¿Cómo se suele ver a nivel social a los cristianos? La escritora Dargan Thompson explica en un artículo de la revista “Relevant” como algunos de los estereotipos no tienen mucho que ver con la realidad. A continuación, dos de ellos.
“A menudo son las propias iglesias las que refuerzan los estereotipos que existen sobre los cristianos, al intentar combatirlos”, cree Thompson.
Aunque algunas de estas imágenes sociales sobre los creyentes no son fácilmente cuantificables, sí
hay casos en los que los datos desmienten lo que se cree.
“LOS CIENTÍFICOS NO CREEN EN DIOS”
Una estadística muy manida es la que se baraja a menudo en base a
un estudio de 1998 centrado en los miembros de la Academia Nacional de Ciencias de los EEUU.
Según las respuestas de aproximadamente 300 encuestados, sólo el 7% de estos “científicos de élite” afirmaba creer en la existencia de Dios.
Un estudio mucho más reciente, de 2009, lo llevó a cabo el Instituto Pew Forum, centrándose en este caso en los científicos miembros de la Asociación Americana por el Avance de la Ciencia (“American Association for the Advancement of Science”).
Llegaba a la conclusión de que
un 33% de los científicos estadounidenses creen en un Dios personal, y otro 18% creía en algún tipo de “espíritu universal o poder superior”.
Estos datos están significativamente por debajo de la media de los ciudadanos estadounidenses en su conjunto (socialmente, el 83% cree en un Dios personal y un 12% en un fuerza superior indefinida). Pero aún así, l
a cifra de científicos creyentes del nuevo estudio cuadruplicaba la del estudio de 1998.
“EL DIVORCIO ES IGUAL ENTRE CRISTIANOS Y NO CRISTIANOS”
Otra idea que se repite habitualmente, tanto fuera como dentro de muchas iglesias, es la que dice que los matrimonios cristianos se divorcian igual que los de personas sin ningún tipo de creencias.
Un
estudio publicado en la revista “Journal of Religion and Society” explicaba en 2012 que los
cristianos en EEUU tenían un porcentaje de divorcio de un 37%, menor que la media general de la sociedad, que se situaba en un 44% (según datos de entre 1980 y 2009).
Pero l
os divorcios se reducen mucho cuando se diferencia entre creyentes “activos” o “no activos” (en función de si son practicantes, es decir si suelen participar por lo menos una vez por semana en un culto o celebración de iglesia).
Mientras que aquellos protestantes no activos tenían un porcentaje de divorcio de un 39%, los que se consideraban activos se divorciaban mucho menos, en un 26% de los casos.
De hecho, el menor impacto del divorcio se daba entre los encuestados que se definían como
católicos activos. Su porcentaje de rupturas matrimoniales era del 21%. Por el contrario,
las personas no religiosas sufren divorcios en el 50% de los casos, según el estudio.
“Las cifras son menores de lo que a veces se da a entender, pero aun así nos deberían frenar antes de ponernos a juzgar la visión que la cultura tiene del matrimonio”, argumenta Thompson.
VIDAS QUE RETEN LOS ESTEREOTIPOS
La autora del artículo recuerda en su conclusión que “como cualquier otro grupo de la sociedad, los estereotipos sobre
los cristianos a menudo tienen alguna razón de ser, y mientras como individuos probablemente no tenemos la capacidad de cambiar las percepciones del conjunto de las personas, sí podemos intentar vivir una vida que desafía esos estereotipos”.
Puede leer el artículo completo en la revista Relevant (inglés).
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