Estos anuncios siguen siendo una suculenta forma de financiación. Una comisión parlamentaria estimó en 2007 que el negocio movía 40 millones. Los ingresos por esta vía de El País y El Mundo, con una media de tres páginas de contactos diarias, rondan los seis millones anuales. Otros, como el Grupo Vocento, llegan hasta los 10 millones.
En este punto, el debate sigue abierto. ¿Es una cuestión editorial o económica? La primera debería ser la que más peso tiene, pero no es así. Estas cabeceras, con la crisis de fondo, negocian con el Gobierno desde el año pasado una partida de ayudas para hacer frente a lo que supondría perder esta importante fuente de ingresos.
El pasado mes de abril, el Ministerio de Igualdad reconoció que la ministra Bibiana Aído se había puesto en contacto con los directores de periódicos para abordar la cuestión. Además, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha comunicado recientemente a la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) que el Ejecutivo «ya trabaja en la búsqueda de soluciones» para suprimir estos anuncios de los periódicos. El objetivo de De la Vega es conseguir un acuerdo durante la presidencia española de la Unión Europea, con lo que los plazos se agotan. El modelo a imitar sería el francés, que ha aprobado un plan de ayudas a la Prensa por valor de 600 millones de euros en un plazo de tres años.
La postura del Gobierno es clara. Para la titular de Igualdad, los anuncios de prostitución son una «vergüenza». El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, recordó que «hace años ya hubo que tomar medidas porque en algunos casos se adivinaba que eran niñas y eso era repugnante».
MAFIAS ORGANIZADAS
Tras estas palabras está la sospecha de que las mafias de trata de personas se encuentran detrás de los anuncios de contactos. De hecho, de las 300.000 prostitutas que ejercen en España, «el 90 por ciento son extranjeras en situación irregular», afirma Altamira Gonzalo, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis. «Que hay trata de blancas en nuestro país es una realidad y los medios de comunicación mantienen una postura contradictoria en este sentido. Por un lado se manifiestan en contra de estas mafias y, por otro, mantienen los anuncios de explotación sexual».
Marisa Soreto, de la Fundación Mujeres, apunta que «los medios se están enriqueciendo a costa de una realidad relacionada con la trata de personas». En cambio, los diarios que mantienen estos anuncios defienden su decisión. El director de «El Mundo», Pedro J. Ramírez, calificó de «hipócrita» decir que las mafias de explotación de personas están detrás de la publicidad de prostitución. En una entrevista reciente afirmó que «nosotros no somos la Dirección General de la Policía. Si se investiga y se demuestra que hay tramas, éstas desaparecerán y también sus anuncios».
En «El País» ha habido un importante debate interno. Después de una serie de reportajes sobre la prostitución en España, se produjo un aluvión de mensajes de lectores que criticaban los anuncios de contactos. Por este motivo, la defensora del lector del diario, Milagros Pérez de Oliva, decidió entrar a valorar esta realidad y respondió que «no deberían publicarse en este diario. Sé que se trata de una muy vieja polémica y que los tiempos de crisis que vivimos no son los más propicios para tomar una decisión de esta naturaleza».
Sin embargo, «teniendo en cuenta que la vicepresidenta primera del Gobierno se ha mostrado dispuesta a intervenir para que la Prensa deje de publicar anuncios de contactos, tal vez fuera buena idea acelerar el debate», declaró Pérez de Oliva.
El problema reside en que nadie sabe quién está detrás de esta forma de publicidad, aunque desde muchos ámbitos se apunta a las mafias organizadas. Los anuncios de contactos no pasan por ningún control que no sea editorial (evitar palabras malsonantes o que haya menores de edad). Han sido muchas las polémicas que han rodeado a los anuncios clasificados por fraude, como las líneas eróticas o de tarot. En este punto, el Gobierno tomó cartas en el asunto e impuso condiciones para evitar las estafas. Ahora, con los de contactos pasa lo mismo. La compra de los espacios publicitarios se encuentra controlada por agencias especializadas, pero nadie sabe quién está detrás de ellas.
CIUDADANÍA EN CONTRA
Una petición firmada por un total de 6.300 ciudadanos solicitó hace algunos meses a los periódicos que publican anuncios de prostitución que los supriman. «Es un clamor popular», afirmaba Daniel Banegas, presidente de Esclavitud XXI, asociación que ha promovido esta campaña junto a Stop the Traffik. Sólo tres de los ocho periódicos generalistas nacionales han eliminado este tipo de anuncios de sus periódicos, lo que sitúa a España a la cola de Europa en este aspecto.
La lucha contra los clasificados sexuales la han liderado durante años asociaciones como Esclavitud XXI o Stop the Traffik, vinculadas a la Alianza Evangélica. Precisamente estas dos organizaciones han vuelto a poner el acento sobre dicha cuestión mandando a los principales diarios que se benefician de este negocio una petición firmada por 6.300 ciudadanos que solicita la retirada de los anuncios de prostitución. «Es un clamor popular», afirma Daniel Banegas, presidente de Esclavitud XXI, que incide en que en esta campaña han firmado «tanto personas que son evangélicas como personas que no lo son, abarcando todos los espectros ideológicos de nuestra sociedad».
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