Desde junio de este año, la situación de los cristianos en Turquía enfrenta una nueva dificultad: las prohibiciones de acceso a territorio turco para aquellos que han salido del país donde residen, algunos de ellos tras estar décadas trabajando en la península anatolia.

Algunos, como Carlos Madrigal, originario de España, han estado sirviendo en roles de liderazgo en iglesias protestantes en el país durante años. Estos extranjeros han vivido en el país durante décadas, formando familias y generando un proyecto vital.

Madrigal ha vivido en el país durante más de 19 años con una “visa de clero” como líder espiritual de la Fundación Iglesia Protestante de Estambul (IPCF), según un comunicado de prensa del grupo.

En el aeropuerto, en noviembre de 2019, se le emitió un sello en su pasaporte que evitaría que regresara a Turquía si abandonaba el país, por lo que decidió cancelar su viaje y apelar la decisión, según informes publicados por la entidad.

Madrigal apareció en la televisión turca en junio para señalar que no veía una razón clara por la que se le prohibió la entrada al país, expresa un comunicado de la entidad Middle East Concern.

Al señalar que la prohibición contra Madrigal se emitió en noviembre de 2019, la IPCF declaró: “Es con gran tristeza que debemos informarles que desde 2019, se ha hecho cada vez más difícil para el pastorado protestante extranjero que sirve en Turquía residir en nuestro país”.

Más casos

En junio, el Ministerio del Interior de Turquía notificó a otra cristiana extranjera, Joy Anna Subasigüller, madre de tres hijos, nacida en Estados Unidos y casada con un pastor turco, que se le negaba la visa familiar, según el medio alemán Deutsch Welle (DW).

Sus hijos, al igual que su marido, el pastor Lütfü Subasigüller, son ciudadanos turcos. Se sospecha que la decisión de deportarla está relacionada con su trabajo cristiano, según DW.

El pastor Subasigüller se sorprendió de que las autoridades turcas les exigieran que abandonaran su hogar y a sus familiares en Turquía, le dijo a DW. La pareja planea impugnar la decisión en los tribunales.

Otro caso involucra a un pastor estadounidense en Estambul que estaba a punto de volar fuera del país desde Estambul con su familia el 24 de junio. Se enteró de que no se le permitiría regresar a Turquía, canceló su vuelo y presentó una apelación, según informa Christian Solidarity  Worldwide (CSW).

Otro residente extranjero de Turquía, Hans-Jurgen Louven de Alemania, había invertido más de 20 años en turismo cultural y religioso en el país con el apoyo y las garantías de los funcionarios locales.

En agosto de 2019, se le denegó una solicitud para renovar su visa de residencia y se le ordenó que abandonara el país en 10 días, según informó World Watch Monitor.

Prohibición de facto

Se estima que alrededor de 35 trabajadores cristianos recibieron prohibiciones similares en 2019 y 16 más desde fines de junio de este año.

Las prohibiciones podrían pasar desapercibidas para los desprevenidos. Cuando los extranjeros cristianos salen del país en los aeropuertos, los funcionarios sellan un “Código N-28” en sus pasaportes, según el IPCF.

Oficialmente, el código indica que necesitan obtener una aprobación especial para reingresar al país a través de la embajada de su país, pero quienes han tratado de obtenerlo han sido rechazados, lo que hace que el código sea esencialmente una prohibición de facto. El Código N-28 también se puede utilizar para denegar la renovación de visas, según IPCF.

Quienes luchan contra la prohibición han encontrado otro escollo: los tribunales administrativos no les están dando acceso a los abogados a los informes de la inteligencia turca. Los abogados esperan tener más éxito apelando al tribunal constitucional y, si no, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Efecto en las iglesias

El hecho de atacar a los cristianos extranjeros ejerce presión sobre la pequeña y vulnerable comunidad protestante de Turquía, que depende de los extranjeros para su formación religiosa formal y, a veces, para obtener financiación.

“Esto los privará de apoyo y los hará sentirse aislados y abandonados”, expresan desde CSW.

Hay alrededor de 10.000 protestantes turcos que asisten a unas 170 iglesias, muchas de ellas en casas, en el país mayoritariamente musulmán de más de 84,3 millones de personas.

Si bien Turquía permite oficialmente la libertad de religión, incluida la conversión del Islam, las entidades en defensa de los cristianos dicen que la presión comenzó a aumentar contra los cristianos extranjeros en el país cuando el pastor estadounidense Andrew Brunson fue encarcelado por cargos falsos de terrorismo de 2016 a 2018.

Algunos cristianos creen que puede haber comenzado una lista negra mientras las autoridades intentaban reunir pruebas contra el pastor Brunson.