El Faro de Vigo, uno de los periódicos más importantes de Galicia, dedicaba el pasado domingo 2 de diciembre un interesante reportaje de Salvador Rodríguez a la presencia de protestantes en la región, destacando un nombre propio: el del misionero inglés Thomas Blamire, quien se estableció en Marín tras fundar las iglesias evangélicas de A Coruña, Pontevedra y Vigo.
En la actualidad, la comunidad protestante en Marín, con sus aproximadamente dos mil integrantes, alcanza al 10% de la población del municipio, una cifra única en España, en términos porcentuales.
La labor espiritual, social y cultural de la Iglesia Evangélica de Marín es inmensa, 130 años después de que Blamire celebrara los primeros “bautismos por inmersión” en un medio hostil en el que, según testimonios de la época, la sola mención de la palabra “protestante” producía en los gallegos “un sentimiento de repulsa inmediata”. La labor de las iglesias locales ha conseguido romper tópicos y hacer visible y respetada la fe y la espiritualidad de los cristianos evangélicos.
EL REPORTAJE
En el reportaje de El Faro de Vigo refieren que existen actualmente alrededor de 20.000 mil cristianos evangélicos en Galicia, en un tiempo alejado del que vivieron los pioneros ingleses que llegaron como misioneros entre el último decenio del siglo XIX y el primero del XX.
Sin embargo, para Julio Torres Caeiro, Pastor de la Comunidad Evangélica de Marín, "en realidad los únicos periodos en que se puede decir que los evangélicos han vivido relativamente tranquilos fueron los primeros años de la II República, con la paradójica instauración del Estado laico" y "por supuesto, estos años de democracia, con una Constitución que permite el libre culto". Durante el resto de "nuestra historia gallega y española hemos sido perseguidos, encarcelados, torturados... se nos ha denegado el derecho a ser enterrados según nuestra fe, se nos ha rechazado para determinadas profesiones, se nos ha ilegalizado, demonizado... Nos ha pasado de todo, y casi todo malo, pero aquí estamos, sin duda viviendo una de nuestras épocas más esplendorosas".
El concello de Marín es un caso muy especial no sólo en Galicia, sino en España. En él conviven cuatro comunidades evangélicas: la propia de Marín, la de Seixo, la denominada Iglesia de Filadelfia (formada por miembros de etnia gitana) y la Iglesia Pentecostal. En total, suman unas 2.000 personas, lo que
representa el 10 por ciento de la población total del ayuntamiento que, así, se convierte en el municipio que, porcentualmente, tiene el mayor índice de evangélicos de toda España.
La de Marín, no obstante, no fue la primera comunidad evangélica fundada en Galicia. Más antiguas que ella son las de A Coruña, Ferrol, Vigo y Pontevedra, pero en todas ellas hubo un hombre común: Thomas Blamire Liddell quien, en compañía de otro pastor protestante, James Wigstone, se trasladó a España con fines misioneros en el año 1873. Tras predicar por Barcelona y Madrid, ambos decidieron continuar su labor en Galicia, iniciando sus prédias en la ciudad de A Coruña. Dejó escrito Wigstone:"¡Qué conmoción dejó el Evangelio en A Coruña! El Gobernador amenazó con echarnos en la cárcel. Muchos cientos de personas llenaron la plaza en frente de la casa y la capilla. Semana tras semana la gente vino de todas partes para oír el mensaje. Los curas y el Arzobispo de Santiago nos excomulgaron...".
Consumada su misión en la capital coruñesa y algunos pueblos cercanos más con la venta de "numerosos ejemplares de la Biblia", Blamire y Wigstone se dirigieron a Vigo. De su experiencia olívica. a donde llegaron en 1877, extraemos las siguientes líneas procedentes del libro de Wigstone traducidas al castellano en "El polizón esperado" del periodista marínense Marcos Gago: "íbamos a todas partes vendiendo Biblias, dando tratados y hablando a la gente, cuando el jefe de la policía y dos agentes vinieron con una orden de arresto. Nos llevaron escoltados por gran parte de las calles de la ciudad ante distintos superiores suyos de aquí para allá. Al final acabamos en un pueblo a dos millas con el Jefe de la Policía siempre a nuestro lado".
Variadas peripecias después, Thomas y James tomaron rumbo a Pontevedra y en el paso, se toparon con Marín. En la villa marinense decidieron separarse: Wigstone se ocuparía de la comunidad de Vigo y Blamire se convertiría en el primer pastor de Marín "donde la obra desde entonces ha sido considerable", escribió su compañero.
No se sabe exactamente por qué razones, pero
el hecho fue que la predicación de Thomas, que a partir de entonces castellanizó su nombre en Tomás, obtuvo en Marín un éxito insospechado desde el primer momento.
Turrall y White también escribieron sobre el Marín de esos años: "El número de personas que acudió a los cultos fue tan grande que no cogían en el local que servía como capilla (....). Estos creyentes, en casi cada caso, han demostrado ser firmes en el Evangelio, y sus hijos y nietos siguen sus caminos".
De la época en que Gago ubica la reunión datan los que están considerados primeros bautismos por inmersión realizados por la Iglesia Evangélica en Galicia, aunque admite Torres Caeiro que otros bautismos pudieron haberse celebrado antes en otras iglesias evangélicas, pero como, en aquellos tiempos, todos ellos se hacían en la clandestinidad.
El caso es que aquella comunidad evangélica de Marín que, con sus casi 200 seguidores, ya se había erigido en la punta de lanza de los protestantes gallegos, liderada por un Tomás Blamire a quien, a su muerte, en 1894, sucedió otro pastor británico, Cecilio Hoyle, bajo cuya etapa se construyó el primer tempo de la Iglesia Evangélica de Marín, inaugurado el 31 de diciembre de 1899.
Y después de Hoyle, un nuevo pastor inglés, Enrique Turrall, emprendió una etapa importantísima en la historia de los evangélicos gallegos. Turrall, otra figura histórica del protestantismo, es uno de los escasos evangélicos con calle dedicada en Galicia y en España, la que se inauguró en Marín en 2007. Tendrían que transcurrir 70 años desde aquellos bautismos pioneros para que, en 1952, tras el fallecimiento de Turrall, un marínense fuese elegido por primera vez pastor de la comunidad evangélica de su pueblo. Tal honor correspondería a Isaac Campelo, que desempeñó esta responsabilidad hasta 1983.
Su testigo lo lleva desde hace 25 años Julio Torres Caeiro que confiesa que "aunque es verdad que vivimos tranquilos desde la llegada de la democracia, no fue hasta 1994, por miedo a la expropiación, que nos atrevimos a poner a nuestro nombre la propiedad de nuestro templo. Hasta ese año, por precaución, figuraban como propietarias unas sociedades inglesas".
Pueden leer o descargar aquí (en pdf) el reportaje de "El Faro de Vigo" sobre la Iglesia evangélica de Marín.
Fotos: Museo Archivo Histórico Evangélico de Galicia
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