El mundo mira hoy a la infancia para hacer balance. Organismos de todo el planeta realizan alegatos y análisis intentando acercarse a la situación actual desde perspectivas amplias, recuperando a la memoria los diez principios de la Declaración de Derechos del Niño, aprobada en 1959 por las Naciones Unidas, aunque todavía no ratificada por todos los Estados miembros.
En los últimos años se han producido “avances relevantes” en la mejora de la situación de la infancia, según comunica la ONU en su página oficial. Destaca que
“la mortalidad infantil bajó en 2012 a unos 6,6 millones, casi la mitad de las registradas en 1990”. El director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, ha señalado que “la mayoría de esas muertes se pueden evitar con servicios básicos de salud y nutrición adecuada”, entre otros aportes.
De la misma forma, se realiza un llamado a la ayuda internacional para las víctimas de desastres ecológicos, como el ocurrido en
Filipinas, y para los afectados por conflictos bélicos, como ocurre en
Siria.
DECLARACIÓN DE DERECHOS DEL NIÑO
La Declaración de los derechos del Niño establece
diez principios:
1. El derecho a la igualdad, sin distinción de raza, religión o nacionalidad.
2. El derecho a tener una protección especial para el desarrollo físico, mental y social del niño.
3. El derecho a un nombre y a una nacionalidad desde su nacimiento.
4. El derecho a una alimentación, vivienda y atención médicos adecuados.
5. El derecho a una educación y a un tratamiento especial para aquellos niños que sufren alguna discapacidad mental o física.
6. El derecho a la comprensión y al amor de los padres y de la sociedad.
7. El derecho a actividades recreativas y a una educación gratuita.
8. El derecho a estar entre los primeros en recibir ayuda en cualquier circunstancia.
9. El derecho a la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación.
10. El derecho a ser criado con un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos y hermandad universal.
PREVENCIÓN, PROTECCIÓN, PROVISIÓN, PARTICIPACIÓN
En el panorama evangélico, en relación a la niñez, se destaca el Compromiso de Ciudad del Cabo 2010, elaborado en la ciudad sudafricana en el tercer Congreso Lausana, que en uno de sus apartados apunta a las necesidades de la niñez y su relación con la misión de la iglesia.
En el artículo
Tomando en serio a los niños David Pritchard, impulsor de Godly Play en España, toma de base la declaración del Congreso para reflexionar sobre la situación de los niños en España y, en concreto, en las iglesias evangélicas, realizando una reflexión para considerarlo no sólo como un colectivo al que atender en sus necesidades, sino al que también se le debe dar participación e importancia,
así como Jesús se lo dio.
En la misma línea se expresaba
Javier Martín, responsable del ministerio para niños y familias 'La Semilla de Trigo', en una
entrevista concedida a Protestante Digital, donde exponía que “la atención a la Infancia no es tarea de una sola área de la Iglesia (tradicionalmente la Escuela Dominical), sino de una acción conjunta entre el liderazgo, la familia y las personas especialmente dedicadas a ello. A partir de ahí, hay que definir una estrategia global de trabajo con unos objetivos definidos e intencionales, y desarrollar todos aquellos departamentos que se necesiten para dar respuesta al máximo número de necesidades que la infancia actual presenta: evangelización, discipulado, servicio, adoración, atención pastoral (emocional, espiritual, familiar…)”.
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