morsi
la situación para los cristianos en Egipto se ha puesto más difícil.En teoría, la práctica de su fe está protegida por la constitución, pero sin embargo el proselitismo es cada vez más perseguido, impidiendo la “conversión” de los musulmanes.
El tribunal de Beni Suef mostró esta creciente intolerancia el pasado mes de enero, cuando
condenó a Nadia Muhammad Ali y a sus hijos – de edades de siete a quince años - por volver a convertirse al cristianismo después de haberse convertido al islam. Dejar el islam se castiga con la muerte en la visión tradicional de la sharia, que es citada como fuente de derecho en la nueva Constitución egipcia, aprobada con un escaso margen en el referéndum de diciembre de 2012.
El director de la Alianza Copta de Egipto, Yusuf Zaki, se alarmó ante este veredicto. “Estábamos seguros, sobre todo después de la revolución que los tribunales respetarían el derecho de todo ser humano a elegir su religión, pero al parecer
el tribunal se basa en la sharia islámica, y por lo tanto, Nadia fue
condenada a 15 años de prisión”, dijo.
Ali se había casado con un musulmán, Muhammad Mustafa Abdel-Wahhab, hace 23 años en Al Sharqia, una región del interior. Su familia afirma que él la presionó a convertirse al islam. Varios años después de la muerte de su marido, en el 2004, Ali decidió convertirse al cristianismo. Sus siete hijos, nacidos como musulmanes, presuntamente apoyaron su decisión y se unieron a ella en la conversión.
La conversión de los musulmanes está prohibida por la legislación egipcia, por lo que cambiar la designación de la religión en sus documentos nacionales de identidad era prácticamente imposible. La fiscalía alega que Ali falsificó certificados de nacimiento para poder recibir nuevos documentos para ella y sus hijos. El periódico egipcio Al-Masry Al-Yom informó el 13 de enero que lo que Ali pretendía era recibir una herencia de su padre cuya condición era que se convirtiese al cristianismo.
Después de la sentencia el 14 de enero, Ali y sus hijos fueron encarcelados, junto con dos empleados de oficina del Ministerio del Interior que al parecer ayudaron a la familia a cambiar su identidad y la documentación de residencia.
MÁS CASOS
“Casos como el de Ali y sus hijos han atraído la atención internacional, pero muchos otros siguen siendo asuntos locales en gran parte ocultos”, explica el abogado Gabriel.“Nos gustaría ser ciudadanos iguales en nuestro propio país”, dijo Gabriel.
“Los coptos y los musulmanes tienen que ser iguales, es tan simple como eso”.
Gabriel denuncia además que en muchas regiones se les está impidiendo el voto a los cristianos coptos, cortando sus caminos a los centros de votación. Cuenta que se están produciendo secuestro de niñas que son forzadas a convertirse al islam.
En general la comunidad copta en Egipto, a pesar de representar un porcentaje significativo de la población (un 15%), se siente desprotegida. Peor es el caso para los cristianos evangélicos, que son vistos con malos ojos por sus convecinos musulmanes al considerarlos bajo una influencia extranjera de las misiones, por lo que han recibido amenazas en los últimos meses.
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