Antes del 15-M, con la llegada de los acampados
indignados, la Puerta del Sol tenía un significado especial para muchos evangélicos de España. Se trata del lugar en el que nació el ministerio Kilómetro Cero.
Sobre una caja roja, casi cada día durante ocho años, Jacob Bock y sus colaboradores han predicado el evangelio de forma directa y sin uso de amplificación. Canciones, ilustraciones, pero sobre todo,
haciendo uso de la voz para llamar la atención de los viandantes y predicar el mensaje del evangelio.
Tras iniciarse la acampada en la plaza de Sol elpasdo 15 de mayo, Km. 0 había desplazado su predicación diaria a otras calles cercanas, ya que el lugar habitual desde el que hablaban se encontraba ocupado por los acampados.
Pero el pasado 30 de mayo, dos semanas después, decidieron volver a Sol.
“Durante dos semanas –dice el misionero Jacob Bock, impulsor de Km. 0- no había sitio en la Puerta del Sol para ejercer nuestro ministerio”, pero “por fin se abrió un rincón para predicar”. ese día
Maritza Barreñada se dispuso a cantar con su guitarra (
vídeo disponible en Vimeo). La canción decía insistentemente “Busca, busca, busca a Dios”. Alrededor de Maritza se juntaron un amplio grupo de personas. algo lógico en una plaza abarrotada. Durante su intervención
se escucharon gritos de “Fuera, fuera”, “marchaos a vuestro país” o “sois una secta”. Pero ella continuó cantando.
PREDICACIÓN FIRME
“Lo que se ve en el vídeo – cuenta Maritza - es la respuesta que recibimos de ellos. Estaban muy enfadados diciendo que nos aprovechábamos de lo que ellos estaban haciendo para dar nuestra publicidad.
Les explicamos que ya llevábamos mas de 8 años predicando en ese lugar casi cada noche”, agrega Maritza. A pesar de las explicaciones, parte del grupo que les rodeaba “siguieron gritando y diciendo que éramos unos insensibles, sectarios y nos pedían que volviéramos a nuestros países”. Jacob Bock agrega que desde la acampada utilizaron megáfonos diciendo que “si no pertenecíamos a la acampada estaba prohibido estar allí”.
A pesar de la oposición manifiesta, los de Km.0
decidieron seguir acudiendo al lugar durante toda la semana, y en esos días posteriores la situación ha sido más calmada. Los que asistieron a la predicación "se han portado mejor, aunque nos siguen haciendo gestos y pidiendo que nos callemos porque les estamos molestando”, dice Maritza. Jacob Bock agrega que, quitando la primera noche del lunes, las demás “nos han dejado en paz, menos una en la que una de las encargadas se acerca y dice que si nosotros no callamos a los que están en la caja, pues, lo van a hacer ellos”.
La situación de Sol les ha hecho cambiar algunas de las dinámicas que usan habitualmente en su predicación. Jacob Bock explica que siguen con el mismo horario, pero han cambiado “a voces medianas, es decir, no hablar tan fuerte” y también han acortado la duración de las predicaciones, de siete a cinco minutos.
Unas predicaciones que estos días se centran más “en la justicia, ya que ellos la están pidiendo, pero siempre le damos el giro hacia lo espiritual”, cuenta Maritza.
CONVERSIONES
El ministerio de Km. 0 está viviendo unas semanas muy especiales,
en las que están recibiendo también respuestas positivas al mensaje del evangelio. “Dios nos está respaldando de una manera poderosa, hemos tenido conversaciones súper profundas y
gente convirtiéndose casi cada noche. Los mismos chicos de la acampada vienen por curiosidad y quedan tocados por Dios” dice Maritza. “Es curioso”, comenta Jacob, “cada noche hemos visto una conversión a Cristo bastante notable.
He notado que más gente se para a escuchar y que hay muchos que quieren hablar después de una predicación”.
En cuanto al contacto con los acampados, se encuentran con situaciones variadas. Jacob piensa que mayoritariamente están “enfocados en su misión, que aún no sabemos muy bien cuál es (…) Están en otra onda con su nueva era, templo a Buda, curanderos...”.
Maritza cuenta que “después de nuestra predicación ellos se acercan para charlar y algunos para discutir, pero al final todo lo usa Dios para extender Su reino”.
OPORTUNIDAD Y EXPECTATIVAS
Ambos piensan que se ha despertado “hambre” en los jóvenes y que eso abre puertas que antes podrían estar cerradas. “Creo que es el mejor tiempo para evangelizar. Los jóvenes quieren una respuesta que no han encontrado ni en el gobierno , ni en sus casas, ni en ningún sitio; están desesperados por ver algo genuino y eso somos nosotros, los hijos de Dios”, dice Maritza.
Para Jacob Bock la situación de la acampada “al principio era guay, luego se convirtió en una molestia”. Pero también estima que se trata de una gran oportunidad para compartir el evangelio. “
Miles de jóvenes españoles han acudido a Sol, y qué mejor oportunidad para hablar con ellos. Han entrado en 'nuestro terreno'”. Y también se atreve a soñar que “podría convertirse en otro
Jesus Movement. Que Dios nos de sabiduría para saber cómo alcanzarlos”.
Maritza no parece guardar rencor por la experiencia del 30 de mayo, sino que va con más ganas de proclamar el mensaje. “Tenemos la verdad y es nuestra obligación compartirla con ellos.
Necesitamos como iglesia salir a la calle y proclamar lo que Cristo dijo. Él es el camino, la verdad y la vida, lo que todos buscan”.
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