Desde julio de 2008 España está en crisis. El término usado por prensa y oposición desde meses antes y por fin reconocido por el entonces presidente Zapatero, ha servido para definir la situación económica que atraviesa el país en los últimos años, y probablemente así continúe en los dos próximos.
Es por eso que
resulta todavía necesario que la iglesia evangélica y sus líderes reflexionen, aprendan y tracen estrategias para afrontar la crisis desde la perspectiva pastoral. Como expresa el teólogo y pastor José de Segovia, se nota en las personas una “falta de esperanza”, como si la gente “no confiase ya en poder salir de una situación que nos supera”. ¿Qué respuesta puede dar la iglesia ante esta situación?
El asunto
será tratado desde diferentes perspectivas en el próximo seminario de Teología y Psicología pastoral que organiza la Alianza Evangélica Española en el próximo mes de mayo. Se trata de un seminario que en su decimotercera edición afrontará la “Pastoral frente a la crisis” y que contará con varios expositores, entre ellos el teólogo Samuel Escobar.
En una entrevista concedida a Protestante Digital, Escobar plantea recuperar el sentido bíblico del término. Porque “crisis” en la Biblia se refiere a
eventos que demuestran que “Dios está activo en la historia y los eventos que van sucediendo no son fruto del azar. Hay un propósito divino en acción y se entienden las cosas que van pasando en relación con este propósito divino que Dios ha revelado en su Palabra”.
De esta manera, en la Biblia
la noción de crisis está en directa relación “con eventos históricos que van a afectar al pueblo de Dios o al mundo en general, y que se explican desde la perspectiva de un plan divino, de un plan de Dios en la historia”.
DOS TIPOS DE CRISIS
No se trata de que Dios, por su capricho, genere complicaciones a sus criaturas. En la libertad que ha dado al hombre, se producen dos situaciones, porque por una parte
“hay crisis que son resultado de la conducta de las personas”, explica Samuel Escobar, y también “otras que no entendemos” por las que “las personas enfrentamos una situación difícil, que no sea resultado de conducta, pero que impulsa a reaccionar”.
Para explicarlo, Escobar acude al libro de Hechos, donde la primera iglesia enfrenta ambas situaciones. Hay una crisis “no generada” cuando la iglesia sabe que vendrá una gran hambruna, y la congregación de Antioquía “reacciona enviando ayuda a sus hermanos en Jerusalén”. Pero otra crisis sucede cuando las viudas no eran atendidas y “la iglesia también tiene que reaccionar tomando ciertas decisiones”. “Veo estos dos tipos de situación en la Escritura, la crisis que está fuera de control y otra que la crisis demanda una acción inmediata del pueblo de Dios que puede cambiar las cosas”, advierte.
En perspectiva,
la Biblia explica que la historia “tiene un propósito” y por tanto hay un aviso que tiene que llevar al hombre a tomar decisiones, a reaccionar. “Por ejemplo, cuando Juan el Bautista anuncia que el hacha está a la raíz del árbol. Es el anuncio de algo inminente y este es el sentido que tiene la palabra crisis en la Biblia. Siempre se entiende el evento dentro de un marco más amplio”, explica Escobar.
CONTRA LA DESESPERANZA
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Si algo está mostrando la crisis en España es que la sociedad se está quedando sin esperanza. El grave descrédito de las instituciones y la prolongada situación económica está haciendo mella en el espíritu de muchos.
Samuel Escobar considera que esta desesperanza tiene sus raíces en el abandono del sustento bíblico de la sociedad europea. “Aquí la visión de la historia se ha estrechado, y
por el abandono de la perspectiva cristiana básica, la sociedad se ha vuelto muy pesimista. Ante una situación como esta se pierde el sentido de esperanza y esto colorea la forma de reaccionar de las personas”, explica Escobar.
Por eso, el teólogo defiende que
la respuesta cristiana es relevante hoy. “Hay que anunciar que Dios es el Señor de la historia, que sí creemos en Jesús, y que él ha resucitado y tiene la palabra final, y cualquiera sea la situación crítica, se puede mirar al frente y con esperanza”.
EJEMPLO CRISTIANO
Así, el compromiso con la fe implica que si la iglesia quiere ser relevante, la ponga en práctica, también ante situaciones difíciles. Samuel Escobar recuerda que la epístola de Pedro “se escribe en el contexto de una persecución imperial que va a venir, y el énfasis está en la esperanza cristiana y que el cristiano no se asusta, respeta la autoridad, pero sólo teme a Dios”.
Porque “los cristianos creemos en un propósito” es que se nos hacen exhortaciones.
“En la Biblia la visión de un juicio final, de que la historia tiene sentido porque Cristo va a volver, no apunta sólo al futuro sino también al presente. Es algo que porque va a suceder hace que nuestra conducta de hoy sea diferente”, remarca el teólogo.
LA IDOLATRÍA DE LA AVARICIA
Dice José de Segovia que vivimos en una cultura “basada en la avaricia”. El afán por la riqueza y el sometimiento del débil para conseguir beneficio está claramente condenado en la Biblia, explica Samuel Escobar.
“Tanto en el Antiguo Testamento - donde el profeta Amós avisa del juicio que vendrá por la injusticia de la sociedad – como en el Nuevo Testamento se denuncia: en Efesios se dice que la avaricia es idolatría”, remarca.
De hecho en este pasaje de la carta de Pablo se habla tanto del pecado de la avaricia como de la pureza personal y sexual, equiparando ambos.
“La avaricia es un pecado igual de peligroso y destructivo que el pecado en el área sexual”, dice Escobar.
Pero a pesar de que en la Biblia estos aparezcan equiparados, el cristianismo parece haber pasado “más de puntillas” la crítica hacia este pecado. Escobar explica que se debe a una herencia teológica. “El fuerte individualismo que caracteriza la experiencia evangélica viene de la influencia del pietismo. Fue una reacción, dentro de la iglesia luterana, contra una fe que se limitaba a repetir el credo. El pietismo buscaba una experiencia personal de esta verdad, de lo que se deriva un énfasis en el individuo y en su decisión que ha sido muy importante en la forma de predicar el evangelio de los evangélicos”.
Pero en contrapartida “se perdió la dimensión de lo social, de lo colectivo. Mientras que en los profetas del Antiguo Testamento es clara la noción de este pecado social, del desorden que resulta de la avaricia,
el énfasis individualista nos lleva a leer y a no tomar en cuenta que la realidad social refleja también el pecado y algunos de los males sociales son resultado de la desobediencia a Dios. El pueblo de Dios tiene que presentar una alternativa, para ello tiene que tomar conciencia”.
AVAROS MODERNOS
Para Escobar, una lectura parcial de la Escritura puede llevar al desarrollo de doctrinas equivocadas en este aspecto. En el entorno evangélico se han popularizado en los últimos tiempos la llamada “teología de la prosperidad”.
Samuel Escobar estima que en la Biblia hay evidencia de que hay bendición para quien sigue los caminos de Dios. “En el Nuevo Testamento, encontramos exhortaciones a una vida ordenada, que lógicamente llevan a una situación mejor. Porque el cambio de conducta lleva a una mejora global de la sociedad”, explica.
Es por eso que
“allí donde la predicación del evangelio que ha afectado a un gran número de personas, sociólogos que no son cristianos han comprobado que la conversión a Cristo ha traído una mejor vida material a las personas. Han dejado el alcoholismo, la vida desordenada, y tiene una mejor situación. Ese es el punto de vista que no hay que olvidar y que también es coherente con lo que enseñan los Proverbios”.
Pero advierte Escobar que “de allí a decir que todo el que tiene una posición desahogada o de riqueza es porque Dios lo ha bendecido, y que Dios te va a bendecir de todas maneras dándote eso si traes tanto de ofrenda, es una lectura tendenciosa de la enseñanza bíblica”.
Este “evangelio de la prosperidad es una lectura unilateral de la Escritura que en nada refleja la manera de predicar el evangelio de los apóstoles y la iglesia primitiva, o la manera de vivir o de predicar el evangelio de Jesús mismo”, concluye.
En el Seminario de Teología y Psicología Pastoral, Samuel Escobar tendrá a su cargo las exposiciones bíblicas, que abundarán en estos aspectos. El evento se realiza en Coma Ruga (Tarragona), del 6 al 9 de mayo. Información e inscripciones disponibles en la web de la Alianza Evangélica Española.
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