La noticia de que
el arzobispado de Madrid ha decidido formar a ocho sacerdotes para que puedan ejercer exorcismos ha sido resaltada en la mayoría de los medios de comunicación de España. Las redes sociales no han sido ajenas al tema, que se comenta en Twitter durante los últimos días entre burlas e ironías sobre la “inusual actividad demoníaca” en Madrid que habría provocado esta reacción por parte de la Iglesia Católica.
También en los últimos días ha circulado la imagen del
papa Francisco haciendo un supuesto exorcismo, aunque luego el Vaticano ha aclarado que se trataba sólo de una “oración” más intensa por una persona, pero no un “exorcismo” tal y como lo entiende la Iglesia Católica.
El asunto de los exorcismos
es uno de los favoritos en el imaginario del terror-espectáculo que se ha creado en Occidente en los últimos años. Parte de la culpa de su relevancia es de películas como 'El exorcista', una de las más populares en su género, y que sigue siendo referencia para cantidad de producciones que en el cine tratan el asunto de la posesión.
Sin embargo
pocos se han preocupado de revisar lo que la fe cristiana enseña en las páginas de la Biblia sobre los demonios y las posesiones.Tal vez sea porque las Escrituras muestran a los demonios actuando, pero
la reacción de Jesús y de los primeros creyentes está muy lejos de la parafernalia, rituales, o el uso objetos con un supuesto poder para hacer salir a un demonio de la persona poseída.
LA BIBLIA HABLA DE ELLO
En una entrevista concedida a Protestante Digital, el pastor
Timoteo Figueirido explica cómo el diablo y los demonios actúan en el mundo y pueden llegar a poseer a una persona, de acuerdo a lo que se cuenta en la Biblia.
Los demonios - “se llaman espíritus inmundos o impuros” - son “seres de naturaleza espiritual e invisibles”, también conocidos como “ángeles caídos” puesto que siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios, su creador. “Son de carácter inmortal, son poderosos, superiores al poder de un ser humano, y tienen personalidad”, dice el pastor Figueirido.
La obra de los demonios en las personas no es una explicación temporal que la Biblia de a las enfermedades que, por el desarrollo de la medicina y la ciencia, no se pudieran explicar en la época de los relatos evangélicos. Entiende Figueirido que esto es “difícil de aceptar para una persona que no crea en Dios, en el mundo espiritual, que siempre dirá que cualquier manifestación es una enfermedad”.
SABER DIFERENCIAR
Desde la medicina se apunta que muchos de los casos de posesión se pueden explicar como un trastorno de identidad disociativo o epilepsia.
Sin embargo “los pasajes bíblicos hacen distinción entre enfermedad y posesión. No se mezcla. En Mateo dice que Jesús curaba a endemoniados, epilépticos y paralíticos, haciendo una distinción clara”.
Pero entonces, ¿cómo identificar una posesión de una enfermedad?
“Lo que es distintivo – dice Figueirido – es la respuesta ante la mención de Cristo. Podemos saber que es un problema espiritual cuando reaccionan violentamente ante este mensaje. Además una persona poseída no responderá a los tratamientos que le estén dando los médicos”.
EXORCISMOS
@MULT#IZQ#54158@La Iglesia Católica ha popularizado la idea de que el exorcismo sólo puede ser realizado por una persona específicamente preparada para ello a través de ciertos rituales. Sin embargo, la forma de enfrentar los demonios en la Biblia es bastante más sencilla y directa.
“Los apóstoles y Jesús sacaban los demonios con unas palabras. No hay un ritual. Con una orden la persona queda liberada. Los apóstoles hicieron lo mismo, y lo hacían en el nombre de Jesús. No hay un enfrentamiento, ni discusión, ni reprensión, ni insultar a los espíritus” apunta Figueirido intentando romper con toda la imaginería creada alrededor del exorcismo.
Pero este pastor evangélico va más allá, explicando que
en realidad “la palabra 'exorcismo' sólo aparece en Hechos 19:13 y se refiere a personas que no eran cristianas que practicaban un exorcismo ambulante”. Se trata por tanto de un concepto heredado de otras tradiciones culturales o religiosas que no tienen lugar en la Biblia.
En caso de que
un cristiano enfrente la circunstancia de estar ante una persona poseída por un demonio no necesita, por tanto, tener un cargo específico, ni siquiera una preparación. “Se nos llama a que, como discípulos, podamos ejercer ese poder de echar demonios en el nombre de Jesús”, porque “no somos nosotros quienes tenemos poderes, es el Espíritu de Dios. El siervo de Dios actúa en el nombre de Jesús para expulsarlo”.
El único requisito que presenta la Biblia es tener fe.
“Jesús recriminó a sus discípulos en un momento que no fueron capaces de sacar un demonio porque no tuvieron fe. Se requiere fe para que uno pueda expulsar a un demonio de otra persona”, afirma Timoteo Figueirido.
"LA VICTORIA ESTÁ EN JESÚS"
José de Segovia, teólogo y periodista, es el escritor de 'Ocultismo: parapsicología o fraude'. En él explica los orígenes de algunos movimientos de lo oculto y su auge en la actualidad. Este autor,
en un artículo sobre la película 'El rito' - que trata el asunto de las posesiones y el exorcismo - explica que “ lo único que hace el exorcista (católico) son rituales con crucifijos, estampas, agua bendita, velas, conjuraciones y rosarios... Nada de esto tiene poder contra el diablo, según la Escritura. Jesucristo y los apóstoles se enfrentan con demonios, pero no recurren a ninguna fórmula para dominarlos”.
El teólogo explica que la doctrina bíblica enseña que Cristo “ha vencido” a Satanás y a los demonios, por lo que un creyente “no puede ser poseído”. Por lo que “cuando somos salvos por la obra de Cristo, somos librados de la potestad de las tinieblas (Colosenses 1:13-14). Somos atacados por el diablo, pero tenemos seguridad en Cristo (Romanos 8:37). El maligno no puede tocar a un hijo de Dios (1 Juan 5:18), porque no puede deshacer su obra. El Señor nos protege con su fidelidad (2 Tesalonicenses 3:3)”.
En esto coincide también Figueirido, que agrega que l
a mejor protección que podemos tener ante el diablo es “como dice Santiago 4:7 someternos a Dios, resistir al diablo, y este huirá. Teniendo firmeza en Cristo, los demonios huyen. Tener a Cristo – concluye - en la vida es lo principal para protegerse”.
Aunque hay poder en Satanás y en los demonios, la Biblia afirma que el poder de Cristo es mucho mayor. Por ello
afirma José de Segovia que quien quiera “ser libre” de toda amenaza espiritual debe “confíar en la obra de Jesucristo, que da la victoria frente al mal. Ya que 'despojando a los principados y las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz' ( Colosenses 2:15). ¡ No tengas miedo! , pero no por la fuerza de un ritual, sino por la obra de Cristo Jesús, que ha vencido en la cruz”.
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