El neurocirujano que 'visitó' el cielo

El doctor Eben Alexander III es un reputado neurocirujano que enseñó sobre el cerebro en la Universidad de Harvard hasta el 2001. Llevaba toda su vida investigando acerca de las experiencias cercanas a la muerte en pacientes, pero el experimentar una situación similar cambió su perspectiva al respecto.

De ello habla en el libro 'La prueba del cielo', editado por Zenith (Planeta), un libro cuya edición en inglés ha sido un éxito de ventas en Estados Unidos, con 26 semanas liderando el ránking de libros divulgativos en la lista de New York Times.

“Eben Alexander es plenamente consciente de que, al escribir el libro, ponía en juego su reputación profesional, pero confía en que su experiencia persuada opiniones escépticas (como las que él tenía antes), en particular las médicas, y abra la mente a un más allá a sus lectores”, dice Leslie Kaufman en la crítica publicada en el diario neoyorkino.

En este libro Alexander cuenta su experiencia y su búsqueda de una explicación para la misma, que le llevó a la conclusión de que “hay un más allá” después de la muerte física.

“El 8 de noviembre de 2008 me desperté con un terrible dolor de cabeza que en apenas dos horas desembocó en un derrame cerebral. Caí en un coma profundo, y durante siete días permanecí en ese estado, durante el cual viví una experiencia increíble. Lo que vi no fue un túnel, aunque sí tuve la sensación de ascender por un valle estrecho y oscuro para llegar a otro con una luz espléndida y unos colores indescriptibles. El lugar en el que estuve es un sitio maravilloso, reconfortante y lleno de amor. No tengo miedo a morir porque ahora sé que no es el final”, dice Alexander.

ESCEPTICISMO ENTRE COLEGAS
El Dr. Alexander dice que la ciencia actual “no puede explicar” su experiencia dado que su coma había anulado por completo el funcionamiento del neocortex. Está convencido de que tuvo una experiencia real, fuera del cuerpo. Pero otros colegas no están de acuerdo con la explicación.

El Dr. Martin Samuels, presidente del departamento de neurología del Hospital Brigham, admite a Alexander como un investigador competente, pero cree que “no hay manera de saber, de hecho, que su neocortex estaba 'desactivado'. Suena científico, pero es una interpretación hecha después de los hechos”, dice Samuels.

“Mi propia experiencia” dice el doctor, es que “todos vivimos en una realidad virtual, y el cerebro es el último árbitro. El hecho de que él sea un neurocirujano no lo hace más relevante que si él fuese un fontanero”.

Pero para Alexander, su experiencia le ha demostrado que “nuestro espíritu no depende del cerebro o del cuerpo” y ahora cree que a todos les espera la eternidad.