Los pasados 16 y 20 de diciembre se realizaron dos eventos que abordaron las raíces y métodos de la intolerancia en la Europa de las Cruzadas y del imperio nazi. Los lugares elegidos fueron el Liceo de Orense y la Universidad de Las Palmas que reflexionaron sobre la memoria, la destrucción y la resistencia en la Europa nazi.
Eran las primeras jornadas organizadas por la red interuniversitaria de Areópago protestante, coordinadas por Evangelina Sierra, que contó con la colaboración de la Fundación Pluralismo y Convivencia, la Universidad de Las Palmas de Gran Canarias, la Universidad de Vigo y el Liceo Ourensano.
Por el enorme interés e importancia del contenido, por peticiones de los propios lectores que hemos recibido, y por solicitud de los organizadores de las Jornadas henos realizado un amplio reportaje, que incluyen links a las exposiciones completas, bien en pdf o en power point.
EL TERROR DE AKTION T4
Con el título de “Memoria, destrucción y resistencia en Europa frente al nazismo: 1933-1945” el 16 de diciembre se analizó la evolución histórica de la negación de la condición de ser humano en algunos momentos del pasado para seguir con el ejemplo concreto de la actuación nazi ante las enfermedades psiquiátricas, la experimentación en humanos y la industrialización de la muerte de los llamados “subhumanos” por medio del control de la alimentación.
Con la moderación de Elena de Uña , ex-decana de la Facultad de Geografía e Historia de la Facultad de Vigo participan especialistas. El único que no participó luego en Las Palmas fue
David Simón, psiquiatra e investigador de la represión ejercida en Ourense y provincia a los médicos durante la postguerra civil. Abordó
la evolución histórica de la negación de la condición de ser humano en algunos momentos del pasado para seguir con el ejemplo concreto de la actuación nazi ante las enfermedades psiquiátricas, y la experimentación en humanos por parte de los médicos de la Alemania nazi.
La clase médica, explicó, se alineó en gran parte con el nazismo, asumiendo un papel activa en la pureza de la raza aria, “eliminando” de manera progresiva a los seres humanos “impuros” en una escalada progresiva terrorífica.
Entre 1934 y 1944 alrededor de 400.000 personas fueron esterilizadas sin su consentimiento. Finalmente
se llegó a la eutanasia activa, especialmente a partir de pocos días después del inicio de la segunda guerra mundial, cuando Hitler firmó un
escueto documento autorizando "la muerte por compasión (Gnadentod) de todos los enfermos incurables". El programa de eutanasia nazi fue ejecutado por una organización Médico-burocrática, camuflada bajo el nombre secreto de Aktion T4.
Las víctimas de la Aktion T4 fueron personas que, según los criterios médicos vigentes, consecuentemente propagados por la ideología nazi, eran consideradas y presentadas como vidas indignas de ser vividas y cuyo asesinato
era una acción tanto de compasión hacia el enfermo como en beneficio de la comunidad en general. Uno de los que se opuso fue
Dietrich Bonhoeffer, pastor y teólogo luterano, que fue arrestado, encarcelado, y ejecutado en 1944
Fue
la antesala de su aplicación a los campos de exterminio masivo como el de Auschwitz, donde fueron utilizados los métodos -ahora en escala ampliada- y en determinados casos también a cargo del personal médico y sanitario de la Aktion-T4.
Por su parte
Esther Cuerda, profesora de disección en la Universidad Rey Juan Carlos e investigadora del tema (tesis postdoctoral en curso),
profundizó en la experimentación con humanos que se realizó de forma cada vez más despiadada en el nazismo, que ilustró con un power point.
DE LAS CRUZADAS A LA EUROPA NAZI
Evangelina Sierra historiadora y Gestora de Patrimonio Cultural, trató el tema de la intolerancia y la negación del estatus de ser humano en varios momentos de la historia europea bajo el título
“De la intolerancia religiosa a la intolerancia racial. eliminación del estatus de humano: dos ejemplos en la historia europea”.
En concreto analizó el trasfondo común de las Cruzadas, de la matanza de protestantes en la Europa católica (Francia, Italia y España), y el proceso de transformación de Alemania bajo el nazismo. Como expuso “La violencia física contra ellos siempre va precedida de una degradación en su imagen como seres humanos y de sus `intenciones´ últimas frente al grupo que los estigmatiza.”
En la Europa católica, desde los siglos XII y XIII “la pureza, la ortodoxia excluyente se instalaban en la mentalidad colectiva de Europa occidental ante cualquier grupo humano que pudiera atentar –en su opinión– contra la unidad religiosa”.
Por otro lado, en los escritos del siglo XIX en Alemania se comienza a percibir una mutación en el argumento: de la estigmatización por razones religiosas se pasa a argumentar progresivamente sobre el carácter moral envilecido de los judíos
Su conclusión fue unida a una serie de preguntas, del máximo interés:
La formación de identidades a lo largo de la historia ha sido en demasiadas ocasiones entendida de forma intolerante y excluyente hacia otros grupos humanos y, con el fin de obtener la pureza y la unidad monolítica (de religión, raza, régimen político), se han argumentado y puesto en práctica modelos de exclusión muy semejantes. Especialmente delicados son los momentos de crisis en los que esas identidades se consideran en riesgo de ser diluidos o inoculados por elementos nocivos que buscan su desaparición y agitan a sus bases en contra de las minorías. Nos guste o no, en el momento presente nos encontramos en una situación de fuerte crisis, tanto de valores, como económica y social y eso me lleva a preguntarme: ¿Qué valores son para nosotros irrenunciables como europeos del siglo XXI? ¿Qué riesgo podría comportar para nuestra sociedad renunciar a cierto tipo de valores? (por ejemplo, los alemanes renunciaron decididamente a valores de democracia, derechos y libertades) ¿Qué importancia tiene la vida humana? ¿quién merece hoy el estatus de humano y quién no lo merece en estos momentos históricos? ¿qué es hoy vida humana digna? ¿Dónde quedan los límites de unos valores y convicciones firmes y empieza la intolerancia y la exclusión?
EL HAMBRE COMO INSTRUMENTO PARA MATAR
Finalmente
Xesús Manuel Suárez, médico endocrinólogo, que explicó cómo “el hambre como arma fue un elemento que formó parte de los planes destructores de los nazis, por lo menos desde 1941. Conocemos más su desarrollo en los campos de concentración y en las víctimas judías, pero también formó parte de la estrategia nazi en otros entornos de la guerra. Así, la encontramos en el avance militar hacia el Este, pero también en los proyectos previos diseñados a más largo plazo para esa parte de Europa (el GPO)”.
En Polonia, por ejemplo, para el proceso de aniquilación, los nazis diseñaron un plan apoyado en la desesperante hambre a la que estaban sometidos los judíos. Se publicó en julio de 1942 un anuncio que indicaba que los judíos que se presentasen voluntariamente para su reasentamiento, recibirían 3 Kg de pan y 1 Kg de mermelada por persona; sólo tenían que acudir a la estación de tren. Se presentaron por centenares; y los trenes les llevaron al campo de exterminio de Treblinka.
En los campos la severa desnutrición, afirma el Dr. Suárez, modificó el estado anímico dando respuesta “a una de las preguntas que todos nos hemos hecho: ¿por qué los judíos no se levantaron en los campos de exterminio y en los ghettos, como hicieron en el de Varsovia, y se mostraron tan pasivos ante su aniquilación?Algunos aducen que realmente no sabían a dónde les conducían ni lo que les esperaba, o que algunos esperaban sobrevivir en medio de los demás desde la colaboración con los nazis, pero creo que los cambios anímicos citados pueden explicar que los judíos en inanición estaban realmente limitados para tomar la iniciativa de cuestionar lo que les estaba sucediendo y rebelarse contra ello”.
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