Cuatro de cada cinco candidatos no superan una entrevista de selección para un puesto de trabajo. Aunque es indudable que un buen Curriculum nos abre las puertas a la posibilidad de conseguir un empleo, donde realmente nos jugamos el todo por el todo es en la entrevista, ya que es en este momento cuando el entrevistador se va a formar una imagen de nosotros, de nuestra valía como trabajadores y de nuestra posibilidad de desempeñar el puesto al que hemos optado.
En ocasiones, la entrevista se limita a preguntarnos sobre nuestra experiencia laboral y nuestras expectativas laborales, pero en otras, las más habituales,
nos vamos a encontrar con una serie de preguntas formuladas para cogernos a contrapié, verificar nuestros reflejos y ver cómo reaccionamos ante una situación imprevista.
- “¿Cómo trabaja bajo presión?”: Ante esta pregunta lo mejor es que respondamos que el estrés no merma nuestro rendimiento laboral y que consideramos que puede ser incluso beneficioso en ocasiones para aumentar nuestra eficacia como trabajadores. No debemos tampoco exagerar y realizar afirmaciones del tipo “trabajo mejor bajo presión” u otras parecidas, ya que no serán creíbles para el entrevistador. También puedes indicar cómo manejas el estrés (deporte, técnicas de relajación, etc. )
- “¿Cómo actuaría en caso de desacuerdo con su jefe?”: No están esperando oír que nunca estamos en desacuerdo con nuestro jefe sino que lo que pretenden es conocer nuestro grado de conflictividad, es decir, cómo te comportarías en caso de conflicto. Lo mejor es demostrar diplomacia y tacto en esta pregunta y asegurar que siempre se buscaría una solución beneficiosa para ambas partes.
- “¿Cuál es el momento más difícil al que se ha enfrentado en su actual o anteriores trabajos?”: Con esta pregunta quieren valorar nuestra capacidad resolutiva, por ello lo mejor es hablar de situaciones concretas a las que nos hayamos enfrentando en nuestra vida laboral y que hayan supuesto un reto para nosotros que hemos superado.
Para lograr una buena entrevista, debemos además de saber sortear estas “preguntas trampa”, seguir unas claves básicas durante el encuentro cara a cara con el seleccionador:
1. Cuidar la imagen personal. Acudir bien vestido es la mejor carta de presentación para convencer al entrevistador de que existe un gran interés por conseguir el puesto de trabajo.
2. Puntualidad. Es uno de los requisitos esenciales para comenzar con buen pie. Si por cualquier motivo, el candidato sabe que se va a retrasar, es preciso avisar al seleccionador.
3. Practicar la comunicación no verbal. Absolutamente todo comunica, los gestos, la manera de dar la mano, la sonrisa, los silencios…
4. Escuchar activamente. Todas las preguntas del seleccionador son importantes. No es conveniente interrumpirler en medio de una pregunta o explicación sobre el puesto de trabajo.
5. Ofrecer la información que el entrevistador está buscando. Dar ejemplos y explicar situaciones sobre aquello que nos pregunta.
6. Transmitir los logros y las competencias profesionales. Lanzar mensajes directos, claros y precisos.
7. Responder con confianza: ¿Por qué debemos contratarte a ti? ¿Qué aportas realmente a la empresa?
8. Una actitud positiva. Las empresas quieren incorporar a sus equipos, personas que se sientan entusiasmadas por el proyecto, perfiles flexibles, resolutivos e innovadores.
9. Mostrar interés por el puesto. Tomar notas durante la entrevista y llevar un breve listado de posibles preguntas relacionadas con el perfil del puesto siempre hace ganar puntos al candidato.
10. No alargar la entrevista por el pasillo. Se considera un momento crucial de cierre, porque el candidato se relaja. En muchas ocasiones es cuando pierde la entrevista.
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