Hannah Gay fue la pediatra que logró por primera vez desarrollar una cura funcional para una niña que había nacido con VIH, un avance histórico en el estudio de este virus. Pero no muchos saben que su dedicación a la medicina está basada en una profunda fe cristiana.
Hannah es pediatra en el Universal Medical Center de Mississippi.
En marzo se hizo público, por un equipo de investigación, la validez del caso que atendió y que terminó con la curación de un bebé con VIH por primera vez en la historia.
En una entrevista con Baptist Press,
Hannah Gay cuenta que acabó en este departamento de tratamiento de pacientes de VIH del hospital por casualidad, aunque a ella le gusta decir que fue una “evidencia del humor divino”.
Entró en esta especialidad en 1994 porque le permitía compaginar su trabajo con la atención a su hogar y criar cuatro hijos pequeños. Su familia regresó a Mississippi después de estar seis años en una misión bautista en el Cuerno de África.
“La única posibilidad de media jornada en el Centro Médico de la Universidad era para ayudar con la clínica de VIH. Así que no tuve más opciones. El trabajo sin embargo fue de media jornada solo por unos meses, para pasar a ser un trabajo a tiempo completo”, cuenta Hannah.
Reconoce que “no estaba en absoluto capacitada en VIH. Cuando estaba en la escuela de medicina y haciendo mi residencia pediátrica no existía esta especialidad aquí. Así que no fui preparada en este área, no lo elegí, pero parece que Dios me escogió para estar ahí”, reconoce.
Para ella la fe es un factor decisivo en su vida. “Mi fe afecta a todo lo que hago. Define quién soy”, dijo Hannah Gay. “En realidad, es todo lo que hago y eso incluye mi carrera de medicina y sin duda es el amor de Cristo lo que estoy compartiendo a estos niños – los pacientes - No es nada de mí misma... Viene de mi fe”.
El avance médico que supone su descubrimiento permitirá tratar el virus del VIH en recién nacidos de una forma más efectiva.
COMPROMISO CRISTIANO: LA PREVENCIÓN
La pediatra considera además que los cristianos pueden desempeñar un papel importante en la mejora de la sociedad. “Nuestra conciencia social debe estar centrada en el Evangelio y como el Evangelio y Cristo vive en nosotros, dando forma a nuestro estilo de vida. Es ayuda en la prevención del VIH, además de mermar una gran cantidad de sufrimiento”, dijo Gay.
Hannah Gay creció en una iglesia Bautista Meridional, y desde joven se involucró en el movimiento misionero. “Fue una especie de entrenamiento, me imagino. Cuando llegué a mi adolescencia y empecé a preguntar al Señor: 'Bueno, ¿qué quieres hacer conmigo?' Ahí es donde me señaló la carrera en pediatría. Y seguí ese camino”, cuenta.
Después de haber completado una residencia pediátrica en el UMMC, se fue a África en 1987 con la intención de enseñar en una escuela de medicina allí. “Cuando llegamos al país, este atravesaba una guerra civil en curso”, recuerda. “Poco tiempo después se cerró la escuela de medicina debido al conflicto. Así que en realidad nunca enseñé en la escuela de medicina. Pero monté una clínica informal, con empleados de la misión y sus familias, en el fondo de mi casa”.
MISIONERA EN TODO LUGAR
La familia regresó a Mississippi en 1993. “Decidimos quedarnos aquí el tiempo suficiente para que nuestros hijos fueran educados, con la esperanza de volver al campo misionero después de eso”, dijo. “Pero con el tiempo me detectaron una artritis que afectaba a mi sistema inmunológico, por lo que volver al Cuerno de África era imposible”.
Sin embargo entiende que Dios tiene un propósito para ella en cualquier lugar donde esté. Ahora disfruta de su trabajo con niños. “Tener la oportunidad de enseñar estilos de vida saludables y ayudar a tomar las decisiones correctas desde el principio es gratificante, en lugar de tratar arreglar las consecuencias de malas decisiones después de años”, explica.
Hannah Gay dijo que tiene la intención de seguir centrándose en la prevención, mientras la ciencia médica busca replicar la cura funcional en otras víctimas.
“Trabajamos muy duro para asegurarnos de que identificamos a mujeres que están infectadas por el VIH y que iniciamos el tratamiento durante el embarazo”, señaló. “Si podemos hacer eso, podemos prevenir casi todos los casos de transmisión de madre a hijo”, explica finalmente, esperando poder seguir ayudando en el desarrollo de una cura para el virus.
Si quieres comentar o