El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
María Mercedes Páez coordina el programa “Vástagos de amor” que busca animar a las familias a acoger a niños y evitar así su institucionalización en centros.
En España hay unos 35.000 niños que a causa de circunstancias como el maltrato, la violencia, el abuso sexual o psicológico no pueden convivir con sus familias biológicas. Para estos niños, para que puedan encontrar un lugar donde puedan vivir, desarrollarse y crecer, existe el programa de acogimiento familiar.
Aunque cerca de 20.000 niños están ya en acogida, otros 15.000 siguen esperando por alguna familia que pueda darles la oportunidad de criarse en un entorno mucho más favorable que el de un centro.
María Mercedes Páez Díaz es la coordinadora del programa “Vástagos de amor” de Aesvida, entidad provida que está queriendo dar a conocer esta posibilidad a más familias, para que sean muchas más las que se animen a dar respuesta a la necesidad de estos niños.
María Mercedes no solo coordina este programa, sino que predica con el ejemplo: en su familia ya han dado acogida a dos niños, una experiencia que define como “valiosa” y “enriquecedora”, así como una oportunidad de “mostrar el amor de Jesús y ser sal y luz en nuestra sociedad”.
“Tal vez no podemos cambiar el mundo, pero sí podemos cambiar el mundo de un niño”, expresa el lema del programa de acogimiento familiar.
Pregunta. María Mercedes, danos un poco de contexto. ¿Por qué ponéis en marcha este programa para dar a conocer los programas de acogimiento familiar?
Respuesta. Desafortunadamente cuando pensamos en niños en situaciones de riesgo o exclusión solemos pensar en países lejanos. Pero hay una realidad muy cercana: 35.000 niños están en España en situación de desprotección. El Gobierno les ofrece diferentes formas para que estos niños estén protegidos, y 20.000 aproximadamente ya están en familias de acogida. Pero unos 15.000 siguen en instituciones, a la espera de que alguna familia les acoja. Desde AESVIDA consideramos que hay que dar a conocer este programa de acogimiento estatal, y nos parece que podemos animar a más familias que puedan acoger a niños. Desde nuestra entidad, una entidad provida, sabemos que hay madres embarazadas que están pensando en el aborto y no querrían dar a su hijo en adopción. Esta es una alternativa que también existe y puede ser de beneficio tanto para el niño como para la madre, sobre todo para aquellas que están en circunstancias difíciles y durante un tiempo no pueden dar atención a su bebé, y más adelante pueden decidir si quiere criar a su hijo o prefiere darlo en adopción definitivamente.
P. ¿Cómo se prepara una familia para ser una familia acogedora?
R. Los agentes gubernamentales de cada Comunidad Autónoma establecen los criterios, por lo que hay diferencias, aunque también muchas similitudes. En Madrid, por ejemplo, se solicita que la familia esté formada por una pareja que lleve dos años de convivencia; que uno de los integrantes de la familia sea mayor de 25 años y ambos mayores de edad; deben tener los medios económicos suficientes para poder mantener al niño; deben gozar de una buena salud psíquica y física… Pero quizá lo más importante es tener ese sentido de querer ayudar al niño. En el programa de acogimiento hay muchos niños que vienen de situaciones difíciles, por lo que es importante que la familia acogedora tenga claro que desea ayudar. Es importante que toda la familia esté de acuerdo, dado que el niño entrará a formar parte de la familia.
P. ¿Hay diferencias con respecto a la adopción?
R. Cuando hablamos de acogimiento, se suele relacionar con el concepto de adopción, pero hay diferencias importantes. La primera, es que en el acogimiento el niño no rompe lazos con su familia biológica, de hecho sigue teniendo contacto por medio de visitas, llamadas, todo esto controlado por la entidad reguladora. Además se sabe que el acogimiento es temporal, es decir, hasta que se pueda solucionar la situación de la familia biológica. Para ello existe un equipo técnico que hace un monitoreo permanente ,de forma que el menor pueda regresar con su familia biológica si se dan las circunstancias. En cambio, en la adopción, el menor pasa a ser de la familia con todos los efectos legales y se rompe el vínculo con la familia de origen.
P. ¿Qué diferentes formas de acogimiento existen?
R. Hay dos categorías amplias: el acogimiento simple y el permanente. Dentro del simple, existen varios programas, por ejemplo uno dedicado a niños de hasta seis años, en el que se intenta que cualquier menor de esta edad no vaya a un centro, sino que cuando esté en una circunstancia que impida que pueda ser criado por su familia de origen, pueda ser acogido por otra familia durante un corto plazo, hasta que se pueda resolver su situación, ya sea con una adopción o con un acogimiento a más largo plazo.
También existe el acogimiento temporal, de corto plazo, que se espera que en 2 o 3 años el niño pueda regresar con su familia de origen.
Luego tenemos el acogimiento permanente, que es para niños que se estima que será difícil que vuelvan a estar con su familia de origen.
Hay otros programas, como por ejemplo el de acogimiento por vacaciones, para que en las vacaciones escolares estos niños puedan estar con una familia, lo cual es siempre positivo para ellos.
Otro tipo sería el de acogimiento especializado, cuando se trata de acoger a algún niño con algún tipo de enfermedad particular, que requiere un cuidado específico.
Por mencionar otro más, existe el acogimiento preadoptivo, que no es muy común, pero que ocurre cuando una familia quiere adoptar, pero prefiere pasar primero por un tiempo de acogimiento.
P. Las familias que toman esta decisión, ¿qué proceso deben seguir?
R. Las familias deben rellenar distintos documentos, varía en cada Comunidad Autónoma, pero normalmente hay que participar de una serie de cursos que duran entre 6 y 8 meses en los que se da formación a las familias. Hay evaluaciones con psicólogos, educadores sociales, que sirven para dar el visto bueno para que la familia entre en el programa. Una vez es aprobado, hay un protocolo para que la familia conozca al niño, y poco a poco vayan dando los pasos necesarios para acoger al niño.
P. Además de liderar este proyecto, tu familia es familia acogedora. ¿Cómo ha sido tu experiencia?
R. Con mi marido hemos tenido la oportunidad de acoger a dos niños. Han sido una experiencia valiosa y enriquecedora. Eran niños que venían con muchos problemas, muchas heridas emocionales, y pudimos brindarles una ayuda desde la experiencia familiar. Nosotros somos una familia cristiana, y pudimos por medio de este acogimiento mostrar el amor de Jesús. Es difícil llegar a entender lo que los niños puedan estar sufriendo, pero sí podemos poner en práctica la ayuda al desvalido, al desamparado, como Jesús nos enseñó. Poder decir a estos niños que Jesús les ama, que son importantes para él, y ver que Dios obra trayendo restauración, es algo muy valioso, tanto para los niños, que de esta forma pueden tener una referencia familiar en esta etapa de su infancia, pero para nosotros también como familias. Tengo una hija que ha podido establecer una relación muy buena con los niños de acogida. Hay cosas difíciles también, pero por eso es importante tener este sentido de ayuda, de empatizar, entender su trasfondo y vivencias para poder ayudarle.
P. Hay más de 4.000 iglesias evangélicas en España y desde Aesvida planteáis que este tipo de programas son una ventana para que los evangélicos podamos ayudar en medio de nuestra sociedad.
R. Este es un problema social, y creo que la iglesia como cuerpo de Jesús puede ser una respuesta. Es una forma de poner en práctica el mensaje de Jesús, que nos ha enviado a llevar su Palabra y mostrar amor. Es una oportunidad bonita para hacerlo. Tanto la Comunidad de Madrid, como otras Comunidades Autónomas, están buscando familias, y creo que sería una forma de darnos a conocer a la sociedad, que tal vez no está explorada por desconocimiento. Creo que es una oportunidad valiosa de dar respuesta. Animamos a ser los brazos y los pies de Jesús para ayudar a niños que lo necesitan, y a ser sal y luz en medio de nuestra sociedad. Por otra parte, quiero recordar a las madres que tal vez están contemplando un aborto, que existe este programa que puede ser de gran beneficio para todos.
Para conocer más sobre el programa Vástagos de Amor puedes visitar la web www.aesvida.org o escribir a [email protected].
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