El acto de inicio se llevó a cabo en la Plaza de la Villa, en Madrid, donde se encendió la primera vela de la Januquía (candelabro de nueve brazos) a la hora de la puesta del Sol. La celebración pública de esta festividad muestra la "tolerancia" hacia las diferentes religiones, según ha afirmado el rabino principal de la Comunidad Judía de Madrid, Moisés Bendahan.
El rabino destacó que la conmemoración de esta festividad judía en el ámbito público es un gesto de "acogida, fraternidad y tolerancia" por parte, en este caso, del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid hacia otras religiones como el judaísmo. Igualmente, la fiesta se celebra en las calles de otras ciudades del mundo, como Nueva York, Berlín, Paris y Buenos Aires.
En cualquier caso, este acto en el que se encendió la primera de las ocho velas de la Januquía fue "simbólico", según ha indicado Bendahan, ya que lo "importante" es el prendido de una vela diaria durante toda la semana en cada hogar mientras se recitan las bendiciones de agradecimiento y de recuerdo por el milagro obrado con el aceite del Templo de Jerusalén.
Concretamente, ha explicado que existen diferentes costumbres y que, mientras que los sefardíes encienden una Januquía por cada familia, en algunos países de Europa Oriental es más tradicional que cada miembro del hogar tenga una propia. En ambos casos, ha apuntado que la costumbre es encenderla y colocarla cerca de una ventana para "proclamar el milagro".
ORIGEN DE LA CELEBRACIÓN
Janucá conmemora un milagro acontecido hace 2.200 años en Israel cuando gobernaban los griegos, que impidieron rezar a los judíos y profanaron su Templo. Para enfrentarse a ellos, se creó un ejército popular, ´los Macabeos´, que tras dos años de lucha consiguieron expulsar al imperio griego.
Los judíos retiraron las estatuas de Zeus del Templo y se dispusieron a reinaugurar el servicio y a recuperar la llama de la Menorah (candelabro), pero observaron que sólo quedaba una jarra de aceite que bastaba para un día. Sin embargo, el aceite mantuvo encendido el candelabro durante ocho días seguidos, plazo suficiente para que los sacerdotes pudieran reponerlo. Por ello, la Menorah de Janucá, la Januquiá, está formada por ocho brazos con ocho velas más una, que es la que enciende a las demás, según señala la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE).
Para el rabino principal de la Comunidad Judía de Madrid es importante la proclamación de este milagro porque, en su opinión, demuestra que los griegos "no tenían razón" al pensar que el hombre era el centro y el criterio para fijar todos los valores (al contrario que Israel, que pone en el centro a Dios), pues, al producirse un milagro, la ley natural "se rompe" y quiere decir que hay "una fuerza superior".
ESPÍRITU FESTIVO
Janucá también tiene una parte "más lúdica" en la que se entrega a los niños las tradicionales peonzas o ´sebibon´ y se comen los buñuelos conocidos como ´sufganiot´ (bollos con mucho aceite frito, según Bendahan, para recordar el milagro el aceite). Los asistentes al acto público en Madrid pudieron disfrutar de estas costumbres mientras se interpretaban canciones típicas y se bailaban danzas israelíes conocidas como ´rikudim´.
Casa Sefarad-Israel informó que la fiesta estuvo amenizada por las actuaciones de las bailarinas Maayan Ankaua y Shoshi Israeli, y del grupo musical Raksedonia, especializado en músicas del mundo, y que interpretó en vivo canciones del folclore israelí.
Antes de la celebración, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz Gallardón; el presidente de la Comunidad Judía de Madrid, Sam Bengio; el director de Casa Sefarad-Israel, Diego de Ojeda; junto con el embajador de Estados Unidos en España Alan Salomont y el embajador de Israel, Raphael Schutz, visitaron la sede de Casa Sefarad-Israel para conocer la exposición ´Festividades Judías y sus Objetos Litúrgicos´ que estará abierta el público hasta el 8 de enero de 2010. A continuación estas autoridades participaron de la celebración en la Plaza de la Villa.
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