Congreso en Colombia refrenda el acuerdo de paz con las FARC

El gobierno colombiano ha aprobado el nuevo acuerdo de paz, que esta vez sí será el definitivo, acordado por el presidente Juan Manuel Santos y el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño.

Tras el “no” del plebiscito celebrado el pasado 2 de octubre, tanto el Gobierno como las FARC iniciaron una nueva ronda de negociaciones, entrevistándose con diversos colectivos políticos y sociales que se habían opuesto al acuerdo de paz que se había firmado en septiembre.

Así, el Gobierno y las FARC llegaron a elaborar un nuevo texto donde, según el presidente Santos, se atendía a las peticiones y modificaciones exigidas por parte de los opositores al primer acuerdo.

Esta oposición está representada en el ámbito político por el Centro Democrático, el partido del ex presidente Álvaro Uribe. Esa oposición se ha mantenido ante le nuevo acuerdo y así se manifestó tanto en el Congreso como en el Senado, donde el acuerdo fue aprobado por mayoría, con el apoyo de la coalición que apoya a Santos.

Según el Gobierno, esta acción es un “plebiscito indirecto”, término que la oposición no acepta.

RETOS INMEDIATOS DEL ACUERDO

Una vez aprobado el acuerdo, la maquinaria política debe ponerse en marcha con medidas no siempre fáciles de ejecutar. El primer proyecto que será llevado al Congreso y el más urgente para asegurar el desarme y la desmovilización de miles de guerrilleros de las FARC en los próximos 180 días, es una ley de indulto y amnistía, que no cubrirá crímenes atroces ni crímenes de guerra.

Luego vendrán otras reformas más profundas, entre ellas las que tienen que ver con la participación política, las garantías para la oposición, el sistema especial de justicia para el post conflicto y la reforma rural pactada durante cuatro años de negociaciones en La Habana.

EVANGÉLICOS, DECEPCIONADOS POR ENFOQUE DE GÉNERO

Desde varios frentes evangélicos se ha manifestado que el acuerdo de paz no cumple con algunas de las expectativas creadas sobre el mismo, tras las reuniones celebradas por las autoridades colombianas y las FARC con representantes de varios colectivos.

El más crítico ha sido el Pacto Cristiano por la Paz (PCP), que admitía que algunas de sus peticiones habían sido incluidas en el acuerdo, pero no la que tiene que ver con el “enfoque de género”.

“Las cosas no cambiaron de fondo. Quedaron cosas que no aprobamos, y sobre todo lo que tiene que ver con enfoque de género”, decía el pastor Eduardo Cañas, representante del PCP, que mantiene que esta definición de enfoque de género ataca a la estructura familiar cristiana.

Por otra parte el PCP considera que el proceso del plebiscito ha “despertado” a la iglesia evangélica en cuanto a su participación en la política. “La iglesia jamás volverá a ser la misma, salimos de la oscuridad para saber que la iglesia es transformadora de cultura y de Colombia, pero hay que enfrentar la realidad para poderla transformar”, expresa el pastor Jhon Milton: “Es tiempo de seguir hacia adelante y participar, no volver a escondernos nunca más y trabajando en unidad dependiendo del Espíritu Santo”.

Otra de las entidades que ha manifestado algunas críticas al nuevo acuerdo es Cedecol. En una carta dirigida al presidente José Manuel Santos, se rechaza el término “enfoque de género” que sigue apareciendo en el acuerdo cuando “habíamos expresado que se hiciera específico la prevalencia de los derechos de la mujer... como víctima del conflicto”.

Cedecol también critica que el seguimiento de este tema sólo esté integrado por “organismos pertenecientes a la ONU” sin dar lugar a otras entidades. Además se lamenta que la familia no aparezca como “víctima principal del conflicto”, y que no se creen organismos de “protección para líderes y víctimas cristianas evangélicas” que había sido solicitado en las negociaciones previas.

ELECCIONES EN 2018

En marzo de 2018 Colombia celebrará elecciones legislativas, a las que no puede volver a presentarse Juan Manuel Santos.

Según muchos analistas políticos el desarrollo del acuerdo de paz tendrá peso en las posiciones políticas de los partidos que buscarán la confianza de los electores.