Ceibi celebró su 22º encuentro y seminario presencial

Llegamos, vimos… y disfrutamos dando gracias a Dios. Desde el miércoles 17 al sábado 20 de octubre de 2018 tenía lugar una vez más en la Iglesia Protestante (FIEIDE) de la localidad de Salou (Tarragona) esa cita que estudiantes y profesores del CEIBI esperamos cada año y que ha alcanzado ya por derecho propio el status de sana tradición, eclesiástica y académica al mismo tiempo: nuestro encuentro o seminario presencial en el que, además de las ponencias, las ponderadas reflexiones matinales y vespertinas, la tutoría general de profesores y estudiantes presidida y dirigida por nuestro rector don José Manuel Díaz Yanes y la ceremonia de clausura y graduación, hemos vivido esos momentos inolvidables de camaradería con los amigos de otras veces y con los nuevos que hemos conocido, tanto en los descansos entre ponencia y ponencia como en el comedor del Hotel Acqua, la cafetería, los pasillos, sin olvidar las más que sustanciosas conversaciones mantenidas ¡en cada vehículo cuando, por bondad de los amigos que hacían voluntariamente de taxistas, nos trasladábamos del hotel a la iglesia y viceversa!

Como decíamos en este encuentro, medio en broma pero muy en serio: nos volvíamos a encontrar la gran familia del CEIBI. Pues es cierto. Somos ya una gran y variopinta familia en la que convivimos gentes de todas las regiones de España y parte del extranjero, en la que se escuchan todos los acentos nacionales, en la que el catalán, el castellano y a veces otros idiomas se codean sin problemas, y en la que miembros de diferentes denominaciones del amplio espectro evangélico-protestante conviven hermanados.

Nuestra gran familia ha contado este año con un ponente de excepción. Profesor de CEIBI, al mismo tiempo que pastor en la congregación evangélica de FIEIDE sita en Torredelcampo (Jaén), el joven teólogo emergente José Daniel Espinosa Contreras nos ha presentado un tema al que quizás se preste poca atención, pero que estamos seguros de que quienes hemos asistido a este retiro se la prestaremos para siempre: “¿A quién adoran los cristianos? Introducción a la historia y teología de la Trinidad en el culto cristiano”, título que es también de su investigación de fin de carrera y del libro resultante. En realidad, no solo nos ha introducido: en honor a la verdad José Daniel Espinosa Contreras nos ha lanzado de lleno -casi nos vemos tentados a escribir que nos ha lanzado de cabeza- a un asunto que, por desgracia, parece un tanto descuidado, pero que reviste una gran importancia, una enorme trascendencia, saber a quién adoramos y por qué. Cualquier cosa que intentemos añadir, por elogiosa que pretenda ser, no alcanzará ni la mitad del valor que tales ponencias han tenido en quienes hemos tenido el privilegio de escucharlas. Han supuesto un desafío al que solo podemos responder con un compromiso firme, no solo de adorar correctamente, sino de instruir a otros a hacerlo.

Profesores y estudiantes, durante una de las tutorías.

Durante el encuentro de este año, las predicaciones vespertinas estuvieron a cargo de los profesores José Manuel Díaz Yanes (de Tenerife) y Joaquín Pujol Gonzalo (de Barcelona). Y la de los devocionales de la mañana por el graduando Miguel Ángel Pino Moyano (de Sevilla). La parte musical estuvo a cargo de la profesora Estela María Brecia Rodríguez (de Melilla). La lección magistral de fin del encuentro estuvo a cargo del profesor Juan María Tellería Larrañaga (de Valencia).

Concluía el retiro el sábado 20 de octubre a las 11:00 horas con una breve ceremonia de clausura en el templo de la Iglesia Protestante (FIEIDE) de Salou, como cada año puesto a nuestra disposición, en la que se graduaba esta vez un único alumno del curso de Maestría en Teología Dogmática, Rvdo. don Miguel Ángel Pino Moyano, diácono de una de las parroquias anglicanas de Sevilla, tras la cual y la comida en el hotel nos despedíamos para volver cada uno a su lugar. 

Y ahora, mientras ponemos el punto final a esta breve crónica, no dejamos de pensar ya en el próximo retiro, el del año 2019, esperando, si Dios quiere, poder estar en él y volvernos a encontrar todos y cuantos más se quieran unir a nosotros para seguir aprendiendo con gozo y agradecimiento.