Trump y Clinton se afianzan en la carrera presidencial

Donald Trump y Hillary Clinton han salido vencedores del segundo “supermartes” de marzo, distanciándose un poco más de sus perseguidores en la carrera por ser candidatos a la presidencia de los Estados Unidos.

En el bando republicano la figura de Trump, que continúa levantando críticas en una campaña marcada por la crispación y los insultos, sale fortalecida al vencer en el estado de Florida, Illinois, Carolina del Norte y Misuri, seguido en todos ellos por Ted Cruz. Sólo en Ohio se le ha escapado la victoria, a manos del gobernador en este estado, John Kasich. El senador por Florida Marco Rubio ha anunciado que cancela su candidatura tras la derrota.

Por su parte, Hillary Clinton ha aumentado la distancia con Bernie Sanders, al vencer en Florida, Ohio, Illinois y Carolina del Norte. En el estado de Florida la victoria ha sido notoria, con un 64% de los votos frente al 36% de su rival en la carrera hacia la candidatura a la Casa Blanca.

John Kasich venció en Ohio.

TRUMP Y SANDERS SIGUEN ADELANTE

“Estas elecciones son muy diferentes por una cuestión que ha llegado a su punto de madurez: la situación crítica de la clase media blanca”, explica el periodista César Vidal, que está siguiendo la campaña desde Miami. “Todos compiten por salvar a la clase media”, añade.

Es por ello que opciones que inicialmente se consideraban aisladas y con pocas posibilidades han encontrado sus caladeros de apoyo. “En el caso de los republicanos Donald Trump, y en el caso de los demócratas, Bernie Sanders”, añade Vidal.

La táctica de Trump para conquistar el voto está pasa por pocos factores: “encontrar el chivo expiatorio” culpable de la situación económica, que para Trump es la inmigración. Además el candidato propone “medidas económicas proteccionistas que suenan bien para los que están airados, pero que no son realistas ni efectivas”.

Marco Rubio, que había recibido el apoyo de varios líderes evangélicos, ha renunciado a la carrera presidencial tras los malos resultados en Florida.

En el bando demócrata, donde se esperaba una Hillary Clinton arrasando, se está encontrando la oposición firme y creciente de Bernie Sanders, alguien “que ha conseguido colocar sobre la mesa lo que viene diciendo desde los años 60”, opina Vidal. Esa coherencia de discurso le ha ayudado a plantar cara a Clinton, cuya ventaja es amplia pero lejos aún de ser decisiva.

Coincide en el análisis Juan Francisco Martínez, del Seminario Fuller en California. “Está claro que en esta vuelta electoral un gran número de personas están frustradas con los partidos y sus agendas”, explica.

EL VOTO EVANGÉLICO, MÁS DISPERSO QUE NUNCA

Aunque se suele generalizar con respecto al voto evangélico, tanto César Vidal como Juan Francisco Martínez explican que en estas elecciones no es un voto que vaya dirigido a un solo candidato.

“En estos momentos el voto evangélico está muy dividido porque pocas veces ha estado más vinculado a las angustias generales de los ciudadanos” y menos basado en los valores tradicionales que solían marcar este voto, dice Vidal.

Bernie Sanders continúa vivo en la carrera demócrata.

“El voto evangélico tiene un enorme peso, aunque depende de los estados”, añade el periodista. “Las cuestiones morales que aglutinan al voto evangélico están muy poco enfatizadas en estas elecciones”, concluye.

Para Juan Francisco Martínez el voto evangélico blanco “se irá con el candidato republicano, sea quien sea”. Pero “por otro lado, el voto evangélico negro se irá con Clinton, si ella es la candidata. Será interesante ver que hace el voto evangélico negro si Sanders es el candidato”.

En el caso del “voto evangélico latino”, Martínez cree que es más complejo “siendo que algunos votarán automáticamente por un republicano, mientras la mayoría estará entre los candidatos. Sospecho que el voto evangélico latino se irá al/la candidato/a que tome posturas menos “anti-latinas”, avisa Martínez.