Más de la mitad de los católicos que se declaran practicantes creen que España debe terminar con el trato preferente a la Iglesia católica. Según los datos de una encuesta elaboradarealizada -a principios de noviembre-por Metroscopia para EL PAÍS, este porcentaje se dispara hasta el 72% entre los poco practicantes y llega hasta el 77% entre los que nunca acuden a misa. Estos dos últimos grupos son los mayoritarios entre los fieles, ya que mientras 7 de cada 10 españoles se definen como católicos, solo un 17% dicen visitar con regularidad algún templo.
Un 76% de españoles quieren retirar a la Iglesia católica el estatus preferencial que le otorgan los acuerdos de España con la Santa Sede —un 3% más que hace ocho meses, cuando Metroscopia sondeó a la población sobre el primer mes de pontificado de Francisco—. Acuerdos que, pese a la declarada aconfesionalidad constitucional del Estado, ponen a la religión católica en una situación de ventaja respecto al resto de confesiones.
Entre otras prebendas, la Iglesia católica está exenta del pago del impuesto sobre bienes inmuebles y del IVA, el Estado sufraga el sueldo de más de 3.000 profesores de la asignatura de Religión y la enseñanza católica tiene un trato preferencial en los colegios públicos.
SÍ A DIVORCIO Y ANTICONCEPTIVOS
La aceptación del divorcio entre los católicos españoles es abrumadora. El 84% de los practicantes y más del 90% de los pocos o nada devotos está a favor. “El divorcio es algo común hoy día también para los católicos. Yo misma estoy separada y soy una feligresa habitual”, reconoce a las puertas del Oratorio de Caballero de Gracia de Madrid, regido por el Opus Dei, una funcionaria que ha aprovechado su descanso matinal para acudir al templo.
En España, aún más unánime que la aceptación del divorcio es la normalización del uso de anticonceptivos. Algo que apoyan el 88% de los católicos practicantes y el 95% de aquellos menos asiduos a las homilías.
HOMOSEXUALES, MATRIMONIO Y ADOPCIÓN
Las preguntas lanzadas mundialmente por Francisco a sus fieles también van encaminadas a conocer qué atención pastoral sería posible ofrecer a las parejas del mismo sexo y a los menores a su cargo.
Los resultados de la encuesta reflejan una aceptación mayoritaria de la ampliación del concepto de familia a la homosexual. El 51% de los católicos practicantes creen que esta “no tiene por qué referirse exclusivamente a la constituida por un hombre y una mujer”. Ocho de cada 10 católicos poco o nada practicantes secundan esa afirmación. Y pese a los recelos de la Conferencia Episcopal Española, que ha mostrado su oposición continua a que las parejas homosexuales adopten niños, el 55% de los católicos practicantes creen que la Iglesia debe reformarse para aceptar que una pareja del mismo sexo “está tan capacitada para criar a un niño como una pareja compuesta por personas de diferente sexo”. Entre aquellos que se definen como poco practicantes, el porcentaje de aceptación de esta tesis —79%— es incluso un punto superior al global de la población.
En España ha aumentado cinco puntos en un año —del 75% al 80%— el porcentaje de quienes, católicos o no, piensan que lo “realmente importante” para un niño es poder crecer en un ambiente de cariño y protección con independencia de que este se dé en una familia gay, heterosexual o monoparental. Y aunque los católicos practicantes siguen estando mayoritariamente de acuerdo con esta premisa —el 55% así lo manifiesta—, hay una brecha importante entre estos fieles y los poco o nada practicantes, donde el nivel de aceptación rebasa el 80%.
Sin embargo, cuando se menciona explícitamente la adopción y se pregunta si lo más importante en ella es fijar qué es lo mejor para el menor sin que influya la orientación sexual de los adoptantes, los porcentajes de aceptación son —salvo para los católicos practicantes que sube dos puntos— algo más bajos que si solo se hace referencia a la crianza del niño sin incluir la palabra “adopción”.
LA LEY DEL ABORTO
En espera de que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, presente la reforma de la ley del aborto, pospuesta varias veces, algo más de la mitad de los españoles —el 53%, según Metroscopia—, se muestra partidario de mantener una ley de plazos como la actual, que permite la interrupción del embarazo sin alegar ninguna razón hasta la semana 14 de gestación. El respaldo a la norma —similar a la del entorno europeo— ha subido siete puntos desde abril.
Un 7% de la población cree que el aborto no debería ser legal en ningún caso, y un 37% apuesta por una norma de supuestos como la que rigió en España desde principios de los ochenta hasta 2010; una época en la que el aborto estaba despenalizado solo en tres supuestos: violación, anomalía fetal o riesgo para la salud física o psíquica de la mujer.
Entre los católicos, el 58% de los no practicantes abogan por una ley de plazos; un porcentaje cinco puntos superior a la opinión global de los entrevistados. La opción preferida para el 53% de los católicos practicantes habituales y para el 49% de los poco practicantes es, sin embargo, la de una ley de supuestos.
MUJER E IGLESIA CATÓLICA / PEDERASTIA
Acabar con la discriminación de la mujer en el gobierno de la Iglesia católica suscita el apoyo de 9 de cada 10 ciudadanos, aunque el porcentaje baja hasta el 75% entre los católicos practicantes.
Mientras, la necesidad de
abordar una investigación a fondo de los casos de pederastia pone de acuerdo a la práctica totalidad de los españoles, ya sean o no católicos.
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