En Francia, “pocas instituciones consiguen reunir a personas de distinta etnia y trasfondo como lo hacen las iglesias evangélicas”

Los disturbios que estallaron en París y otras ciudades de Francia a finales de junio reabrieron un debate de amplia presencia en Europa.

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¿Cuáles son los problemas de fondo que llevan a este tipo de revueltas en ciertos barrios? ¿Qué podrían hacer mejor las autoridades? ¿Existen posibles soluciones para evitar más enfrentamientos?

“La gente sale rápidamente a las calles, y las autoridades reaccionan rápidamente con fuerza y, a veces, en exceso”, dice Matthieu Sanders, pastor principal de la Eglise évangélique baptiste de Paris-Centre (Iglesia Bautista Evangélica de París Central) en el distrito 7 de la ciudad capital. También es profesor a tiempo parcial en el Instituto Bíblico de Nogent y en la Faculté Libre de Théologie Evangélique, ambas instituciones ubicadas en los suburbios de París, aunque no en las áreas donde estalló la violencia.

“Las iglesias evangélicas, a menudo con una gran población de inmigrantes de segunda o tercera generación, han estado creciendo rápidamente en los suburbios ‘sensibles’”, dijo a Evangelical Focus. Esto les da a estas comunidades cristianas la oportunidad de ser “un testimonio único” porque “reúnen a blancos, negros, árabes y asiáticos de una manera que muy pocas instituciones, ni siquiera las escuelas, consiguen”.

Pregunta. El mundo entero ha seguido los violentos incidentes de la semana pasada en varias ciudades francesas. ¿Cómo te sientes al respecto?

Respuesta. Creo que la tragedia de Nahel tuvo un gran impacto en Francia porque esta vez se sintió como si el tema de la violencia policial contra las minorías, que tiende a estar asociado con los Estados Unidos, llegara a casa. Las tensiones entre la policía y los jóvenes en los suburbios de clase trabajadora ciertamente no son nuevas, pero rara vez resultan en una fatalidad.

Siento que hay que decir dos cosas. Primero, el tiroteo fue intolerable y debe ser denunciado. Las imágenes de video mostraron claramente que el informe del incidente presentado por los oficiales involucrados no era veraz y que no había peligro directo para ellos. Al mismo tiempo, también hay que decir que la policía en Francia está exhausta después de años de presión, que ha sido bastante implacable desde 2015: primero los ataques terroristas, luego las protestas de los chalecos amarillos, que duraron 2 años, luego la protestas contra la reforma de pensiones, y ahora estos disturbios suburbanos. El gobierno está tratando de caminar sobre la cuerda floja: quieren ser sensibles al problema de la violencia policial y la discriminación, pero también quieren apoyar a la fuerza policial en general.

P. Como dijiste, estos no son los primeros disturbios de este tipo en París y otras grandes ciudades. ¿Qué contexto es importante para entender este último estallido?

[destacate]“En el caso de los últimos disturbios, el factor étnico/religioso no puede ser ignorado”[/destacate]R. Hay una cultura de protesta e insurrección en Francia, que se remonta a la Revolución Francesa. La mayoría de las protestas son pacíficas, pero la violencia no es infrecuente. Agregaría que existe una cultura de confrontación entre la policía y los manifestantes que parece haberse intensificado en los últimos años. El gobierno, no solo el actual, sino también los anteriores, tiende a ser de mano dura, algunos dirían represivo, al tratar de mantener el orden.

Me parece un círculo vicioso. No tenemos una fuerte cultura de ceder y de negociar constantemente como en muchos otros países europeos. Las negociaciones tienden a ocurrir una vez que las partes ya han chocado. Esto es cierto tanto para los conflictos laborales como para las protestas. Por lo tanto, la gente se apresura a salir a la calle y las autoridades reaccionan rápidamente con fuerza y, a veces, en exceso.

En el caso de los últimos disturbios, el factor étnico/religioso no puede ser ignorado, aunque es tabú en Francia (donde cualquier estadística étnica o religiosa es ilegal). Los disturbios estallaron en áreas mayoritariamente pobladas por personas de origen inmigrante. La mayoría de los jóvenes que se amotinaron son de segunda, a veces de tercera generación, lo que apunta a un problema de largo alcance con la integración.

[photo_footer]Un niño consulta su smartphone en un barrio de París. / Foto: Simone Jo Moore, Unsplash, CC0.[/photo_footer]

P. Los analistas fuera de Francia dicen que su país no está encontrando soluciones. ¿Qué se podría hacer para construir unos próximos 20 años mejores?

[destacate]“Se deben realizar más esfuerzos para fomentar la integración de los jóvenes de origen de clase trabajadora, especialmente las minorías étnicas”[/destacate]R. Como cristiano, por supuesto, creo que solo el evangelio puede traer una sanación profunda a las heridas que se han estado enconando durante tanto tiempo entre segmentos de la población que parecen irreconciliables.

Desde un punto de vista político, parece que se deben realizar más esfuerzos para fomentar la integración de los jóvenes de origen de clase trabajadora, especialmente las minorías étnicas. Por supuesto, eso es fácil de decir y difícil de implementar. En los años 90 se creó un cuerpo policial específico, denominado ‘police de proximité’, que tenía un rol híbrido de policía blanda y preventiva junto con un rol que se asemejaba al de los trabajadores sociales. Fue relativamente exitoso según la mayoría de las versiones, y muchos, incluso en la derecha, consideran que la decisión posterior del entonces ministro del Interior (y futuro presidente) Nicolas Sarkozy de desmantelar la fuerza fue un grave error.

Parece que ese tipo de iniciativa, que por supuesto no es incompatible con el mantenimiento de la ley y el orden, sería bienvenida en la situación actual.

P. Las iglesias evangélicas en Francia tienen muchos inmigrantes de otros países en sus servicios de adoración y que participan como miembros. ¿Cómo son estas comunidades cristianas un modelo de integración y de relaciones interétnicas?

R. La iglesia a la que sirvo está ubicada en un área más privilegiada en el centro de París. Pero las iglesias evangélicas, a menudo con una gran población de inmigrantes de segunda o tercera generación, han estado creciendo rápidamente en los suburbios “sensibles”. A menudo brindan un testimonio único en el sentido de que reúnen, para ser claros, a blancos, negros, árabes y asiáticos de una manera que muy pocas instituciones, ni siquiera las escuelas, consiguen.

[destacate]“Las iglesias evangélicas son buenos ejemplos de integración y colaboración exitosas entre diferentes grupos sociales o étnicos”[/destacate]Hay muchas “iglesias étnicas” asociadas con un trasfondo particular, pero, en general, las iglesias evangélicas son ejemplos bastante buenos de integración y colaboración exitosa entre diferentes grupos sociales/étnicos.

Creo que hay una puerta abierta de par en par para el ministerio en esas áreas. Parece que las comunidades evangélicas en esos suburbios pueden permitirse el lujo de ser estrictamente pietistas y “espirituales” en su enfoque. Deben estar arraigadas en las comunidades e involucradas en varios tipos de alcance holístico. Y por lo general están haciendo precisamente eso.

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P. ¿Cómo podemos orar por Francia los cristianos de otras partes del mundo?

R. Orad por un avivamiento espiritual en nuestro país. El movimiento evangélico ha ido creciendo rápidamente en las últimas décadas. Es discutible si este crecimiento continuará e incluso se acelerará o se estancará, ya que hay algunos indicadores contradictorios a considerar.

Orad también por una sólida formación bíblica y teológica y por muchos jóvenes cristianos que se involucren tanto en ministerios laicos como de tiempo completo. Existe un acuerdo generalizado sobre el hecho de que la cantidad de líderes bien capacitados no se mantiene al ritmo del crecimiento de la iglesia. Sin embargo, la falta de formación ha llevado, sobre todo en los suburbios antes mencionados, a la creciente influencia de la mala enseñanza o de las herejías como el llamado Evangelio de la prosperidad.

Orad para que la iglesia francesa crezca en madurez centrada en el evangelio y esté equipada para un testimonio efectivo, siendo pacificadores en un clima nacional a menudo tenso.

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