El obispo anglicano de Londres abre investigación a la ´boda religiosa´ de dos sacerdotes gays

Los reverendos Peter Cowell y David Lord, que ya habían legalizado su relación homosexual en forma de unión civil, intercambiaron votos en un servicio religioso que se realizó en St Bartholomew the Great, una de las iglesias más antiguas de Londres, el pasado 31 de mayo.

The Sunday Telegraph informó que los sacerdotes habían intercambiado votos y anillos, en una ceremonia similar a la que se realiza en los matrimonios tradicionales en la Iglesia de Inglaterra.

INVESTIGACIÓN
"Los servicios religiosos de aprobación pública de uniones civiles (homosexuales) no están autorizados en la Iglesia de Inglaterra ni en la Diócesis de Londres," dijo el obispo de Londres, Richard Chartres, en un comunicado hecho público.

En dicho comunicado añade Chartres que solicitaría al archidiácono de Londres "que investigue lo que ocurrió en la iglesia de St Bartholomew the Great."

COMUNIÓN ANGLICANA Y PAREJAS GAYS
La Comunión Anglicana, una federación mundial de iglesias nacionales de 77 millones de miembros, ha estado y está convulsionada por el tema de la homosexualidad y la bendición religiosa de uniones gay en los últimos años.

Actualmente las normas de la Iglesia de Inglaterra establecen que los sacerdotes no deben bendecir estas uniones.

Ante esta normativa el reverendo Martin Dudley, que fue quien ofició el servicio religioso gay en St Bartholomew the Great, sostiene que no rompió ninguna regla: "No fue un matrimonio porque uno no puede casar a dos hombres, fue una celebración de la unión civil de dos personas que estaban mutuamente comprometidas," dijo Dudley.

Tampoco acepta que se trate de una provocación: la ceremonio "no intentó ser provocativa. Cuando dos hombres que están comprometidos con la iglesia piden una bendición ¿por qué deberíamos rechazarlos?".

Sin embargo, parece que sus razones no convencen a la Iglesia anglicana.

Además de las mencionadas declaraciones de Richard Chartres, obispo de Londres, un portavoz de la Iglesia de Inglaterra declaró tras conocerse la ceremonia celebrada que parecía contravenir las normas. Según palabras de este portavoz, consideró que "es de esperar que, con reflexión, se reconocerá en el conjunto de la Comunión Anglicana que los hechos ocurridos parecen contravenir los términos de la declaración de Obispos del 2005 y no representan ningún cambio en la política de la Iglesia amglicana".

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