Con tan sólo 18 y 21 años, las vidas de Carlos y Eva estaban rodeadas de alcohol, drogas, violencia y experiencias ocultistas.Varias de estas prácticas fueron determinantes en sus vidas para lo que tendría que ocurrir tiempo después. Algunos de sus amigos se suicidaron, otros murieron por causa del estilo de vida que llevaban, pero un encuentro con Jesús cambió sus vidas.
Desde su infancia Carlos siempre fue un niño rebelde “en cualquier lugar que me encontrase siempre buscaba 'problemas', sobre todo con aquello que representase autoridad o normas” recuerda Carlos. “Con 13 años, comencé a consumir alcohol y drogas, que hacían que me sintiese más cercano a otros chicos, más integrado y siempre 'ayudaban' a seguir siendo rebelde, aunque cada noche, sentía soledad”. Por aquel entonces comenzó a tocar la guitarra y formó parte de grupos de 'metal'. “Escribía letras de canciones que daban lugar a Satanás. Empecé a tomar contacto con el satanismo y prácticas de ocultismo, era como un juego que me permitía ser distinto a los demás” Cuando Carlos y Eva se conocieron ella venía de un trasfondo similar y ambos comienzan a involucrarse seriamente en el ocultismo. “Nos pasábamos horas en los cementerios, no importaba si era de día o de noche, practicábamos adivinación, adoración a muertos e incluso llegamos a profanar tumbas, todo esto provocado por un incomprensible deseo y una fuerte atracción hacia la muerte” confiesa Eva.
Estas prácticas, como no podía ser de otra forma, les pasaron factura. Dos de sus amigos se suicidaron antes de alcanzar la mayoría de edad. “Cada día nuestra vida era más difícil. Teníamos más problemas de conducta, comportamientos más rebeldes y agresivos, así como pensamientos siempre relacionados con la muerte. La dificultad de mantener relaciones normales con otras personas se hacían cada vez más fuerte e incluso teníamos pensamientos de suicidio”, continúa Carlos.
Un día, Eva se acordó de las palabras de un grupo de cristianos que conoció en los alrededores de un concierto de Ozzy Osborne.Le hablaron del Poder de Dios para liberar a las personas de todo aquello que estaban viviendo y ambos decidieron ponerse en contacto con ellos. “Nos presentaron el mensaje de Jesús, de forma sencilla, sin rituales ni liturgias, sin palabras frías y lejanas. Nos hablaron de la persona de Jesús” recuerda Eva.
“En ese tiempo fuimos simpatizantes del Evangelio, aunque no queríamos una relación de compromiso con Dios”, pero la vida de Carlos y Eva seguía rodeada de alcohol, drogas, ocultismo y cada vez más depresión y locura. “No me importaba intentar 'unir' dos mundos, el de Dios y el mío propio, intentaba servir a dos señores. Quería tener 'algo' a lo que aferrarme pero sin cambiar mi vida de desorden, y pecado” rememora Carlos.
En una ocasión Carlos estaba robando en su puesto de trabajo y el Espíritu Santo golpeó su corazón: “Sigues siendo el mismo, Jesús necesita tu corazón, El quiere perdonarte y transformarte, ¡¡¡quiere sanarte!!!! Aquellas palabras que resonaban en mi mente me hicieron llorar como un niño, pidiéndole a Jesús que entrase en mi corazón para limpiarlo, ahora entendía sus Palabras, ahora todo tenía sentido, ahora dejaba de ser un religioso para ser una nueva persona con una vida cercana a Jesús. Pude sentir como algo especial ocurría en aquel momento y ahora Jesús era real en mi vida”.
En aquel mismo tiempo, lo mismo que Carlos experimentó, Eva lo pudo también vivir con situaciones parecidas que le hicieron aceptar a Jesús como su Salvador.
“Hoy nuestra vida está basada en las palabras y mensaje de Jesús, esto no nos hace superpersonas, ni mejores que otros, pero nuestros problemas de alcohol, drogas, ocultismo, etc. desaparecieron. Jesús nos perdonó, nos sanó y nos restauró” expone Carlos.
Ahora Carlos y Eva son unos estupendos padres de familia. Tienen dos hijos, una niña de 9 años y un niño de 6, viven en Palencia y sus vidas han sido de tal impacto que han sido protagonistas de un reportaje en LaSexta Tv “Vidas anónimas” el pasado mes de marzo.
En la actualidad ambos dedican sus vidas a sanar, restaurar y conducir a Cristo a otros,para hacer lo que un día hicieron con ellos, hablarles del amor de Dios.
Pastorean una iglesia en Palencia, una iglesia heterogénea en la que conviven en perfecta comunión familias “convencionales” junto con metaleros tatuados, con pelo largo y chupas de cuero. En una nave industrial acondicionada como iglesia, con zona para obra social, escuela de música y bar, enseñan santidad, integridad y compromiso con Cristo.
“Muchos jóvenes hoy piensan que la iglesia no es necesaria, que está anticuada y no es útil, les aburre. Nosotros enseñamos acerca de la importancia del mandamiento 'los unos a los otros' (amaros los unos a los otros, soportaos los unos a los otros, animaros los unos a los otros....) y eso se consigue en el vinculo de la iglesia, que es una familia y así lo siente la gente, así nos hablan cuando vienen por primera vez”.
Como músico que es, Carlos da mucha importancia a la alabanza congregacional, una alabanza de júbilo, bien marcada por el rock, guitarra con distorsión, mucha batería, puro rock, y la adoración, muy romántica y muy íntima “Para nosotros el tiempo de alabanza es muy importante, es el momento que más nos acerca a Dios. Nos preocupa tener una alabanza bien hecha, muchos de los chicos que vienen son músicos y escuchan mucha y buena música secular, queremos que vean que la música cristiana se puede escuchar y disfrutar”
Hace algunos años Carlos y Eva fundaron Coveredbacks, un club cristiano de motosdonde todo el mundo es aceptado como uno más, una plataforma desde la cual reparten Manuales de Ruta (Biblia "tunning") y extienden sus brazos para otros que necesitan experimentar lo que ellos viven. “Un lugar donde cualquiera puede sentirse aceptado, querido, valorado y no juzgado. Realizamos Quedadas moteras, Concentraciones, Visitas a cárceles… desde aquí tenemos la oportunidad de compartir públicamente nuestra experiencia de sanidad por medio de Jesús. La forma tan especial como Dios nos involucró con el mundo de las motos, es de nuevo una muestra más de su tremendo amor por los necesitados de su ayuda”.
Equipo de Redacción de +qFamilia
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