La República de Corea o Corea del Sur, es una de las mecas del cristianismo evangélico. El 17% de su población de 49 millones de habitantes profesa ser cristiano evangélicos y este grupo de la población continúa creciendo a un ritmo del 0.7% anual.
Esto cobra realce si se tiene en cuenta que Corea del Sur es un país donde se siempre se han mezclado mayoritariamente el budismo, el confucianismo y las tradiciones étnicas. Expresiones religiosas todas ellas que no constituyen ningún sustrato para la fe evangélica como el catolicismo romano sí lo es para la predicación de los evangélicos latinoamericanos.
Curiosamente,
el cristianismo evangélico crece más porcentualmente en Corea del Norte,.donde se les persigue con brutalidad y donde el 70% de su población declara ser atea.
En cambio, en Corea del Sur, con iglesias de hasta 725.000 miembros, el crecimiento es menor y sin embargo comienza a verse un pujante catolicismo entre los jóvenes, aunque sigue siendo minoritario en cifras totales.
Pero independientemente de las cantidades, lo importante es que los evangélicos que viven en las dos Coreas pueden convertirse en el fermento que se necesita para edificar la paz entre los dos países. Dice el pastor general de la misión cristiana Elim
COREA DEL SUR
En Corea del Sur casi todo lo que tiene que ver con el cristianismo evangélico es grande. Allí se ubican seis de las diez iglesias más numerosas del planeta, las universidades teológicas protestantes más grandes del mundo, y se realizan los servicios de bautismo y las reuniones cristianas más numerosas de la historia.
En esta nación está la iglesia evangélica más numerosa del mundo. Con sus 725.000 miembros es también la iglesia local más numerosa en la historia del cristianismo.
Pero a pesar de esos sorprendentes números, los últimos años han sido testigos de un repunte del catolicismo romano que poco a poco va superando porcentualmente el crecimiento evangélico, especialmente entre los jóvenes.
La juventud coreana, con una alta formación académica, ve con
cierta actitud crítica el hecho de que el gran número de evangélicos y el gran tamaño de sus iglesias no haya ejercido influencia para transformar la realidad social cargada de pobreza, corrupción y marginación.
Pero sobre todo los jóvenes, sospechan del silencio de los evangélicos durante las décadas de dictadura militar que se produjeron en el país. Principalmente porque la Iglesia Católica surcoreana sí adoptó una actitud crítica y censuradora ante los abusos.
COREA DEL NORTE
En el caso de la Republica Popular Democrática de Corea o Corea del Norte, los evangélicos solamente representan el 1% de los 24 millones de habitantes que tiene el país. Eso es comprensible si se tiene en cuenta que se trata de un país oficialmente ateo, donde existen no sólo estrictas restricciones para la evangelización y el ministerio cristiano sino que va unido a
la persecución más radical y violenta.
No es posible la importación de Biblias y, además, las escrituras no se han traducido a los principales dialectos que se hablan en Corea del Norte. Las emisoras de radio de Corea del Sur penetran muy hondo en territorio norcoreano, pero el esfuerzo es en vano ya que en el país solamente circulan radio receptores presintonizados en las frecuencias del Estado.
A pesar de esas y otras limitaciones, los evangélicos están creciendo en el país a un ritmo del 6% anual. Cerca de nueve veces superior al ritmo al que crecen los evangélicos surcoreanos.
¿Cómo se explica tal cosa? La respuesta son los chinos.
Corea del Norte posee total apertura hacia el comercio con China. Muchos de esos hombres de negocios chinos son cristianos evangélicos que tienen fácil acceso a Corea del Norte, donde el testimonio de su fe produce un impacto evangelizador impresionante.
Fuente; elsalvador.com
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