‘Igleburger’ es el provocativo título del nuevo proyecto de Álex Sampedro, músico y comunicador valenciano. El libro compara la vida espiritual en muchas iglesias con el sobrepeso provocado por la comida rápida. En una entrevista con Protestante Digital, el autor habla de los jóvenes cristianos, de la necesidad de recuperar la comida sólida y apuesta por volver a una iglesia en la que las formas no dañen el mensaje de Jesús y su misión.
“Durante los viajes que hacía para conciertos, me propuse aprovechar el tiempo, y escribí ideas que tenía acerca de la iglesia, acerca de mi vida, acerca de mi propia relación con Dios”, explica el músico, en una conversación con Daniel Oval.
“Pensaba en mí y en las experiencias que he tenido y también en la iglesia que conozco, la iglesia evangélica”. La motivación de este su primer libro ha sido “intentar sumar”, pero sin dejar de decir “lo que tengo en el corazón, acerca de situaciones que creo que podemos cambiar para ser la iglesia que Jesús sueña”.
El joven autor introduce la problemática que ve en su propia experiencia y en la de otros: “Debemos servir a Dios con todo, dárselo todo, y a veces hay cosas que están impidiéndolo y lo puse por escrito para que, quizá, reaccionemos juntos”.
LAS HAMBURGUESAS, HILO CONDUCTOR
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La metáfora de la comida rápida hila todo el libro, como queda bien claro en el índice, en el que se presentan capítulos como ‘Dios no trabaja en un restaurante de comida rápida’, ‘Predicadores con extra de queso’, ‘Corinto, la primera ‘Igleburger’’, ‘Adoración en fast y en food’, etc.
El paralelismo con las hamburguesas habla de la cultura que rodea a los evangélicos españoles. “Vivimos en una cultura consumista… Yo soy el primero que me encanta irme con los amigos a comer una hamburguesa o una pizza, y la verdad es que
nos ha invadido esta cultura de lo instantáneo, de lo rápido, de lo más barato, de la comida basura”.
En algunas iglesias “se consume evangelio”, cree.
“Vamos a la iglesia como si fuéramos a tomarnos una hamburguesa en vez de entender la iglesia como un lugar de formación, de hacer discípulos, donde nos encontramos con nuestros hermanos y donde somos luego disparados a la misión”.
FORMAS VS. MENSAJE
Uno de los temas que flotan en las páginas de ‘Igleburger’ es el cambio brusco que se ha dado en la cultura eclesial.
De un modelo que cuidaba bien el mensaje y poco las formas, se ha tendido a otro, en el que las formas han tomado tal protagonismo que el mensaje tiende a desaparecer.
En el libro, Sampedro habla de marketing, luces, show, instrumentos, artes… “Nos esforzamos e invertimos muchos de nuestros recursos, de nuestras ideas, en buscar las mejores formas, pero aunque yo no estoy en contra de eso (porque defiendo que debemos adaptarnos y comunicar el mensaje de la manera más excelente), debemos hacerlo siempre sin vender lo que es el mensaje, la idea central, el evangelio que nos fue dado una vez”.
“Descuidar el mensaje, puro y sin ningún tipo de vestimenta o adorno”, puede llevar a una iglesia a tener “mucho ruido y pocas nueces”.
DOCTRINA BASADA EN CANCIONES, CAMISETAS, …
La vuelta al mensaje pasa, sin duda, por volver a la Biblia. En este sentido, Alex, que es autor de varias de las canciones que se cantan en iglesias de toda España, es especialmente consciente de cómo la música de alabanza, por ejemplo, moldea la fe de muchos jóvenes. ¿Podría ser que la idea de Jesús de muchos jóvenes esté basada principalmente en base a las canciones que cantan, los eslóganes dibujados en sus ‘camisetas cristianas’ o en frases hechas que escuchan en una conferencia?
Sampedro cree que sí. “Nos hemos conformado con que los jóvenes digan tres o cuatro frases, clichés que son muy bonitos, que se comporten de cierta manera, pero quizá hemos descuidado que lo que al final les tiene que sostener es una relación con Jesús y un conocimiento de Jesús cada vez más profundo”.
En esta línea, añade: “A veces, por querer transmitir el mensaje como sea, hemos olvidado la importancia que tiene el conocer a Jesús a través de las Escrituras, a través de la oración, a través de la comunidad…”.
LA BIBLIA EN UNA ERA VISUAL
¿Se puede encontrar una de las causas del desconocimiento bíblico en los entornos cada vez más visuales? “Quizás los jóvenes hemos ido perdiendo interés en leer, pero debemos ser más exigentes con nosotros mismos. Igual que nos esforzamos en ir a un gimnasio para mantenernos fuertes, debemos seguir yendo al gimnasio espiritual y volver a las Escrituras, volver a conocer a Jesús desde la raíz, para vivir una vida espiritual, rica, profunda”, dice.
“Si no lo hacemos, seremos mediocres, conoceremos de Jesús lo que nos canten de vez en cuando, o que nos digan en alguna predicación, lo que pongan en algún eslogan atractivo o en algún poster, y poco más”.
Por ello, en el libro, Sampedro apuesta “por una generación de jóvenes que, sí, son dinámicos, pero que tienen una relación con Dios muy profunda”.
CONTRA EL ‘IGLECRECIMIENTO’ BARATO
Un liderazgo centrado en resultados rápidos podría ser otro reflejo de la sociedad consumista. “Los movimientos de ‘iglecrecimiento’, que te prometen que si haces esto y esto, dentro de nada tendrás una iglesias de 1.000 personas, y además no te costará demasiado esfuerzo si sigues el método… Hasta algunas dinámicas espirituales que te prometen que si las haces, madurarás, crecerás, si aceptas a Jesús como tu salvador no habrá ningún problema, todo se solucionará instantáneamente… Todo esto es reflejo de la cultura que nos rodea. Nos hemos visto imbuidos, porque nos interesa, porque es lo cómodo, lo que es barato y atractivo”.
Sampedro lidera a jóvenes dentro de su denominación y,
desde su propia experiencia, cree que la pastoral debe “poner toda la carne en el asador, volver a las relaciones personales, al esfuerzo, a ser cómo Jesús y a enfrentar las pruebas”. No se trata sólo de obtener resultados: “A veces queremos llegar al final, pero Dios se glorifica también en el proceso en sí mismo”.
EL PROBLEMA DE CONEXIÓN ENTRE GENERACIONES
Otra pregunta que ‘Igleburger’ analiza es la poca conexión de algunas iglesias con las generaciones más jóvenes. Sampedro aclara que “en ningún momento quiero desvalorar el trabajo que han hecho todas las personas que van delante de nosotros. Han hecho un trabajo excepcional, pero sí que es verdad que a veces noto que falta esta conexión con la siguiente generación”.
¿De quién es culpa? No se pueden sacar conclusiones simplistas, cree, pero a la vez, apunta que en parte, es responsabilidad del liderazgo, “seguro, en parte, por lo menos, porque lo queramos o no, las iglesias son el reflejo del liderazgo, y a veces lo fácil es echarle la culpa a la generación que nos sigue y ya está”.
El “cambio de mentalidad” puede llegar por un acercamiento nuevo de los líderes a sus jóvenes. Los primeros son los que deben dar el primer paso porque “son los que van a la cabeza, y por tanto son los que tienen que tomar la iniciativa”.
UN ACERCAMIENTO QUE INCLUYA A LOS JÓVENES
Se involucra a los jóvenes cuando se empieza por “escucharles, partir desde su necesidad, desde su lenguaje, y a partir de allí, intentar ayudarles, llevarles al Jesús de siempre, pero desde su necesidad y hacerlo comprensible al momento que están viviendo, relevante a la realidad y a la cultura que les está rodeando”.
Pero no todo se queda en los pastores y líderes. Los jóvenes también tienen parte de responsabilidad. “Deberían permitir este acercamiento (de los líderes), y si ven que la iglesia necesita un cambio, que yo creo que sí lo necesita porque cada generación ha hecho un cambio, ya que forma parte de la idiosincrasia de las iglesia, hacer ese cambio”.
La gran ventaja que tienen las generaciones más jóvenes es que “conocen la cultura que les rodea muy bien, están a la última de todo, y ellos podrían aportar a las iglesias y al liderazgo de estas, esta ‘traducción’, por decirlo de alguna manera: hacer comprensible el evangelio que les están enseñando desde el liderazgo”.
El autor tiene claro que unir a personas experimentadas con chavales jóvenes tiene un efecto potentísimo: “Esta sinergia entre varias generaciones sería una bomba, en España, y deberíamos aprovecharla”.
“VIVIR A CRISTO”
Sampedro habla en el libro de todo tipo de pasajes de la Biblia, pero cree que Filipenses 1:21 es especialmente relevante para la iglesia en España, hoy en día: “Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”, dice Pablo en esa carta.
“Creo que debemos partir de aquí, invitar a la gente a que su vida sea Cristo, y para eso tienes que conocerle, tener una relación con Él, conectarte a Él, para que puedas decir con propiedad ‘para mí el vivir es Cristo’”.
“No sé si yo, hoy, puedo decir esto con propiedad”, reconoce, pero sueña con “centrar mi vida en la persona de Jesús, y que todo lo que hago, lo que soy, gire en torno a mi relación con Él. Sería increíble que este versículo fuera una realidad al 100% en mi vida, por eso es mi versículo favorito”.
¿CÓMO PASAR DE LA COMIDA BASURA A LA COMIDA SÓLIDA?
Visto el diagnóstico, y viendo claramente que la comida rápida no satisface…. ¿cómo ir a Jesús, al pan de vida?
Álex no pretende presentar un nuevo método. La propuesta del libro es sencilla: “Cada uno de nosotros tiene que cuidar su relación con Jesús, acercarse a Jesús, estar agradecido con Él y decirle luego: ‘qué quieres que yo haga, a dónde quieres que yo vaya’”.
“El problema es que a veces queremos ver el problema fuera de nosotros, cuando en realidad, está en nosotros”. Entender “que el problema lo tengo yo, y que Jesús puede ‘solucionarme’. A partir de ahí, ya, afectar mi entorno, afectar la iglesia, y por consecuencia, afectar la cultura”.
“ESTAMOS EN EL MISMO BARCO”
Pese a todos los frentes que abre, Sampedro defiende que ‘Igleburger’ “no es un libro duro”. Destaca de la tradición española la ironía, “ese humor español”, que también ha querido incluir en su forma de escribir. “Con un poco de sentido del humor, pero también diciendo las verdades como creemos que son, dentro del contexto del amor”. Por tanto, aun en los aspectos más críticos, cree que “a nadie le resultará un libro ofensivo, todo lo contrario, es un libro con el que pretendo construir”.
Incluso el prólogo de David F. Burt, que habla de dejar de ser un “‘evangelicalito’ iluso” para “empezar a seguir a Jesús”, va en esa línea. Sampedro dice del experimentado predicador: “Me encanta como escribe y el prólogo que ha hecho”.
EL OBJETIVO FINAL
Sampedro reconoce que le gustaría que el libro sirva para ayudar a hacer cambios radicales. “Si el libro va a ayudar a algún evangélico nominal a, de verdad, dar un giro de 180 grados para seguir a Jesús con todo, aunque sea uno, ha valido la pena. Creo que es un libro que intenta ayudar a que la gente tomemos determinaciones, que cambiemos”.
Y concluye: “Esta es la idea: Hay que seguir a Jesús. Todos sabemos que las etiquetas no nos van a salvar, que los nombres no nos van a salvar. Solo Jesús nos va a salvar”.
Puede saber más sobre ‘Igleburger’ en la página de Facebook de Álex Sampedro o su Twitter. En ambas redes sociales se puede saber más, también, de sus dos últimos álbumes: “Oxigéname!!” y “Oleluya!!”.
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