Los jóvenes españoles, factor de paz social y apegados a la familia, según un estudio

Esa es la dualidad que presenta la juventud española o, por lo menos, así lo entienden los expertos que inauguraron el Congreso "Familias: construyendo ciudadanía", organizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. En ese foro se hizo una radiografía sobre la población joven.

SIN EL APOYO DEL ESTADO
Los jóvenes no se implican en política, pero sí se manifiestan, mucho más que en otros países europeos, cuando se trata de una causa que para ellos merece la pena. Así lo hicieron contra los atentados del 11-M y contra la guerra de Irak, aunque no contra los "contratos basura". Tampoco se asocian en organizaciones pero sí participan intensamente en las fiestas de sus pueblos y ciudades.

Sienten que no deben nada al Estado, puesto que España es uno de los países que menos gasta en juventud y familia. No reciben subvenciones, subsidios, ayudas...

Ellos se apoyan en la familia, hasta el punto de emanciparse a edades muy tardías, aunque dispongan de un empleo estable. Prefieren ahorrar con sus padres para enfrentarse a los elevados precios de la vivienda. En el hogar familiar se sienten a gusto. Para los progenitores sería un fracaso que sus hijos se marchen de casa antes de tiempo.

Quizá por esa vinculación a la familia, los jóvenes no quieren renunciar a sus raíces geográficas. Para el 27% no existe causa alguna por la que se irían a vivir a otro lugar. El apego a su barrio, ciudad y país es tremendamente fuerte.

Cuando se emancipan del hogar familiar lo hacen la mayor parte de las veces en pareja. La familia ocupe el lugar más alto en su escala de valores (8,6), seguida de los amigos, el tiempo libre y vivir al día, sin olvidarse del dinero.

Contar con el apoyo de los padres en sus decisiones resulta fundamental e incluso cuentan con ellos para celebrar algún acontecimiento junto a los amigos, pero saben que hay que respetar algunas reglas, por ejemplo, dormir en casa todas las noches o no llevar a la pareja a dormir al hogar familiar. No obstante, muchos salen los viernes y sábados a bares y pubs o se reúnen en parques para hacer botellón. Y en este sentido, el 70% de los jóvenes entre 15 y 24 años consume alcohol, el 48% fuma tabaco y el 21% cannabis, y el 2% utiliza cocaína.

Una vez emancipados, los lazos continúan con el hogar familiar. A menudo la joven pareja vive cerca de sus padres.

Ante este perfil de la juventud española, puede obtenerse la conclusión de que los jóvenes contribuyen a la paz social y no pueden ser considerados problemáticos ni peligrosos.