Ya está disponible ‘Una ética para el cristiano en la vida pública’. Este es el título que recibe en castellano el código de conducta que ha impulsado en los últimos meses la Alianza Evangélica Europea (EEA, por sus siglas en inglés), con el apoyo de políticos de diferentes países del continente.
Pablo Martínez Vila, que firma el documento, ha explicado a Protestante Digital las motivaciones detrás del proyecto.
Puede descargar el documento completo aquí.
En una conversación con Pedro Tarquis, Pablo Martínez Vila ha explicado que se trata de “una hoja de ruta para los creyentes en la vida pública”. Surge de la experiencia de acercamiento sociopolítico en el corazón de Europa. “Desde hace ya años la Alianza Evangélica Europea está haciendo un trabajo de presencia, de influencia para que sean conocidos los valores cristianos y evangélicos”. Con todo este bagaje de fondo y las lecciones aprendidas, salió la oportunidad de crear un
documento “básico, breve conciso y claro, un código ético práctico”.
Pero ‘Una ética para el cristiano en el vida pública’ no quiere ser simplemente una guía general para la vida política, sino tener “un énfasis muy bíblico”, explica el autor.
Al ponerse manos a la obra, la comisión impulsora recogió sensibilidades muy diferentes. “Hubo un brainstorming de todo el equipo” en el que recogieron ideas de “gente con mucha experiencia en el campo político, especialmente en Inglaterra”. Así, mientras el documento iba tomando forma, se fue “puliendo” hasta su redacción final.
Una de las personas que ha participado en el documento es el autor y conferenciante
Samuel Escobar, que en el prólogo recomienda la iniciativa
“para quienes contemplan la participación en tareas cívicas y políticas y quieren llevarlas a cabo con fidelidad a su identidad cristiana y evangélica”.
POLÍTICA EN LA BIBLIA
¿En qué se justifica el énfasis tan bíblico de un documento para la vida política?
“La Biblia nos muestra personajes sobresalientes en la vida pública”, dice Martínez Vila. Cita a José en la corte del Faraón, Daniel en la Corte de Babilonia o Nehemías y su liderazgo. “Pero también otros menos conocidos, como lo profetas, que sin ostentar cargos públicos tenían una presencia pública en su tiempo”. Con ello, “nos muestran claramente cómo se puede tener una presencia relevante en la vida pública sin la necesidad de ser un Daniel o un José”.
TRES TIPOS DE ERRORES HISTÓRICOS
Es de sentido común reconocer que los cristianos han cometido graves errores en su involucración pública en el pasado. Así que el documento nace también para aprender de algunos de estos fracasos. Martínez Vila los agrupa en tres tipos. Por un lado
ha sido muy frecuente la abstención de los cristianos, “creer que las implicaciones sociales y políticas del evangelio no eran cosa nuestra, que los cristianos debemos preocuparnos fundamentalmente de la salvación del alma (en lo que estamos de acuerdo), pero es indudable que el evangelio tiene unas consecuencias sociales evidentes”. Esta actitud es algo que “ha caracterizado al pueblo cristiano mucho tiempo, y quizás especialmente en nuestra Historia reciente en España”, una reacción ante la falta de libertad.
Un segundo error de los cristianos es el opuesto a la inactividad: “
la imposición de nuestros principios”. Hay ejemplos de esto conocidos por todos, como las Cruzadas, el decreto de Constantino que llevó a la ‘cristianización’ del imperio. “Los creyentes somos llamados a exponer pero nunca a imponer”, remarca Martínez Vila.
Un último fracaso fue “
el matrimonio entre las iglesias y el Estado, un problema que no es exclusivo de la Iglesia Católica Romana a lo largo de la Historia, incluso en la actualidad algunas iglesias reformadas tienen una vinculación con el Estado”.
“UN INTERÉS CRECIENTE”
@MULT#DER#48189@“Gracias a Dios hay una inquietud creciente,
en los últimos diez años ha habido un aumento de la participación de los creyentes: implicación en partidos políticos, acceso a cargos de la administración local, concejales, alcaldes creyentes e incluso a niveles más altos”. Aunque no nos deberíamos fijar sólo en eso, cree Martínez Vila. “Presencia no sólo es ostentar cargos” sino también darse cuenta de “la presencia profética”.
Visto el aumento del deseo de influenciar para bien en la sociedad, Martínez Vila cree que “es justo resaltar el papel que la Alianza Evangélica Española está jugando, promoviendo esta participación de los creyentes”.
FE: PÚBLICA Y LIBRE
“Es absurdo”, dice el autor, el concepto secularista de relegar la libertad de las personas para hablar de sus creencias en público.
“De la misma manera en que nadie se quita su ideología al salir de casa para salir a la calle, lo mismo ocurre con los principios de la fe”.
Si partimos de esta libertad,
¿se puede ser parte de un partido en el que haya ideas que chocarán con la ética cristiana? “No hay un partido político perfecto ni lo habrá nunca, que se ajuste a las creencias y la ética cristiano-evangélica”. Por tanto, cree Martíenz Vila, “
es importante ser realistas y buscar aquel partido que más se acerque a lo que son los valores del evangelio que vemos en la vida de Jesús”. Y hace un paralelismo: “Salvando las distancias, no esperamos para hacernos miembros de una iglesia el encontrar la iglesia perfecta, siempre habrá iglesias con imperfecciones y esto no es obstáculo”.
EN APOYO A LOS QUE SE IMPLICAN
Pero, ¿animan realmente las diferentes iglesias en España a los creyentes que se plantean participar en la vida pública? ¿O se ve más bien la política como algo ‘no espiritual’? Martínez Vila cree que si se ha dado lo segundo “es comprensible porque suficiente ha tenido el pueblo evangélico durante cincuenta años para sobrevivir en medio de circunstancias de persecución e intolerancia”.
Pero ahora es cuando “hay un campo a avanzar”. Es tiempo de que las iglesias apoyen “de formas concretas, formando, orando, interesándose, una auténtica pastoral del creyente en la vida pública”.
Este impulso de la iglesia podría ser de la siguiente forma. “Lo primero es la dependencia en oración, porque afrontamos una lucha que tiene una dimensión espiritual, en último término”. Una vez puesta esta base, los líderes de una iglesia deberían ayudar a esa persona a seguir desarrollando una
“mente cristiana, cristocéntrica, arraigada en la Palabra”. Por último, es interesante dejar espacios en la iglesia en los que se pueda compartir genuinamente cómo está yendo la labor de esas personas con funciones sociopolíticas, un sitio en el que compartir luchas o explicar avances.
Claro está que
todo lo anterior no significa que la iglesia local tenga que identificarse ideológicamente con ninguna corriente. Por ejemplo, el hecho de tener en la comunidad a un representante de un partido no significará que en esa iglesia se promueva el voto para él o ella.
El apoyo personal y espiritual a un político cristiano no lleva al “maridaje” con las instituciones. El riesgo de identificarse a pies juntillas con las instituciones sociales está “o bien en diluir el evangelio o bien en que la iglesia acabe finalmente queriendo imponer sus principios cristianos en la sociedad, el fundamentalismo religioso que por desgracia hemos visto y estamos viendo todavía”, dice Martínez Vila.
ECONOMÍA: “UNA CRISIS ÉTICA”
Durante la entrevista, Pablo Martínez Vila ha hablado también de la actual situación financiera en Europa.
La crisis es “un problema moral”, cree. “Hemos llegado a la situación actual porque antes ha habido una falta de ética, así que lo que necesitamos es un rearme moral”. Plantea que las causas fueron “la codicia, egoísmo, individualismo, cosificación en las relaciones, y todo esto no son problemas de mercado sino son problemas morales”. Remite a
Stanley Kubrick y su idea de que “el problema del hombre no radica en su sociedad sino en su suciedad”. Una idea que ya definió
Jesús al explicar que lo que contamina el hombre no es lo que entra en él, sino que sale de su corazón.
Los valores diferenciales de un cristiano empiezan por la motivación misma de entrar en política. “La ambición del mundo es un ambición de poder, mientras que la ambición del creyente es la ambición de poder servir”. “Como creyentes no queremos poder, sino poder servir”, repite. Aún así, si es verdad que los cristianos están llamados a ser mansos, no significa que deban se “mudos”. “En el pasado hemos pensado que ser mansos significaba ser mudos, y no, ser mansos es hablar con gracia, con la sal adecuada”.
APOYO DE LOS POLÍTICOS EUROPEOS
‘Una ética para el cristiano en la vida pública’, que se ha traducido ya a varios idiomas, ha recibido una
acogida “muy cálida” en Europa, “tanto de profesionales de la política como del ex primer ministro de Holanda como otros políticos del Este de Europa”.
Entre las personas que recomiendan el documento se encuentra el secretario general de la Alianza Evangélica Checa,
Jiri Unger, que ha explicado que “La Alianza Evangélica Europea basa su enfoque sociopolítico en la creencia de que podemos ser radicales y fieles a la totalidad de las Escrituras sin ser extremistas, superficiales o liberales, y al mismo tiempo participar en las confrontaciones inevitables de una manera relacional y respetuosa”.
Andre Rouvoe, ex ministro del Gobierno de Holanda, dice: “Este documento coloca los principios básicos de la presencia cristiana en el área pública de una forma muy clara y potente. Es mi deseo que muchos cristianos sean motivados para asumir el reto y se conviertan en visible pública y políticamente como seguidores de Jesús”.
Frank Heinrich, miembro del Parlamento Alemán Bundestag, añade: “Este documento es muy, muy útil. Que anime a muchos más a involucrarse”.
Por su parte,
Martyn Eden, editor de política del grupo comunicativo Premier Media Group ha añadido que “Europa se está volviendo cada vez más secular, y este acercamiento a hacer política es el que más posibilidades tiene de influenciar en los impulsores de políticas y revertir esta tendencia”.
YA SE PUEDE DESCARGAR EL TEXTO COMPLETO
El documento completo de
‘Una ética para el cristiano en la vida pública’ puede ser descargado en castellano aquí.
La Alianza Evangélica Española también lo publicará íntegramente en su revista en papel Alétheia en su próximo número.
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