¿La pasión homófoba de Kirk Cameron?

Es curiosa cuando menos la lectura que hace Luis Doncel en El País de lo ocurrido en torno a la entrevista realizada en la CNN a Kirk Cameron; y que está perfectamente resumida en el titular que usa el diario español: “pasión homófoba”

Porque Cameron no quiso hablar de homosexualidad en una entrevista que iba en principio destinada a conocer su última producción “Monumental” para el cine. La “pasión” (¿morbosa?) surgió del entrevistador, algo habitual cuando se entrevista a cristianos. Quieran o no quieran se les hace un interrogatorio sobre “el tema gay” para luego echarles en cara su homofobia.

Recuerda a las preguntas en las ruedas de prensa de Pep Guardiola y Mourinho. Más que el fútbol, interesa el morbo de sacar opiniones que puedan servir de arma arrojadiza contra el otro, para azuzar el debate, echar leña al fuego, y mantener viva la hoguera de todo lo que no es fútbol, sino el Gran Hermano mediático.

En el caso de Cameron, por lo tanto, si alguna pasión existe por el tema es en el entrevistador, que quiere sacarle la cuestión.

En cuanto a la homofobia, coincidimos con la defensa que el propio Cameron ha hecho en su respuesta a quienes le acusan de incitar al odio contra los homosexuales. Se puede respetar a una persona pero estar en desacuerdo con sus ideas o valores.

Hay dos frases atribuidas a Voltaire, y que son totalmente opuestas. La primera sería aplicable a esta actitud de defender la libertad mientras no atente contra mis ideas: “Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo”. En este caso, no es una muerte física, pero todo el artículo de El País es un trato despectivo y ajeno a la realidad de la persona, el trabajo y las ideas de Kirk Cameron en el que no vamos a entrar.

La segunda frase atribuida también a Voltaire es: “No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.” Esta idea la defiende Cameron en su respuesta a las reacciones en contra de sus opiniones.

Y nos parece sumamente importante cuando comenta Cameron que siempre, detrás de toda Ley hay un enfoque moral. Hace unos días en España el PSOE ha criticado al Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, que aplique sus ideas morales a la reforma de la Ley del aborto. Con los mismos argumentos, diríamos que el Gobierno socialista no ha hecho más que aplicar sus ideas morales a todas las leyes que ha llevado adelante cuando estaba en su mano el poder hacerlo.

La clave, y en esto acierta de nuevo Kirk Cameron en su respuesta a quienes le acusan, está en que “en cualquier sociedad que acepta vivir de acuerdo a la Ley, de alguna forma algún tipo de moral se impone siempre a través de esas leyes. `Es ineludible; y también un tema complicado, pero precisamente por eso tenemos que aprender a debatir estas cosas con más amor y respeto".

Esto echamos de menos en el artículo de El País de Luis Doncel, y en la vida política en general. Un poco más de amor y respeto, y que más que descalificaciones y caricaturas baratas exista un debate genuino y la búsqueda de puntos de encuentro en formas muy distintas de ver la vida. Porque todas ellas deben convivir en esta comunidad cada vez más global que llamamos sociedad.