Los cristianos evangélicos en Alemania están orando por “caminos de reconciliación” en un país en el que se ha producido un enorme aumento de la polarización.

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En este contexto de división y lucha política, Alemania necesita “constructores de puentes y pacificadores que crean que es posible unir a los oponentes, en la iglesia, la política y la sociedad”, dice la dirección de la Alianza Evangélica Alemana (EAD, por sus siglas en alemán).

El organismo evangélico ha llamado a los creyentes a “orar por el valor para enfrentar la división, el odio y la violencia”. “Necesitamos personas que lleven el amor de Cristo a nuestro país, incluso a los extranjeros, a las personas de otras religiones y a los enemigos”.

Otros cinco grupos evangélicos están apoyando este llamamiento a los líderes cristianos para que difundan en todas las iglesias una actitud de oración por el futuro del país, ya que “la dimensión espiritual de la división solo se puede superar en la oración”.

La iniciativa se hizo pública el 30 de agosto, dos días antes de la celebración de las elecciones regionales en el este de Alemania y un mes antes del Día de la Unidad Alemana (3 de octubre), la celebración de la reunificación alemana de 1990. 

Turingia y Sajonia hacen visible la división

En estos momentos, en Alemania, la señal más clara de la división este-oeste es el protagonismo de Alternative für Deutschland, un movimiento político “alternativo” que ha conseguido estar en el centro de la mayoría de los debates sociales.

Descrito por muchos analistas como el partido de extrema derecha más extremo de Europa, ha logrado su primera gran victoria este fin de semana. Björn Höcke ganó las elecciones regionales del estado de Turingia. Una encuesta reveló que el 33% de los católicos y el 31% de los protestantes votaron por él.

Con un 32,8% de los votos, Alternativa para Alemania se impuso a los grandes partidos y dejó a los socialdemócratas del canciller alemán Olaf Scholz con un pobre 6,1% de apoyo. El apoyo al primer ministro regional de izquierdas también se redujo a la mitad, dejando a este otro partido progresista sin opciones de dirigir Turingia otros cuatro años.

Cerca de allí, los votantes de Sajonia (otra región del este de Alemania), también dieron un apoyo récord a la AfD, que quedó en segundo lugar, casi con el mismo resultado que los ganadores, los democristianos CDU (30,6% frente a 31,9%).

Los medios de comunicación alemanes dicen que el gobierno federal de Alemania, un país de 83 millones de habitantes, podría estar al borde del colapso, ya que el canciller Martin Scholz (de los socialdemócratas) podría perder la confianza de los otros dos partidos de la coalición gobernante (Verdes y Liberales), que también obtuvieron resultados muy flojos en las elecciones regionales.

¿Qué defiende la AfD?

Los críticos describen las políticas de la AfD y a su líder nacional, Alice Wiedel, como nacionalistas radicales que buscan “limpiar” el país no solo de inmigrantes (incluidos los solicitantes de asilo de zonas de guerra), sino también de segundas generaciones de alemanes con antecedentes extranjeros.

En los últimos años, la AfD ha ganado mucho apoyo tras oponerse a las vacunas contra la Covid-19 y a las fuertes restricciones durante la pandemia. También han sido críticos con la ideología de género y las políticas pro-LGBTQI. Sus líderes insisten en que los partidos tradicionales quieren pintarlos de forma negativa porque están conectando con las opiniones reales de los trabajadores que están cansados ​​de la "élite política".

[photo_footer]Un cartel en una protesta reciente exige la "prohibición del partido AfD". / Foto: Christian Lue, Unsplash, CC0[/photo_footer]

El año pasado, grandes manifestaciones lideradas por organizaciones progresistas en toda Alemania exigieron la prohibición de la AfD por lo que consideran un regreso a las ideologías “nazis”. Algunas de las agrupaciones locales del partido han sido investigadas por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución de Alemania por “extremismo”.

Incluso la Iglesia Evangélica Alemana (EKD) ha pedido repetidamente a los cristianos que no se involucren con la AfD, afirmando que los valores del movimiento chocan con los derechos humanos fundamentales y las normas cristianas sobre cómo tratar al prójimo.

Entre los cristianos evangélicos libres, varias organizaciones han expresado su oposición a todo tipo de populismo, pero algunos creyentes consideran que la AfD es una manera de volver a los valores conservadores cristianos en un país que ha visto una visión del mundo secular impulsada por las autoridades en los últimos años.

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¿Cuáles son los peligros del populismo?

“El populismo puede cumplir una función importante, es decir, exigir más democracia. Mientras la ideología política asociada siga funcionando dentro del marco de la democracia, puede ser un buen instrumento”, dice Paula Diehl, una profesora universitaria que ha investigado este tema durante más de una década tanto en Alemania como en otros lugares.

El problema, le dijo a la revista alemana Pro Medien en una entrevista a principios de este año, es que tarde o temprano, “el populismo divide a la sociedad en dos bandos de poder: las élites, que tienen el poder, y el pueblo, que no lo tiene”.

Movimientos como la AfD son capaces de “movilizar a la gente muy rápidamente” porque “los problemas siempre se presentan en blanco y negro, se ignoran las zonas grises”. Pero “encontrar soluciones comunes” es mucho más difícil.

En concreto, “el populismo de derechas considera al pueblo como un bloque homogéneo que no debe mezclarse (…) Hay que protegerlo de los invasores. En el centro hay un núcleo antidemocrático: el pueblo es excluyente, existen jerarquías entre las personas. Esto contrasta con la promesa de democracia y de derechos humanos universalmente válidos, así como de igualdad entre las personas”.

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[title]Por un año más[/title]

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