Navajo acaba de publicar el libro “El Cincel de Dios” que es fruto de una experiencia personal. “No me siento escritor, sino pastor. Mis trabajos surgen de lo que yo vivo. Fue una experiencia muy dura. La única parte de mi cuerpo que podía mover eran mis manos, a causa de una lesión en la médula”. Escribió el libro acostado en el hospital y en el lecho de su casa; trabajando durante cinco años para escribirlo y pulirlo. Según él fue como una terapia, “no siempre tuve sentimientos positivos, pero fue para mi una liberación”.
El cincel del sufrimiento duele, y duele tanto que nos planteamos dónde está el amor de Dios. Pero, dice Jose Luis, “Dios es absolutamente sabio. Cuando decide trabajar con una roca es porque puede obtener una pieza única y valiosa. Y Dios es amor, Dios no aplica un golpe más de los necesarios, ni un golpe más fuerte de lo que necesitamos. Si Dios nos da con su cincel es porque nos quiere utilizar”.
EL OPIO DEL PUEBLO
El bienestar como estilo de vida absoluto es el opio del pueblo, el hombre no fue diseñado para sufrir, pero en una sociedad del bienestar donde el sufrimiento está ausente es una especie de anestesia, que nos mantiene insensibles, adormecidos. Este hedonismo está afectando también a nuestras iglesias. Nunca antes la iglesia ha estado tan adormecida y tan alejada de labores como la evangelización, y otras prioridades. No podemos generalizar pero hay un sector mayoritario que está adormecido”, reflexiona Navajo .
MONSTRUOS Y ÁNGELES
El resultado del sufrimiento siempre dependerá de la actitud que tomamos ante él, cómo enfrentamos el sufrimiento: “El dolor nos puede volver más sensibles o más duros. Depende de cómo lo afrontamos. El sufrimiento es un maestro de lecciones exclusivas. Hay frutos que sólo maduran con la luz de la luna”, dice Jose Luis Navajo.
Durante el sufrimiento no siempre se está sonriendo. “La noche es terrible”, dice, los pensamientos te invaden, llegas a preguntarte el por qué de todo. Las defensas están muy bajas emocionalmente hablando. Sólo hay un recurso, llevar nuestras quejas, nuestras dudas, nuestros desvaríos al oído de Dios”.
Cuando nos vemos dominados por la enfermedad “vemos nuestra miseria, nuestra pequeñez, nuestra necesidad de Dios. Dios sólo manifiesta su poder a través de la persona humilde y quebrantada”. También valoramos pytas cosas: “el papel de mi familia ha sido fundamental. Los cuidadores de enfermos son claves. La compañía de un ser querido representa la compañía de Dios”.
LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD
Hay cristianos que piensan que el sufrimiento es malo, que es resultado del pecado. “Dios no quiere que tú estés enfermo- me decían algunos creyentes- si estás enfermo es porque has pecado”. Es el llamado evangelio de la prosperidad, dice Navajo, que afrima que “Jesús nunca dijo que seríamos libres en esta vida del sufrimiento, al contrario, dijo que “en el mundo tendréis aflicción, pero nos dio la salida: “Confiad, yo he vencido al mundo”.
PARARSE PARA AVANZAR
El dolor le vino en medio de una actividad frenética. Todo su mundo se redujo a una cama. “El dolor nos paraliza, a veces hay que parar de correr para mirar hacia arriba. Cuando se apagaron otras luces se encendieron luces fundamentales en mi vida como mi mujer y mis hijas”.
Hay otro factor, dos alas para volar a pesar de el dolor: “la fe y la esperanza. Hay momentos en la vida en que estos valores lo son todo”.
¿Qué consejo da a la persona que esté en medio del dolor?: no hay por qué sufrir a solas, la soledad no es necesaria. Y un segundo consejo: no permitas creerte que el sufrimiento es algo estéril y negativo, haz esta oración: “Dios dame serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valor para cambiar las que se pueden y sabiduría para ver la diferencia”.
OBRA
Es autor de libros publicados por diversas editoriales, como: • Mi Mayor Legado. • Tras La frontera Del Alma. • Cartas Desde El Corazón. • El Cincel De Dios (este último publicado por DSM ediciones)
Pueden escuchar una entrevista (de Esperanza Suárez) a J. L. Navajo sobre este mismo tema
AQUÍ (5'5 Mb)
Si quieres comentar o