«La palabra de la promesa»: una Biblia digital encarnada por estrellas de Hollywood

La experiencia de elegir estrellas de Hollywood para protagonizar historias épicas del mundo bíblico ha sido en el pasado, cuanto menos, muy frecuente. Basta recordar éxitos como el retrato que Charlton Heston hizo de Moisés en 1959 en "Los diez mandamientos, o “Ben Hur”, del mismo actor.

Ahora, Terence Stamp va a asumir un papel desafiante: ser Dios mismo. Esta versión del Nuevo Testamento comprenderá 20 CDs, que se compilarán en Chicago. Luke Perry y Marisa Tomei también se sumarán a un conjunto de 100 actores profesionales de gran nivel, en el papel de Judas y María Magdalena respectivamente.

Además, Lou Diamond Phillips va a encargarse de protagonizar al personaje del evangelista Marcos, mientras que John Heard encarnará a otro de los cuatro autores de los Evangelios: Mateo.

EL PRODUCTOR
El productor responsable de "The Word of Promise" es Carl Amari, un empresario cristiano de 43 años de Chicago, que obtuvo su fortuna restaurando y reempaquetando viejos programas radiales que habían resultado de éxito.

A los 30 años ya había fundado una compañía llamada Radio Spirits, con la que vendió más de 60 mil programas en los que trabajaron personalidades como George Burns, Milton Berle y Orson Welles.

La idea se le ocurrió una noche, mientras les leía la Biblia a sus hijos y se dio cuenta de que no podía transmitir el drama y la acción de sus historias.

Amari opina que hay una necesidad que hablen de una vida espiritual y hoy, con lo que está pasando en el mundo, cree que la gente está pensando bastante en la religión y en su fe.

Después del éxito mundial de la película "La pasión de Cristo" de Mel Gibson (costó 30 millones de dólares y terminó recaudando aproximadamente 612), Amari se embarcó en un plan para ofrecer un relato digital de la nueva versión del Rey Jacobo. El empresario todavía está negociando para ver quién representará el papel de Satanás. No sabemos si por no encontrar el perfil de actor adecuado o porque es difícil convenecer a alguien para que le "guste" el papel.