“Esta década nos muestra que si perdemos la Sola Escritura, lo perdemos todo”

El 500º Aniversario de la Reforma Protestante, el acercamiento del Papa a los evangélicos o los debates en torno a la consideración del matrimonio homosexual han sido algunos de los asuntos que han sido tratados en nuestra web en los últimos diez años.

En esta serie de entrevistas que iniciamos hoy, repasaremos cuáles han sido los asuntos principales que han marcado la década y procuraremos aprender alguna lección para el futuro inmediato.

Nuestro primer invitado es José Hutter, presidente del grupo de trabajo de teología de la Alianza Evangélica Española. Hutter es además columnista en Protestante Digital, donde publica semanalmente sus reflexiones.

Puedes escuchar la entrevista aquí

Pregunta. Una de las efemérides más destacadas fue la conmemoración de los 500 años de la Reforma Protestante, en el año 2017. Esto llevó  Uno de los temas destacados ha sido la revisión de los principios de la Reforma. ¿Siguen vigentes estos principios?

Respuesta. Estos cinco principios, las cinco Solas, son absolutamente necesarios para formular la creencia de las iglesias protestantes, y estoy ocnvencido que es absolutamente lo que la Biblia nos enseña, los fundamentos de la fe cristiana. Estos cinco no fueron formulados por los reformadores, pero los principios vienen de ellos. La Sola Scriptura es imprescindible, porque con esto empieza todo. Es un antídoto excelente contra las modas de nuestro tiempo, e imprescindible para formular una ética cristiana coherente.

El tema de Solo Cristo, que la salvación solo la tenemos en él, no hay otro mediador. Es innegable que no se puede dejar fuera, sobre todo al tener nuestro diálogo con otras religiones. 

Solo por la gracia nos indica que la salvación es un don de Dios, no hay otra forma. Solo hay dos religiones en el mundo: por una parte las religiones de las obras, donde el hombre tiene que ser bueno para que Dios pueda ser satisfecho, y hay que dar muestras de ello. Y por otra parte está la gracia de Dios, un regalo ante el que no hay nada que hacer. No hay otro sistema religioso que tenga esto, es algo único del cristianismo. Todo esto se recibe por la fe, el cuarto principio.

Y finalmente, Solo a Dios la gloria. Ahora, y de forma similar durante la historia de la iglesia, hay mucho afán de protagonismo. Somos muy dados a darnos demasiada importancia a nosotros mismos. Es un acto de humildad recordad que nosotros no importamos, quien importa es Dios.

Pregunta. Parándonos en el primero que señalas, en el ámbito del estudio de la naturaleza de la Biblia, ha habido cierta discusión sobre este tema.

Respuesta. Sí, lo había ya en el pasado, porque en este tema el protestantismo no habla con una voz unificada. Hay algunos sectores racionalistas que intentan interpretar la Escritura poniendo la razón humana por encima de la Escritura, y adaptándola a las últimas tendencias del pensamiento. Tenemos que ser realistas y decir que a nivel mundial hay un segmento que puede ser minoritario, pero muy importante, que tiene esta tendencia. Sin embargo, para nosotros en España y en cualquier lugar donde apreciamos esta tradición protestante, el poner la Biblia por encima de nuestras opiniones, creencias o filosofías es algo fundamental. Si perdemos esto lo hemos perdido todo. Acabo de volver de Alemania y es absolutamente nefasto estar en un culto de Navidad en el que el pastor reduce su mensaje a un “tenemos que amarnos unos a otros”, y no se habla de los hechos históricos, de los fundamentos de nuestra fe. Así funciona luego la imagen que da la iglesia protestante. Si perdemos la Sola Escritura, el fundamento en el que se basa la iglesia, lo perdemos todo.

P. En la relación con el catolicismo, ¿Qué opinas de la intención que hemos visto desde la Iglesia Católica de acercarse a los evangélicos? Incluso el Papa ha participado en cultos, recepciones a pastores y ceremonias de conmemoración de la Reforma. ¿Qué valoración te merecen?

R. Ha sido mucho ruido y pocas nueces. Una vez ha pasado el momento del aniversario, apenas se ven más gestos. Quisiera empezar destacando algo. Yo pensaba que tal vez la Iglesia católica, en un acto de generosidad, iba a suspender la excomunión sobre Martín Lutero y no ha sido así. Técnicamente Lutero sigue siendo hereje según los cánones de la Iglesia Católica. 

El Papa se acerca a evangélicos como a musulmanes, a budistas, a ateos y a todo el mundo. No es nada especial.

En cuanto a la teología, no me consta que la Iglesia Católica haya rectificado nada, por ejemplo el canon IX del Concilio de Trento, donde se condena en palabras muy severas la creencia de la salvación solo por la fe.

Que e Papa participe en una ceremonia con una iglesia liberal y racionalista como es la sueca pues no dice absolutamente nada para mí.

P. Otro tema importante de discusión esta década ha sido el acercamiento a la concepción de matrimonio, el ser humano, las relaciones homosexuales que están siendo cada vez más aceptadas en nuestra cultura occidental, e incluso habiendo iglesias que se han abierto incluso a casar parejas homosexuales. ¿Qué impacto ha tenido en las iglesias el empuje de la tendencia aperturista?

R. A nivel mundial, en los países occidentales ha tenido un impacto evidente. En Norteamérica o el centro y norte de Europa ha sido así. Pero el impacto es menor en Latinoamérica, África o Asia. Por ejemplo, el tema del matrimonio homosexual parece que ha sido el tema más importante en estos años en las iglesias clásicas protestantes, en Suiza, Holanda, Alemania, Suecia o Reino Unido, y casi irrelevante en África o Asia. A España no ha llegado tanto el debate, aunque sí hubo declaraciones de Ferede como de otros organismos. Aunque hay iglesias que se han abierto al matrimonio homosexual, en España siguen siendo muy minoritarios. Otra cosa es que pueda tener más efecto en el futuro, eso lo veremos.

Este es uno de los temas que está ligado a la Sola Escritura. Como cristianos, somos llamados a amar a todo el mundo, y esto incluye a los homosexuales. Pero desde el punto de vista bíblico, del Antiguo y del Nuevo Testamento, es una práctica que la Biblia prohibe. Está más claro que el agua. Para abrirse a este tema hay que abandonar el principio de autoridad de la Escritura. Por lo tanto es algo incompatible con la fe cristiana.

P. El tema ha producido rupturas llamativas, dentro de denominaciones históricas como la Iglesia presbiteriana, e incluso hay un debate latente en la Iglesia Anglicana.

R. Seguramente en la Iglesia Anglicana pueda llevar a una ruptura. En otras iglesias, como en Escandinavia, veo pocos indicios, tampoco en Alemania. La minoría de muchas iglesias libres impide que sea un tema muy importante. En España no se ha planteado, pero va a llegar. Pero esto es en el mundo occidental. En los lugares donde están ya la mayoría de evangélicos en el mundo, como Asia, Latinoamérica y África, este tema no tiene relevancia.

P. Algo que también ha ocurrido es que en la década el crecimiento evangélico se ha dado sobre todo en Latinoamérica, África o Asia. En Norteamérica y Europa hay un lento declive en general. ¿Esto está teniendo un impacto en el desarrollo teológico?

R. Personalmente pertenezco a una misión que tiene unos 2.000 misioneros en todo el mundo, y el centro internacional se ha trasladado hace una década de Londres a Singapur. El centro de gravedad del cristianismo evangélico ya no está en Occidente, sino en Asia, África y Latinoamérica. Personalmente, no estoy a favor de formular una “teología del sur” o algo por estilo, sino que es evidente que estas iglesias, muy vibrantes, tienen un entusiasmo para acercarse a la fe cristiana que es muy diferente a la nuestra, que es muy intelectualista. Ellos ponen mucho énfasis en la experiencia, en la fe en la vida diaria. Como impacto a la fe cristiana creo que en términos generales es positivo, porque pone un equilibrio. Pero creo que podemos aportar de nuestra experiencia, de nuestra teología. Ambas cosas hacen falta: la experiencia y el entusiasmo; la entrega que es canalizada de una forma razonable por la enseñanza bíblica sistematizada. Ahí podemos desde nuestra experiencia centenaria aportar nuestro grano de arena. Pero tampoco debemos tirar la toalla con Europa. No hay que olvidar que los tiempos de la Reforma eran quizá peores que los que corren ahora, así que no debemos perder la esperanza.

P. Pensando en España, ¿qué valoración podríamos hacer de la década? ¿Cuáles crees que son los aciertos de la iglesia, cuáles las necesidades, cuáles los errores?

R.  Siempre me sorprende que la iglesia evangélica en España es tremendamente creativa, con contribuciones que se hacen en diferentes ámbitos. Destacaría el tema de la atención a los toxicómanos, que prácticamente es un monopolio de la iglesia evangélica en España. Pero no solo eso: tenemos artistas, tenemos gente que escribe muy bien, muchas ideas…. A veces, ¡casi demasiadas! Pero esto me parece fantástico, teniendo en cuenta que somos un grupo sociológicamente reducido.

En cuanto a las necesidades o errores, creo que tenemos que tener cuidado de no separar nuestra fe de las raíces históricas. Hay que hacer el esfuerzo de no dejar de lado esta parte histórica. No hemos caído del cielo hace siglo y medio, ni siquiera en la Reforma. La historia de un creyente evangélico no se remonta solo a la Reforma, sino al tiempo de los Apóstoles. El Antiguo Testamento, la historia de Abraham, Isaac, Jacob, es nuestra historia.  Como evangélicos no podemos olvidar este contexto histórico. La historia de la salvación en el Antiguo y Nuevo Testamento es fundamental. Mi crítica es que de esto se habla muy poco en las iglesias.

P. ¿Hay algún otro tema que quieras mencionar?

R. Mi deseo y oración para la próxima década es que haya un avivamiento. En nuestras iglesias nos dejamos contagiar por el espíritu del momento. Lo que se nota es un cansancio: Occidente, Europa, es un continente cansado. Esto a veces se nos contagia. Oro para que recuperemos una visión vibrante de nuestra fe. Que esta no sea solo algo aprendido, sino que cada día vivamos una historia de amor con el Señor Jesucristo y tengamos el gozo de lo que nos espera, la bendita esperanza del cielo. Entre lo que hemos recibido ya y lo que recibiremos deberíamos vivir la fe con un entusiasmo que contagie. Este es mi deseo, algo que creo que todos somos llamados a recuperar. Que la fe sea algo para vivir y para morir.