Miles de refugiados esperan que Turquía abra sus puertas

Turquía es el país que comparte más territorio fronterizo con Irak y Siria, los dos países en los que el Estado Islámico ha conquistado un vasto territorio.

En la línea que divide estos tres países, una frontera que recorre más de 900 kilómetros, se pueden encontrar improvisados campamentos de refugiados, personas que escapan del conflicto sirio o del avance del Estado Islámico.

Según ha podido saber Protestante Digital, misioneros evangélicos que trabajan en este peligroso escenario están pidiendo al pueblo cristiano que se una en oración. “Pedimos oración por las miles de personas que se agolpan en la frontera turca, escapando del Estado Islámico y con el ejercito turco prohibiéndoles el paso, esperan sin alimentos, sin agua (a más de 45 grados en Urfa), para que se les abra una puerta de escape”, dicen en una misiva.

Al poco tiempo de recibir la carta, llegaba otra comunicación de la misma fuente, explicando que “Turquia está dejando pasar gente en varios puntos” de la frontera.

La situación en la frontera ha sido objeto de debate entre las potencias internacionales que siguen esperando una mayor implicación del gobierno turco en la oposición al Estado Islámico. Es sabido que la antipatía de los mandatarios turcos con respecto a Bashar Al Asad contribuyó a que los grupos opositores, entre ellos el mismo Estado Islámico, armasen sus ejércitos con soldados – decenas de miles, según algunos informes de prensa - y material militar que entraba con facilidad por la frontera turca.

POSICIÓN POCO FIRME

La pasada semana el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, visitó Ankara para consolidar el apoyo de Turquía en el frente global contra el Estado Islámico. Turquía no ha mostrado demasiado entusiasmo hasta ahora por contestar al movimiento yihadista, lo que no ha hecho más que alimentar los rumores.

“Oremos que Dios toque el corazón del gobierno turco, que actualmente apoya a los jihadistas y les prepara multitudes kurdas a las que degollar. Que abra las puertas de la frontera a los kurdos como la abre para los árabes y yihadistas”, dicen los misioneros desde el terreno.

DIFICULTADES PARA EVANGELIZAR

En cuanto a la labor en los espacios habilitados para refugiados, estos explican que han podido ayudar y atender a los huidos. Sin embargo en los campos de refugiados “está prohibido cualquier tipo de evangelismo”.

Todavía quedan cristianos en ciudades cercanas a la frontera que han preferido esperar, a pesar de la amenaza del Estado Islámico. “Seguimos orando por los que siguen en las ciudades rodeadas por ISIS, y por los que están en los caminos escapando. Que el pueblo de Dios en Cataluña apoye al pueblo de Dios kurdo y a los que lo han de ser”, comentan estos misioneros, que han sabido que el próximo 28 de septiembre las iglesias evangélicas se movilizarán para orar en público por los perseguidos.