`Es vital afirmar la utopía cristiana contra el dinero como motor de la existencia´, dice Pedro Tarquis

A la hora de comprometerse el cristiano evangélico con un grupo político o asociación local, de relacionarse con las instituciones, o de andar por las sendas de la cultura o de los medios de comunicación, “no basta con estar, también hay que ser” dijo Pedro Tarquis refiriéndose a la importancia de la relación personal como factor esencial en el desarrollo de cualquier actividad social. Esto es especcialmente complejo como creyentes, ya que supone añadir a lo difícil de las relaciones humanas en qué y cómo ser flexibles y comprensivos; pero a la vez tener muy claro dónde hay que mantenerse como cristianos firmes y sin concesión alguna.

Sin embargo, dijo Tarquis, el propio Jesús trata este tema, hablando de saber utilizar nuestra posición social de manera adecuada. en el Evangelio de Lucas (16:1-15, “el mayordomo infiel”). Utilizando un lenguaje de nuestro tiempo, el mayordomo infiel “es un gestor acusado de dilapidar el dinero del dueño de la empresa en la que trabaja, el cual le avisa de su despido inminente, exigiéndole que presente la contabilidad de su gestión”. El gestor, continúa Tarquis, tiene una idea que salvará su futuro: pactará con los que adeudan a su cliente, de forma que les perdonará gran parte de la deuda presentando luego a su contratante facturas falsas. A cambio de este “pequeño favor” el gestor espera un trato especial que le permita vivir sin trabajar “a cuenta” de los favores realizados. “Me imagino que como consultor o asesor de una gran empresa”, dojo el conferenciante.

Esta parábola de Jesús, narrada en lenguaje actual, es de total actualidad ya que “se repite en partidos políticos, sindicatos, instituciones culturales, y –hay que decirlo- en las propias iglesias. Puede ser dinero, poder, o situaciones privilegiadas”.

De esta parábola y la conclusión de Jesús se recogen dos aspectos: lo que debemos y no debemos hacer. Por una parte, Jesús alaba la sagacidad, a la vez que condena la ética del mayordomo. En este sentido, y en positivo, en las relaciones personales –amistad, instituciones, política- Jesús pone un listón difícil para el ser humano: debe ser ético en cuanto a respetar lo que es de otros, diligente en su trabajo, y capaz de gestionar bien sus metas y proyectos.

Tarquis resaltó que habitualmente las relaciones humanas actuales se plantean basándose exactamente en lo contrario, “en aquello que yo puedo obtener de los demás –aunque niegue mis principios-, conseguir el máximo con el mínimo esfuerzo, y que la responsabilidad de cómo van las cosas (especialmente cuando van mal) recaigan a ser posible sobre otro”.

LO QUE DEBEMOS HACER.
Jesús expone en la parábola, en opinión de Tarquis, “que nuestra vida entera debe ser usada sagazmente para intereses que no sean los nuestros de manera primordial (y aquí se incluyen personalidad, capacidades, tiempo, poder, dinero, seguridad, influencia, posesiones, puestos) de manera que sirvamos el interés de Dios (que es muy distinto de los intereses de este mundo): fe, esperanza, amor, justicia, paz…” Y citó Tarquis ejemplos prácticos como los personajes bíblicos de Nehemías, Esther y Mardoqueo, o el mismo José en Egipto. “Todos ellos supieron en su momento aprovechar su relación personal para lograr lo que Dios quería para su pueblo. Sin buscar lo suyo propio. Sin entrar en el juego rastrero de “yo de doy a cambio de…”. Pero siendo sagaces para entender lo que Dios quería y que sus relaciones personales eran el puente para lograrlo”.

¿EL DINERO COMO META?
Sin embargo, relató la importancia que el propio Jesús también señala –en el pasaje mencionado- de no perder el rumbo y evitar poner el dinero en primer lugar, “algo que la sociedad actual, y la propia iglesia, debe recibir como un mensaje claro: no nos interesa el dinero, es algo necesario para vivir pero secundario. Necesitamos creer y defender más la utopía y el idealismo en la sociedad actual. Es vital que quede claro que la utopía cristiana está en contra del dinero como motor de la existencia del ser humano”. Recordó Tarquis que la utopía y el mensaje fueron los que transformaron la sociedad española a través de los escritores y pnesadores de la generación del 27 y del 98. “Necesitamos ideólogos y pensadores cristianos, y no dinero”, recalcó.

Pueden escuchar la conferencia completa de Pedro Tarquis en audio pulsando AQUÍ (audio, 2’5MB)